Historia de la novela española: del modernismo a la experimentación

Novela Modernista (Siglo XX)

Entre los autores modernistas destaca Valle-Inclán, caracterizado por dos rasgos fundamentales: un violento inconformismo hacia la sociedad de su época (bohemia) y un espíritu innovador y rupturista contra el realismo burgués como manifestación estética. Valle-Inclán inicia su carrera literaria con relatos modernistas a comienzos del siglo XX. En este periodo destacan cuatro novelas, conocidas como Las Sonatas, protagonizadas por el Marqués de Bradomín. Estas narraciones muestran la actitud evasiva propia del artista modernista: huir del presente para refugiarse en mundos irreales e idealizados. Lo más destacable de estas novelas son sus aspectos técnicos y formales: la acción es escasa, con poco desarrollo narrativo, y el lenguaje es evocador, sugerente y musical.

Entre 1908 y 1909, escribe la trilogía La Guerra Carlista, donde trata temas más cercanos en el tiempo. En los años 20, Valle-Inclán crea el esperpento, inicialmente como obra de teatro, pero también lo aplica a la novela. Esta técnica presenta a los personajes como ridículos o grotescos. Un ejemplo de novela esperpéntica es Tirano Banderas, la historia de un dictador de un país hispanoamericano.

Novela Noventayochista (Generación del 98)

Los novelistas más importantes de esta generación son Azorín, Pío Baroja y Miguel de Unamuno. Los tres coinciden en la necesidad de renovar la novela española superando el realismo burgués decimonónico. El concepto de narrativa de Azorín está teñido de impresionismo, el de Baroja de individualismo vitalista y el de Unamuno de existencialismo.

Azorín

Azorín fue crítico literario durante más de 60 años, y su obra se basa mayoritariamente en el ensayo. Su gran preocupación fue el modo de aprehender la realidad. Como crítico, sus libros más importantes son La Ruta de Don Quijote, Los Pueblos y Al Margen de los Clásicos. Su obra literaria de creación se compone de varias novelas publicadas a principios del siglo XX: La Voluntad (una novela impresionista y fragmentaria), su continuación Las Confesiones de un Pequeño Filósofo, y Antonio Azorín. Estas tres novelas se escriben en el ambiente de crisis espiritual y social de principios del siglo XX. Su concepto y práctica de la novela impresionista se caracteriza por el estilo asindético y el fragmentarismo estructural.

Pío Baroja

Pío Baroja escribió más de 60 novelas, con tendencia a agruparlas en trilogías. Las más famosas son La Lucha por la Vida, El Mar y La Tierra Vasca. Son narraciones que muestran la evolución psicológica del protagonista a través de diversos sucesos. Las influencias más acentuadas son el pesimismo de Schopenhauer (la naturaleza de la vida es el sufrimiento) y el vitalismo de Nietzsche (el deseo de superación mediante la lucha). Su concepto de novela se basa en la espontaneidad y la observación. Lo diferencial en Baroja es que no cree en la objetividad del narrador ni en el mito de la omnisciencia.

Miguel de Unamuno

En 1897, Unamuno publica En Torno al Casticismo, donde plantea la regeneración de España mediante la recuperación de su personalidad nacional. Ese mismo año, vive una profunda crisis religiosa que influye en toda su obra literaria, marcada por el existencialismo. En la novela Paz en la Guerra, aparece el concepto de intrahistoria, así como la tensión entre historia e intrahistoria. La novela unamuniana se caracteriza por:

  • Esquematismo y ausencia de descripciones paisajísticas, asemejándose a dramas íntimos.
  • El interés se centra en el personaje: sus pensamientos, acciones y esencia.
  • El narrador es deficiente, conoce la información al mismo tiempo que los personajes y los lectores.
  • El diálogo muestra directamente el conflicto vivido por los personajes.
  • Simbolismo: las descripciones simbolizan el conflicto interno de los personajes.
  • Psicologismo: lo exterior al personaje se desvanece.
  • Visión del mundo como novela divina: la relación Dios-hombre se plantea como soñador-soñado.
  • Protagonista agónico: lucha contra sí mismo.
  • La duda existencial sobre Dios: la razón niega, pero el corazón busca.

Sus novelas más conocidas son: Niebla, La Tía Tula, San Manuel Bueno, Mártir y Nada Menos que Todo un Hombre.

Novela Novecentista (Generación del 27)

Gabriel Miró

Su obra narrativa, conocida como novela esteticista, se caracteriza por:

  • Prescindir de la acción como elemento integrante de la narración.
  • El argumento se limita a un personaje que piensa o recuerda, pero no actúa.
  • Primacia de los elementos sensoriales.
  • Ruptura de la continuidad temporal.
  • Fragmentarismo: escenas con valor estético propio.
  • Uso de la insinuación y la sugerencia.

Sus obras más importantes son: Las Cerezas del Cementerio, El Obispo Leproso, El Libro de Sigüenza y Nuestro Padre San Daniel.

Ramón Pérez de Ayala

Se distinguen dos etapas en su obra:

  • Etapa juvenil: realismo con visión pesimista e ironía. Novelas biográficas como Tinieblas en las Cumbres y La Pata de la Raposa.
  • Segunda etapa: simbolismo caricaturesco y lenguaje con componentes ideológicos. Luna de Miel, Luna de Hiel y su continuación Los Trabajos de Urbano y Simona. Tigre Juan es su obra cumbre.

Novela de los 40 (Posguerra)

Se caracteriza por la desorientación de los escritores, la censura y la falta de acceso a obras de autores exiliados o europeos. Surgen varias corrientes:

  • Novela Tremendista: Iniciada con La Familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, se centra en los aspectos más duros de la vida.
  • Novela Existencial: Comienza en 1945 con Nada de Carmen Laforet. Se centra en la intimidad de personajes marginados, con temas como la soledad, la inadaptación y la frustración.
  • Novela Triunfalista: Justifica la Guerra Civil y sus consecuencias. Destaca Madrid, de Corte a Checa de Agustín de Foxá.

Novela de los 50 (Realismo Social)

Se inicia con dos obras de personaje colectivo: La Colmena de Camilo José Cela y La Noria de Luis Romero. El realismo social tiene dos variantes:

  • Realismo Objetivista: Narrador imparcial. Destaca El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio.
  • Realismo Crítico: Narrador implicado. Destaca Señas de Identidad de Juan Goytisolo.

Los autores del realismo social, conocidos como la Generación del 55, incluyen a Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos, Juan García Hortelano, Alfonso Grosso, Ignacio Aldecoa, entre otros. Características del realismo social:

  • Solidaridad con los humildes y deseo de cambio social.
  • Sencillez narrativa y linealidad.
  • Condensación espacio-temporal.
  • Preferencia por el personaje colectivo.
  • Predominio del diálogo.

Otras tendencias de los 50:

  • Novela existencialista de José Luis Sampedro.
  • Novela psicológica de Gonzalo Torrente Ballester.
  • Novela fantástica de Álvaro Cunqueiro.

Novela de los 60 (Experimental)

Se inicia en 1962 con Tiempo de Silencio de Luis Martín-Santos. La novela experimental se caracteriza por:

  • Perspectivismo.
  • Monólogo interior.
  • Alteración del orden cronológico.
  • Efectos tipográficos.
  • Riqueza expresiva y léxico rebuscado.
  • Pérdida de importancia de la trama.

Luis Martín-Santos, médico con gran formación cultural, falleció tras publicar su primera novela. Tiempo de Silencio critica el subdesarrollo, el estado de la ciencia y la hipocresía social, con un estilo barroco y rebuscado que contrasta con la realidad que muestra. Utiliza recursos poéticos, como la metáfora, y el monólogo interior.

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