HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
Las habilidades de comunicación necesarias para un político son: saber comunicar, saber escuchar, saber preguntar y saber usar el silencio.
Para comunicar con EFECTIVIDAD (saber comunicar) es necesario preguntarse:
- ¿Cuál es nuestro objetivo en la comunicación?
- ¿Qué queremos comunicar?
- ¿A quién se lo vamos a comunicar?
- ¿Cómo se lo vamos a comunicar?
- ¿Dónde y cuándo lo vamos a comunicar?
Hacerlo, y no de cualquier forma, sino en la adecuada.
Saber escuchar:
- Entender lo que nos quieren transmitir: captar el mensaje.
- Detectar la carga “emocional” del mensaje.
- Percibir activamente, mostrar interés en lo que nos dicen.
- Evitar la estrechez mental y nuestros miedos al escuchar.
HERRAMIENTAS PARA QUE EL POLÍTICO COMUNIQUE CON ÉXITO:
- Comunicación
- Motivación
- Habilidad
- Oportunidad
- Persuasión
- Seducción
El objetivo es el compromiso y la participación en nuestro favor del ciudadano. Si alcanzamos los objetivos marcados nos sentiremos más motivados para continuar.
LA COMUNICACIÓN VERBAL
La oratoria es el arte de saber hablar a través de la palabra, el medio fundamental de expresión del ser humano. Saber definir, decir y comunicar nuestras ideas para convencer y emocionar a nuestro receptor, que al fin y al cabo, es el protagonista de nuestro mensaje y quien nos debe comprender. Hay que ser conscientes de que entre 30 segundos y 4 minutos bastan para crearse una opinión duradera, ya sea formada o deformada, de alguien. No hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión, ya que el impacto inicial lo produce nuestro aspecto, cómo nos movemos, cómo hablamos – tono, volumen… – y, finalmente, las palabras. Tú eres tu conducta.
Es importante preguntarse: ¿por qué hago esto? ¿Qué quiero lograr? ¿Cuál es el mensaje? ¿He ensayado? El orador debe mostrar una serie de habilidades, puede adquirirlas y perfeccionarlas a base de entrenamiento.
Habilidades más importantes:
- Concisión y concreción.
- Claridad de ideas.
- Entusiasmo con el mensaje y en su transmisión.
- Coherencia en el discurso.
- Naturalidad.
- Actitud sincera.
- Empatía.
PUNTOS CLAVE DE LA ORATORIA:
A. El mensaje:
Es el paso previo a la preparación del mensaje, determinar el fin y el objetivo de la reunión, del mitin, del congreso, de la entrevista. Necesitamos reunir material existente sobre el tema a tratar para crear nuestro mensaje a través de una argumentación lógica.
1. Introducción:
Para captar la atención de nuestro auditorio. Pueden servirnos, como recursos, el contar una experiencia, hacer una referencia histórica, o decir algo que genere controversia.
2. Sección principal:
Debe constar de entre tres y seis apartados. Es la parte central de nuestro discurso y debe ser clara y sencilla. Tiene un hilo conductor y coherente, establece conclusiones parciales, utiliza ejemplos prácticos y combina diferentes técnicas de oratoria: la pregunta, el debate, el silencio…
3. Conclusión:
Reúne las conclusiones parciales y expone las definitivas así como sus consecuencias. Agradece la asistencia y atención y finaliza. Cabe la posibilidad de abrir una ronda abierta de preguntas para asistentes.
B. El estilo:
El estilo es la forma de expresarse. Hay varios tipos:
Sencillo:
Enseñar y demostrar. Información clara. Racionalidad, sobriedad, objetividad. Sencillez, claridad, lucidez. Lenguaje “corriente”.
Medio:
Deleitar. Elegancia en el vocabulario. Ameno. Elimina el peligro del aburrimiento y monotonía.
Elevado:
Conmover y excitar. Persuasión emocional. Lenguaje complejo. Cambio de ritmo.
No hay un estilo más bueno que otro, depende del medio y del motivo de exposición. Características comunes a los tres estilos son la naturalidad y claridad de exposición. Hay que proyectar un estado de tranquilidad y hablar en tono de conversación siempre que la parte del discurso no sea la exaltación o la arenga.
Las frases serán concisas y con sentido. Es importante recordar:
- De 1 a 8 palabras: fáciles de comprender – lenguaje infantil –
- De 8 a 14 palabras: fáciles de comprender.
- De 14 a 18 palabras: normales, auditorios profesionales.
- De 18 a 30 palabras: difíciles de comprender.
- Más de 30 palabras: generalmente incomprensibles.
C. El vocabulario
El vocabulario de nuestro discurso será rico y espontáneo, preciso, conciso, visual, propio, transparente, armónico y adaptado al auditorio. No será, sin embargo, pedante, abstracto, tópico, con frases hechas y manidas que no tengan mucho sentido expresarlas en ese momento, y ampuloso y excesivamente reverencial y técnico.
D. La memoria
Nos ayuda a tener seguridad y confianza y da espontaneidad e inmediatez al discurso. Al igual que nuestra postura, nuestra intervención o nuestro mensaje, la memoria también requiere de entrenamiento, a base de repetición, de aprender a relacionar pensamientos, de concentración mental y de leer repetidamente en voz alta. Un ejercicio práctico es grabar el discurso en audio / video y revisarlo hasta sentirse cómodo con la forma y el fondo.
E. La voz (Paralenguaje, CNV)
Estas son las diez claves de la voz:
- Timbre. ¿Qué timbre tenemos? ¿Gutural? ¿Chillón? ¡Melodioso!
- Intensidad. No es lo mismo hablar a 15 que a 1000.
- Ritmo. Movimiento ordenado, como la música.
- Registros. Educar la voz hasta conseguir los más variados posibles, adaptándolos a los tipos de intervención o al momento del discurso.
- Pronunciación. Emisión equilibrada y correcta de la voz, “sin comerse la palabra”.
- Inflexión. Quebrada, silenciosa, potente. El entrenamiento nos permite usarla adecuadamente.
- Puntuación: Da claridad y consistencia al mensaje.
- Respiración: Es necesario controlarla para lograr la necesaria resistencia. Suavidad entre frases cortas.
- Articulación: Flexible y precisa.
- Modulación: Matizar las palabras, subir o bajar el volumen de acuerdo con la importancia de lo que se dice.