Nace en 1942 en Lina (Perú), donde está destinado su padre a la embajada chilena. La casa de los espíritus (1982) es su novela más inmediata y un homenaje a sus familiares. La escribe, casi a los 40 años, para explicar el pasado. Por ejemplo, el personaje de Clara está inspirado en la abuela materna de Isabel, que también tuvo poderes telequinésicos, y el personaje político que gana las elecciones, en su tío segundo Salvador Allende, conocido político socialista y presidente de Chile entre 1920 y 1973. El origen de La casa de los espíritus se remonta a 1981, con una larga carta de Isabel Allende a su adorado abuelo materno ya nonagenario (99 años), que tantas historias le había contado en Santiago de Chile cuando era niña. Una edad similar tiene el abuelo Trueba de la ficción novelística (90 años). Antes de dedicarse a escribir novelas, tiene 18 obras narrativas publicadas. Isabel Allende se dedica al periodismo: empieza en la revista chilena Paula (1967-1974). El periodismo de masas la anima a iniciarse en un tipo de literatura popular y de enlace más directo con el público. Así, escribe tres piezas teatrales entre 1970 y 1974. En 1970 es elegido presidente de Chile su tío Salvador Allende, un mandato que apenas dura tres años, porque el 11 de septiembre de 1973 Chile sufre un golpe de Estado militar que termina con el sistema socialista y la vida del mandatario. Este fatídico hecho y los años siguientes de persecución y exterminio de sus partidarios en el país influyen decisivamente en su vida y en sus obras literarias. Este periodo histórico y político se corresponde con el final de La casa de los espíritus. En 1975 se ve obligada a exiliarse a Caracas, donde vive cuatro años. Recién llegada, trabaja en el diario El Nacional. Más tarde, por las noches, en la cocina de su casa, en una máquina portátil, escribe La casa de los espíritus.
El Realismo mágico
En literatura, recibe el nombre de Realismo mágico la corriente de la novela del siglo XX en que se difunde con el llamado boom comercial de la narrativa hispanoamericana de 1960. El realismo mágico es un intento de renovación literaria, estética, muy unido a las renovaciones europeas y norteamericanas. Procede del deseo de descubrir la síntesis de la realidad y la fantasía, dado que el realismo, en su sentido, era incapaz de recoger la asombrosa y variadísima realidad del mundo hispanoamericano. La realidad no tiene límites, afirma Vargas Llosa, puesto que a la realidad también pertenecen objetos y sueños hechos constatables y supersticiones. Lo insólito y sobrenatural deja de ser el motor de lo popular, teatralidades materiales y elementos sobrenaturales suceden en gran parte, lo desconocido, y se incorpora a lo real, porque así la maldad de la sociedad hispanoamericana. No se trata de presentar la magia como si fuera real, sino como si la fuera mágica. La narrativa describe lo sobrenatural como si fuera real y cotidiano, y cosas cotidianas como cosas imaginarias. La identidad de las raíces es una seña de culturales de la Hispanoamérica profunda e indígena, una época en la que se presenta oficialmente el triunfo de los vicios, la corrupción y la tiranía como la realidad y la verdad únicas, el Realismo mágico revierte este axioma: la realidad no es una, y la honradez no es un valor baladí o trivial. A partir de 1959, animados por la revolución cubana de Fidel Castro al derrocar al dictador Fulgencio Batista, la literatura se erige en una herramienta útil contra las dictaduras hispanoamericanas.
Rasgos generales del Realismo mágico
Lo real maravilloso, lo fantástico, no es algo tangencial a la realidad sino un componente básico que la enriquece. Ante la brutal realidad de las dictaduras, imprime una atmósfera fabulosa en la que personajes ordinarios realizan hazañas o en la que protagonistas heroicos se desenvuelven en una cotidianidad común. Así, el lector asume de un modo que se reclamaban antiguamente milagros o actualmente la creación de nuevos mitos mediáticos. La literatura es marcadamente experimental. Aparecen en estas novelas estructuras narrativas complicadas, polifonías y rupturas del tiempo narrativo. Cuando aparecen escenarios americanos, se ubican mayoritariamente en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios, con frecuencia rurales, donde la concepción mágica y mítica forma parte de la vida cotidiana de las gentes. La muerte está muy presente en la vida de los personajes. No sabemos si algunos están vivos o muertos, pero también es posible que mueran y vuelvan a vivir. Rechazo del humor en la literatura. Influencias del Realismo mágico en La casa de los espíritus. Isabel Allende forma parte del fenómeno artístico y comercial que siguió al denominado boom del Realismo mágico. Esta corriente pasó a denominarse post boom o Nueva narrativa, con novelas escritas en torno a 1980. Las características heredadas del Realismo mágico que utiliza Isabel Allende responden a las expectativas de los lectores europeos, deslumbrados previamente por el boom hispanoamericano. Y no solo en España, sino también en Alemania.