Historia del Teatro: Origen, Evolución y Tendencias

Origen y Evolución del Teatro

El teatro es uno de los géneros más antiguos y universales. Desde la Antigüedad, el ser humano ha sentido la necesidad de representar las historias narradas utilizando diálogo y espectáculo.

Teatro Griego

Nace en la Grecia clásica en el siglo V a.C., donde surgen la tragedia y la comedia. La tragedia griega nace como parte de las fiestas religiosas dedicadas al dios Dionisio. Al principio, las representaciones se hacían en los templos, después en teatros de madera y, finalmente, en los grandes teatros de piedra semicirculares. En el centro se situaba el coro (conjunto de actores encargados de resumir el argumento). Los actores usaban coturno (calzado con suelas gruesas) y llevaban una máscara. Las tragedias griegas más relevantes son las de Esquilo, Sófocles y Eurípides.

Características del Teatro Griego

  • Tajante separación entre la comedia y la tragedia.
  • Respeto a las tres unidades:
    • Unidad de lugar: exige que la acción se desarrolle en un solo espacio.
    • Unidad de tiempo: exige que la historia no supere las veinticuatro horas.
    • Unidad de acción: exige que la historia desarrolle un solo tema.

Teatro Romano y Latino

El teatro romano es fundamentalmente una imitación del griego. También cultiva la tragedia y la comedia, y mantiene las características del modelo griego. Los autores más importantes son Paulo y Terencio por sus comedias, y Séneca por sus obras trágicas.

Teatro Medieval

Tiene su origen en los actos litúrgicos de la religión cristiana. En un primer momento, estas obras asociadas a una celebración especial (pasión) se representaban dentro de los templos. Posteriormente, se trasladaron a las plazas de los pueblos donde, sobre unos tablados que tenían una decoración fija, se representaban los textos. En España, estas obras se llamaron *autos*, breves piezas de un solo acto y argumento sagrado. En Francia se conocieron como *misterios*, breves piezas que escenificaban los pasajes bíblicos, y *moralidades*, sermones representados. Estos dos últimos también se desarrollaron en Inglaterra.

Teatro en el Siglo XVII

El teatro español del siglo XVII rompió con la tradición grecolatina, rechazando las normas clásicas. Lope de Vega fue el creador de esta nueva fórmula dramática que continuó y perfeccionó Calderón de la Barca. Ambos nos dejaron obras muy conocidas como *Fuente Ovejuna* y *El alcalde de Zalamea*, respectivamente. En el ámbito hispanoamericano, fue famosa la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) que, además de publicar tratados sobre filosofía, música o moral, fue también poeta y dramaturga, con obras de teatro como *Los empeños de una casa*. El teatro francés y el inglés o isabelino tenían muchas características parecidas al español, pero también bastantes diferencias; por ejemplo, las obras se escribían en cinco actos, mezclaban la prosa y el verso, y en ellas no podían actuar las mujeres. El dramaturgo inglés más importante fue William Shakespeare y en Francia destacaron Racine, Corneille y Molière.

Teatro Contemporáneo (Siglo XX y XXI)

En todo el mundo, el teatro ha experimentado desde principios del siglo XX profundas transformaciones destinadas a alterar la forma de representación convencional. Habría que destacar:

  • El teatro épico: Defiende el compromiso entre la literatura y la sociedad. El creador de esta nueva concepción teatral es el dramaturgo y poeta alemán Berthold Brecht (1898-1956). Con su teatro pretende hacer reflexionar al público y despertar su conciencia crítica sobre la situación del ser humano y las injusticias sociales.
  • El teatro del absurdo: Sorprende al espectador por el planteamiento de situaciones sin sentido. Nació en Francia en los años 50 de la mano del franco-rumano Eugène Ionesco (1909-1994) y del irlandés Samuel Beckett (1906-1989). Los personajes se plantean su propia existencia y se preguntan por los temas que preocupan al ser humano: el amor, la felicidad, las relaciones humanas, la guerra… El autor recurre al disparate, a las incoherencias de acciones y diálogos, y a la risa.
  • El teatro de la crueldad: Busca provocar al público. En la representación teatral la mímica, los gestos, las luces… adquieren una gran importancia. La frontera entre el escenario y los espectadores desaparece, de modo que el público puede ser invitado a subir al escenario. El creador de esta nueva concepción teatral es el francés Antonin Artaud (1896-1948).

A la vez que estas novedosas tendencias se cultivaban en otros países europeos, en España siguió escribiéndose y representándose un tipo de teatro más entroncado con nuestra realidad. Fueron grandes dramaturgos españoles de la primera mitad del siglo XX Federico García Lorca, Ramón María del Valle Inclán y Jacinto Benavente. No faltó tampoco en los primeros decenios del siglo un teatro pensado en la infancia y juventud, de matices moralizadores, fantásticos, e incluso con reivindicaciones feministas, como fue el caso del matrimonio Martínez Sierra (María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra) con obras como *El palacio triste* (1911) o *Canción de cuna* (1911).

Teatro Experimental e Independiente

El teatro reciente y actual no olvida la representación de los clásicos, pero también pretende abrir nuevos caminos por la vía de la experimentación y a través de las compañías teatrales independientes. Entre los grupos más representativos del teatro experimental se han de citar los siguientes:

  • Living Theater: Fue el primer grupo de teatro experimental, pues se inició en la década de 1940, en Estados Unidos. Basado en la improvisación y en la participación del público.
  • Open Theater: Grupo teatral fundado en 1963, también en Estados Unidos, fusionó teatro, danza y música.
  • Odin Teatret: Fundado en la década de 1960, en Dinamarca, es un teatro de calle en el que es fundamental la relación entre los miembros del grupo, y entre el grupo y el público.

En España también tuvo su expresión: Los goliardos, Els Joglars, Els comediants, Tabano o Ditirambo.

Relación entre el Teatro y el Cine

Desde sus orígenes a finales del siglo XIX, el cine ha tenido mucha relación con el teatro y las influencias mutuas son innegables. Como ocurre en el teatro, la realización de una película empieza con la creación de un texto escrito, que en el caso del cine se denomina guion. El guion cinematográfico contiene el plan detallado de lo que sucede en la historia, así como los diálogos y acciones de los personajes y todas las indicaciones técnicas necesarias para el rodaje que se realizará posteriormente.

Además, el cine toma del teatro y de la literatura en general no solo muchos temas y argumentos, como ya has visto en la unidad 6, sino también muchas de sus técnicas y procedimientos narrativos:

  • El punto de vista desde el que se cuenta la historia, y la posición del autor o de la autora ante los hechos, cómo los enfoca, cómo los expone.
  • La estructura de la historia; por dónde se empieza, cómo avanza o retrocede, y cómo finaliza.
  • La presentación y análisis de los personajes, a los que conoceremos por sus actos, por los diálogos, por la vestimenta, por sus gestos…
  • La representación de épocas y de ambientes para situar y entender los hechos, los pensamientos y reacciones de los personajes.

La diferencia fundamental entre ambas artes es que, mientras que en el teatro la historia es representada por actores y actrices en directo, sobre un escenario y ante un público, el cine narra la historia mediante imágenes y sonido grabados previamente y proyectados ante los espectadores.

Además del oficio de guionista, en una película participan, entre otras muchas, las siguientes profesiones:

  • Producción, que se ocupa de los aspectos financieros, legales, organizativos y de difusión de la película.
  • Dirección, que consiste en llevar a la pantalla el guion cinematográfico, organizando la historia en planos e imprimiendo un estilo y un lenguaje personal.
  • La interpretación de actores y actrices que dan vida a los personajes.

El Origen de las Lenguas de España

La España Prerromana

Antes de la llegada de los romanos (218 a.C.), se hablaban en la península ibérica distintas lenguas, que podían distribuirse en dos grupos: las lenguas no indoeuropeas (el ibérico y el euskara) y las indoeuropeas (el celtibérico y el lusitano). Esas lenguas, en general, fueron desapareciendo paulatinamente al irse imponiendo el latín que traían los conquistadores romanos. De ellas nos quedan algunos restos en palabras y en morfología. Por ejemplo:

  • Léxico: vega, barranco, carrasco, beleño, baranda, balsa, arroyo, estepa…
  • Morfología: algunos sufijos como -arro, -urro, -asco.

De todas aquellas lenguas, se ha mantenido hasta la actualidad el euskara o vasco.

El Euskara o Vasco

El euskara es una lengua prerromana, pervivencia de las lenguas que se hablaban antes de la llegada del latín. Pertenece a una familia lingüística que en el pasado llegó a tener una gran extensión, pero que sufrió un enorme repliegue. Se han conservado algunas variedades: en España (vizcaíno, guipuzcoano, alto navarro…) y en Francia (labortano, bajo navarro y suletino). El euskara o vasco es lengua oficial en el País Vasco y parte de Navarra, junto con el castellano. La creación de una norma común (euskara batúa), así como el apoyo político, social, económico y educativo han fomentado su recuperación.

El Latín y las Lenguas Romances

El dominio romano no se limitaba al aspecto militar. Los colonizadores aportaron sus conocimientos sobre agricultura, ganadería y minería, impusieron su propia organización administrativa y jurídica y, a través de la educación, enseñaron la lengua latina y la cultura romana.

Todo este proceso se conoce como romanización. El latín transmitido no era la lengua de los literatos (latín clásico), sino la variedad popular hablada por los soldados, los colonos, los artesanos…, el llamado latín vulgar. Su implantación no fue uniforme, sobre todo porque se aplicó a los pueblos que hablaban lenguas muy diferentes.

Influencias en las Lenguas Romances

Una vez disuelto el Imperio romano, dos grandes influencias fueron dando forma a las lenguas romances:

  • La influencia germánica que se inició en el año 409 con las invasiones de algunos pueblos germánicos procedentes del norte de Europa (suevos, vándalos, alanos…). Posteriormente, en el año 427, llegaron a la Península unos nuevos invasores germánicos, los visigodos. Los visigodos reunificaron de nuevo el territorio hispano e impusieron su gobierno y sus costumbres, pero adoptaron la lengua latina. La herencia germánica en las lenguas romances hispanas se limita a unas pocas palabras. Por ejemplo: espía, ganar, gavilán, guerra, Álvaro, Elvira, Fernando…
  • La influencia árabe, que se inició en el año 711 y se extendió, prácticamente, a todo el territorio hispánico, excepto a unas zonas montañosas del norte. El árabe nos ha dejado gran riqueza léxica en diferentes áreas. Por ejemplo: guerra (adalid, adarga…), agricultura (azafrán, aceituna…), comercio (aduana, almacén…), vivienda (aldea, alcoba, azulejo…), instituciones (alguacil, alcalde…), ciencias (cifra, algoritmo…). También se nos han dejado muchos topónimos (Alcalá, Medina, Guadalajara, Guadalquivir…).

En estas zonas del norte los núcleos de población estaban muy dispersos y formaron distintos reinos. Esta separación potenció aún más la fragmentación lingüística y el latín fue dando lugar a las diversas lenguas romances. Las lenguas romances son el gallegoportugués, el asturleonés, el castellano, el navarroaragonés, el catalán y, posteriormente, el mozárabe.

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