Historia de la poesía española después de 1936

La Poesía Española Después de 1936

La Poesía en el Exilio

Tras la Guerra Civil, la temática de la «patria perdida» se convierte en un tema recurrente entre los poetas exiliados. Destacan autores como León Felipe, Juan Ramón Jiménez (El otro costado) y Pedro Garfias. Algunos poetas de la Generación del 27 continúan su labor de creación lírica en el exilio, con un estilo elegante y cuidado que recrea el mundo clásico y mediterráneo.

La Poesía en España

La Poesía de los Años 40

Este periodo se divide en dos corrientes principales:

  • Poesía arraigada: Expresa conformidad con el régimen franquista, ensalza las raíces de la España vencedora y muestra una fe profunda. Difundida por revistas como Escorial y Garcilaso, esta poesía presenta una visión castrense, militar y amorosa de la vida.
  • Poesía desarraigada: En contraste con la anterior, esta corriente muestra una visión pesimista del mundo, considerado un caos. Se expresa la religiosidad con desesperanza y duda. Difundida por la revista Espadaña, se enfrenta a la estética de Garcilaso, considerada “poesía de salón”. Con un propósito rehumanizador, utiliza un estilo áspero y sencillo. Entre sus representantes se encuentran: Victoriano Crémer, Eugenio de Nora; Dámaso Alonso (Hijos de la ira); Vicente Aleixandre (Sombra del Paraíso).

El Grupo Cántico

Con una fuerte conexión con la Generación del 27, especialmente con Cernuda, el Grupo Cántico presenta una poesía de reflexión con cierto refinamiento, que aborda el tema del amor vitalista. Sus representantes son García Baena, Juan Bernier y Ricardo Molina.

El Postismo

Movimiento que busca enlazar con las Vanguardias, defiende la libertad creadora y el espíritu lúdico e imaginativo. Se relaciona con el movimiento artístico catalán “Dau al set” (Tapies) y poetas como Brossa y Cirlot. Su principal representante es Carlos Edmundo de Ory.

La Poesía de los Años 50: La Poesía Social

Basada en el realismo social, el poeta se muestra solidario y busca dar testimonio crítico de su época para transformar la sociedad. Algunos autores destacados son Gabriel Celaya (Cantos iberos), Blas de Otero (Ancia, Pido la paz y la palabra, Que trata de España) y José Hierro (Cuanto sé de mí). Abordan temas como España desde un enfoque político, la injusticia, la alienación y la solidaridad con el proletariado. Entre sus precedentes se encuentran César Vallejo, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Antonio Machado y Rafael Alberti. Su estilo se caracteriza por un tono narrativo, coloquial, prosaico y directo, con mayor preocupación por el contenido que por la forma.

La Poesía de los Años 60: La Renovación y la Experiencia Personal

Surge la “poesía de la experiencia personal” como medio de conocimiento de la realidad, basada en el autobiografismo. Los autores dignifican el lenguaje poético con una expresión cuidada y antirretórica. Los temas recurrentes son la evocación de la infancia y adolescencia, la metapoesía y la preocupación por el hombre. Entre sus representantes destacan Ángel González (Grado elemental), José Ángel Valente (La memoria y los signos), Francisco Brines, Claudio Rodríguez (Don de la ebriedad), José Manuel Caballero Bonald, Antonio Gamoneda, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma (Moralidades).

La Poesía de los Años 70: Los Novísimos

La antología de Castellet, Nueve novísimos poetas españoles, incluye a Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero. Esta generación rompe con el realismo de la posguerra y propugna la autonomía del arte. Su formación literaria es principalmente extranjera (Oscar Wilde, T.S. Eliot, William Blake), rechazan la tradición literaria española (exceptuando a poetas como Cernuda y Aleixandre) y se interesan por autores hispanoamericanos como Octavio Paz y José Lezama Lima. Sus temas son variados: mitologías, deporte, política. El «yo» desaparece y la poesía deja de ser comunicativa. Formalmente, se caracterizan por una estética veneciana, culta y refinada, y por la influencia de las vanguardias. Destacan Guillermo Carnero (El sueño de Escipión) y Pere Gimferrer (La muerte en Beverly Hills).

Desde Finales de los 80: El Retorno a la Experiencia

Autores como Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Julio Martínez Mesanza, Felipe Benítez y Pedro Casariego retoman la “poesía de la experiencia”, utilizando materiales autobiográficos o creando biografías ficticias en cada poema. Se exhibe el yo poético, se investigan los sentimientos y se regresa a temas eternos. Se relee la tradición cultural española, se recuperan los metros clásicos y la rima, se introduce el humor, la ironía y la parodia, y se elige el espacio y la temática urbana como fuente de inspiración.

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