Los temas
Es el género lírico el que destaca entre las manifestaciones literarias. El poeta incluye en sus poemas aspectos relacionados con la exterioridad sensible, pero también alude a su intimidad.
Los temas más frecuentes son:
Individualismo
Todo aquello que afecta a la personalidad del poeta se presenta de forma melancólica y angustiada. Esto le lleva al apartamiento de la realidad. Lo irracional, lo onírico y lo fantástico cobran gran importancia.
Cosmopolitismo
Los modernistas se sienten ciudadanos del mundo; no están especialmente arraigados a su lugar de nacimiento, pero sí se aprecia un sentimiento positivo de americanismo. Su “Meca” particular es París.
El “escapismo”
Se evaden de una realidad que les resulta hostil de forma similar a la evasión ROMántica. El escapismo se produce en dos planos: el espacial y el temporal. La huida hacia lo exótico, lo lejano y lo misterioso, con preferencia por lo oriental en el primer caso. En el tiempo, prefieren la referencia al pasado: la Edad Media y el Renacimiento. Lo mitológico es otro tema que se concreta en alusiones a dioses, ninfas, marquesas, flores, piedras preciosas… El símbolo de elegancia propio del Modernismo es el cisne. El amor.El amor imposible, idealizado y angustiado es el planteamiento que prevalece en una primera fase. El erotismo es más propio de la segunda fase y revela un cierto deseo de escapismo.
América y España
Los temas indigenistas y las alusiones al pasado americano prehispánico oponen a estos autores al referente histórico de España; sin embargo, la pujanza de EE. UU. Frente a su cultura, potencia el acercamiento a lo español, y más concretamente, al ideal del “panhispanismo” o solidaridad entre los pueblos hispánicos.
El Modernismo en España
El Modernismo español posee sus particularidades propias, ya que no rompe totalmente con la tradición literaria y recibe la influencia directa de poetas ROMánticos como Campoamor y Bécquer . Su evolución de algunos autores modernistas se encamina hacia una poesía de interiorización poética que prescinde de lo ornamental. Entre 1910 y 1915 la poesía española se aparta del Modernismo. Entre los precursores de este movimiento literario en España podemos situar a Ricardo Gil, Manuel Reina o Salvador Rueda. Plenamente modernistas serían Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa, ambos dramaturgos. Manuel Machado combinó el las carácterísticas del Modernismo con la raíz popular andaluza. Su primer libro de poemas es Alma y le siguen: El mal poema, Cante hondo y Ars moriendi, en este último abandona el esteticismo. Otros autores inicialmente modernistas son: Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Ramón M. ª del Valle-Inclán.
Su iniciador: Rubén Darío
Sus carácterísticas se encuentran analizadas en el punto 5 del tema anteriormente indicado. En síntesis y a modo de recuerdo incluimos las etapas de la producción poética de Rubén Darío:
1ª etapa “neorromántica”. Se manifiesta en Azul (1888). Influencia del Parnasianismo francés que se observa en la preocupación formal.
2ª etapa “plenitud modernista”. En su obra Prosas Profanas (1896). Predomina el color, lo ornamental y la musicalidad.
3ª etapa “crisis del esteticismo”. En su obra Cantos de vida y esperanza (1905). No se abandona la búsqueda de la belleza formal, aunque la poesía es ahora más “intimista” y aborda temas como: la angustia, la vida, la muerte, etc.
4ª etapa “última etapa”. Muy heterogénea. Recopilaciones de épocas anteriores. Entre otras obras destacan: El canto errante, Poema de otoño y otros poemas, Canto a la Argentina.
La estética y el lenguaje modernistas
La búsqueda de la belleza formal explica la riqueza estilística. De entre los recursos literarios más utilizados, destaca la sinestesia, que desarrolla el campo de lo sensual. El vocabulario se enriquece a base de palabras exóticas, de extranjerismos, arcaísmos y cultismos. La adjetivación, exuberante, potencia el cromatismo y la luminosidad. El color azul es una sensación simbólica frecuente. Otros recursos utilizados son los efectos sonoros y musicales, tales como: el uso de los pies métricos, las aliteraciones, los ritmos marcados…, etc. La métrica requiere un estudio detallado. Se toma como referencia la francesa y por ello son habituales versos como el alejandrino, el dodecasílabo y el eneasílabo; todos ellos se alternan con otros versos más frecuentes como el endecasílabo y el octosílabo. Los pies métricos se basan en esquemas rítmicos grecolatinos adaptándolos a la acentuación de las sílabas. Las estrofas son variadas: el romance, la silva, el verso libre y el soneto son muy utilizados. El soneto se construye con nuevas combinaciones: se sustituyen los cuartetos por serventesios, los tercetos aparecen incompletos y con encadenamientos más libres, se reemplaza el verso endecasílabo por el alejandrino, etc.