Historia del Teatro Español Contemporáneo

Teatro Español del Siglo XX

Contexto Histórico y Político

En 1936, la venta y reproducción de libros socialistas o comunistas era ilegal. En 1938, se promulgó la primera Ley de Prensa, que duró hasta 1966, cuando apareció la nueva Ley de Prensa e Imprenta de Manuel Fraga Iribarne. La cultura y la educación estaban en manos de la monarquía, mientras que la prensa y la propaganda eran controladas por la Falange. La Iglesia y la Falange fueron los dos pilares del franquismo. La enseñanza quedó en manos de la Iglesia y del Opus Dei.

  • Años 50: Aparición del SEU (Sindicato de Estudiantes Universitarios).
  • Años 60: Influencia del Mayo del 68 francés y aparición de ETA.
  • Años 70: Muerte del dictador, desaparición del régimen y llegada de la democracia parlamentaria.
  • Desde finales del siglo XX hasta la actualidad: Disminución del público teatral debido a la competencia del cine, la televisión, el video e Internet.

El Teatro hasta la Nueva Constitución

Hasta la llegada de la nueva Constitución, existían tres elementos principales en relación con el teatro:

Teatros Nacionales

  • Teatro Español: Representación de obras clásicas.
  • Teatro María Guerrero: Representación de obras modernas de autores como Valle-Inclán, Eugene O’Neill, Anton Chéjov, Máximo Gorki, Oscar Wilde y J.B. Priestley.
  • Teatro Nacional de Cámara y Ensayo: Sin local fijo.
  • Teatro Lírico Nacional: Con sede en el Teatro de la Zarzuela. Posteriormente, todos estos teatros se integraron en el Centro Dramático Nacional, que programaba actividades y campañas.

Circuitos Comerciales

Se mantuvieron como empresas libres, ofreciendo teatro de evasión y diversión. En los años 60, nació el café-teatro, con autores de vanguardia. Estas salas tuvieron una corta duración, pero tras la muerte del dictador en 1975, surgieron salas de teatro erótico, gracias a la ausencia de censura.

Teatro «Off-Off»

Muchos teatros de cámara y ensayo, al no tener locales fijos, representaban sus obras en aulas magnas, salones de actos o en salas comerciales durante los días de descanso de las compañías. Algunas salas importantes fueron: La Sala Cadarso, El Gallo Vallecano, el Teatro CAPSA de Barcelona y QUART-23 de Valencia.

Raíces del Pasado: Renovación e Innovación

Alejandro Casona y Max Aub

Destacaron por su innovación en el teatro español.

Humor

El humor alcanzó su mayor desarrollo en la posguerra, con autores que provocaban el absurdo mediante un humor intelectualizado en ambientes dispares. Destacan:

  • Enrique Jardiel Poncela: «Usted tiene ojos de mujer fatal», «Eloísa está debajo de un almendro», «Los habitantes de la casa deshabitada» y «El sexo débil ha hecho gimnasia».
  • Miguel Mihura: «Tres sombreros de copa», «Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario», «Maribel y la extraña familia» y «Ninette y un señor de Murcia». También creó las revistas La Ametralladora y La Codorniz.

Teatro Convencional

Este teatro seguía las formas burguesas heredadas de la Alta Comedia. Las obras, con un tono poético, se ajustaban a las normas del buen gusto. Sus autores, conservadores y reaccionarios, cultivaron varios géneros con éxito:

  • José María Pemán: El divino impaciente.
  • José Ignacio Luca de Tena: ¿Dónde vas, Alfonso XII?
  • Joaquín Calvo Sotelo: Una muchachita de Valladolid.
  • Edgar Neville: Alta fidelidad.
  • Víctor Ruiz Iriarte: El landó de seis caballos.
  • Agustín de Foxá: Baile en Capitanía.
  • López Rubio: Celos del aire.
  • J.A. Jiménez Arnau: Murió hace quince años.

Las Generaciones Realistas

Surgieron a raíz del estreno de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo. Su técnica dramática era similar a la del teatro convencional, pero con una toma de conciencia de la realidad. Sus formas estéticas compartían el inconformismo. Este movimiento comenzó con Alfonso Sastre en 1950, con el «Manifiesto del Teatro de Agitación Social», influenciado por el neorrealismo italiano y el realismo social ruso y mexicano. Posteriormente, llegó el teatro del absurdo, con tres corrientes de influencia:

  • Realismo ruso: Anton Chéjov y Máximo Gorki.
  • Realismo americano (años 40/50): Arthur Miller y Tennessee Williams.
  • Generación del 98: Miguel de Unamuno y Ramón María del Valle-Inclán.

Generación de los Años 50 (Generación del Medio Siglo)

  • Antonio Buero Vallejo: Historia de una escalera, Las palabras en la arena, En la ardiente oscuridad, La tejedora de sueños, Las cartas boca abajo y Un soñador para un pueblo.
  • Alfonso Sastre: Escuadra hacia la muerte, La mordaza, Muerte en el barrio, Guillermo Tell tiene los ojos tristes y La cornada. Estuvo relacionado con la izquierda abertzale vasca.
  • Alfonso Paso: Juicio contra un sinvergüenza y Los pobrecitos.
  • Jaime de Armiñán: Eva sin manzana, Nuestro fantasma y Mi querida señorita (cine y televisión).
  • Jaime Salom: Un bebé para papá y El mensaje.
  • Juan José Alonso Millán: Las señoras primero (comedia y cine).
  • Alfredo Mañas: La feria de cuernicabra (comedia y cine).

Generación de los Años 60

  • Ricardo Rodríguez Buded: La madriguera y Un hombre duerme.
  • José Martín Recuerda: El teatrito don Ramón, Las salvajes en Puente San Gil y Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca.
  • Lauro Olmo: La camisa, La pechuga de la sardina y English Spoken.
  • Carlos Muñiz: El grillo y El tintero.
  • José María Rodríguez Méndez: Los inocentes de la Moncloa, Bodas que fueron famosas del Pingajo y La Fandanga y Flor de otoño.
  • Juan Antonio Castro: Tiempo del 98 y La visita.
  • José Antonio Gala: Los verdes campos del Edén y Anillos para una dama.
  • Agustín Gómez Arcos: Los gatos y Queridos míos, es preciso contaros ciertas cosas.
  • Manuel Muñoz Hidalgo: El herrero de Betsaida y El tornillo.

La Generación Simbolista

Influidos por la estética del teatro del absurdo y las técnicas experimentales de grupos europeos y americanos. Este teatro, original y provocativo, atacaba la lógica. Sanguinetti consideraba las vanguardias como un producto burgués, mientras que Roland Barthes creía que tenían subjetividad en los valores burgueses. Lo underground, el absurdo existencial y el utillaje de la representación marcaron la vanguardia, junto con la importancia del actor, sus vivencias y su capacidad de improvisación. La representación se convirtió en un producto colectivo.

Teatro de Autor

El Absurdo

Desarrollado por Eugène Ionesco, Jean Genet, Samuel Beckett y Arthur Adamov, junto con el teatro pánico de Alexandre Jodorowsky, Roland Topor, los hermanos Stenberg y Fernando Arrabal, quien definía lo pánico como «esa manera de ser, presidida por la confusión, el humor, el terror, el azar y la euforia». Obras de Arrabal: El triciclo, Guernica, El cementerio de automóviles y El jardín de las delicias. Su teatro es genial, brutal, sorprendente y provocador.

Lo Underground

Reprimido política, moral y económicamente, se movía en círculos contrarios al Teatro Independiente, con temas de gran alcance. Autores destacados:

  • José Ruibal: Su Majestad la sota y El hombre y la mosca.
  • Jerónimo López Mozo: Los novios o la teoría de los números combinatorios y Ahlán.
  • Antonio Martínez Ballesteros: Los mendigos, Retablo en tiempo presente y Tiempo de guerrilla.
  • José María Bellido: Fútbol, Tren a F y Milagro en Londres.
  • Manuel Martínez Mediero: El último gallinero y Las hermanas de Búfalo Bill.
  • Luis Matilla: Postmortem y Los fabricantes de héroes se reúnen a comer.
  • Jesús Campos: Matrimonio de un autor teatral con la Junta de Censura y 7000 gallinas y un camello.
  • Ángel García Pintado: El taxidermista y Crucifixión.
  • Diego Salvador: Las soluciones…, mañana y Los niños.
  • José Luis Alonso de Santos: ¡Viva el Duque, nuestro dueño!, La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro.
  • José Martín Elizondo: Los antropófagos y Pavana para una infanta difunta.

Teatro «Off the Record»

  • Francisco Nieva: Su obra se divide en dos grupos: Teatro furioso y Teatro de farsa y calamidad. Imaginativa y vitalista, con lenguaje y escenografía barroca, influenciado por Valle-Inclán. Obras destacadas: Malditas sean Coronada y su hija, La carroza de plomo candente, Es bueno no tener cabeza y Tórtolas, crepúsculo y… telón.
  • Miguel Romero Esteo: Pontifical, Paraphernalia de la olla podrida…, Tartessos y Liturgia de Gárgoris, rey de reyes.

Teatro Colectivo

Se intentó romper con lo tradicional y «lo literario». Los grupos de Teatro Independiente optaron por la creación colectiva para el montaje de obras ya escritas. Destacan:

  • Els Joglars: Creado en 1962, con Albert Boadella como director desde 1967. Su método de trabajo invertía las funciones en los sistemas de comunicación, relegando el sistema lingüístico a un segundo plano. Optaron por la farsa esperpéntica: El joc, La torna, Mary d’ous, La odisea y Laetitius.
  • Tábano: Creado en 1968. Desarrollaban situaciones mediante improvisaciones, destacando un texto y un subtexto. Adoptaron diversas técnicas teatrales, desde el Teatro del Absurdo hasta la Revista o el Sainete: El juego de los dominantes y Castañuela 70.

El Teatro a Finales del Siglo XX

Álvaro del Amo, Sergi Belbel y Vicente Molina Foix: Fieles a procedimientos vanguardistas e innovadores, como la explotación del mundo onírico, técnicas cinematográficas o del Teatro del Absurdo, intentando derribar las barreras entre realidad, ficción y apariencia.

Fermín Cabal, Fernando Fernán Gómez, José Sanchís Sinisterra y Paloma Pedrero: Revitalizaron el sainete, la farsa, el esperpento, la comedia de costumbres, el drama naturalista y el realismo poético y fantástico, abordando problemas sociales como la violencia, el paro, la droga, la delincuencia y la opresión social, así como conflictos humanos como la soledad, la incomunicación, la marginación, el amor, el sexo y los prejuicios.

José Sanchís Sinisterra: Ñaque o de piojos actores y ¡Ay, Carmela!

Otros autores destacados: Ernesto Caballero, Yolanda Pallín, Juan Mayorga, Ana Diosdado e Ignacio García May.

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