El Género Lírico
El género lírico se define a través de una serie de criterios que van desde lo externo a lo interno:
- Modo de organización (Morfología): El poema lírico se caracteriza por una peculiar organización lingüística basada en repeticiones o redundancias en los distintos niveles del lenguaje: fonológico, morfológico, sintáctico y semántico. En estas repeticiones reside uno de los rasgos básicos de la lírica: el ritmo.
- Proceso de creación: Lo que caracteriza a la lírica es un proceso de subjetivación del poeta, que utiliza la realidad para hablar de sí mismo. En el poema se produce un proceso de simbolización, que utiliza como instrumento la connotación, otro de los rasgos caracterizadores de la lírica.
- Actitud del autor: La revelación y expresión de una interioridad, de un sujeto individual y el tono de su «yo» es lo que se llama actitud lírica. Por eso, la función del lenguaje que predomina en el texto lírico es la emotiva o expresiva.
El Género Narrativo
Morfología del relato
Todo relato se presenta como un largo sintagma. En dicho sintagma encontramos unas secuencias elementales que se ordenan en tres fases:
- Una situación que abre la posibilidad de un determinado comportamiento.
- La realización de la posibilidad antes sugerida u otra.
- El resultado, fracaso o éxito, del acto realizado en la fase anterior.
Dentro de la gran secuencia, este alterna unidades mayores (nudos) con unidades menores que proporcionan elementos sobre los personajes, el ambiente en que transcurre la acción, detalles sociales o ideológicos. Dentro del universo narrativo, hay figuras o categorías que desempeñan funciones determinantes para la forma del relato: el narrador, el personaje y el tiempo.
- El narrador: La figura del narrador es fundamental. Es muy importante caracterizar la relación emisor-mensaje.
- El personaje: Es otro de los elementos estructurales básicos del relato. Toda acción se encarna en uno o más personajes. No ha de ser considerado como «persona real», sino como elemento textual.
- El tiempo: Ocupa un lugar destacado entre los elementos que condicionan o determinan las formas narrativas. Las secuencias se articulan en una duración temporal.
Proceso de creación y actitud narrativa
El proceso que se produce en la narrativa es un proceso de creación de mundos autónomos. La necesidad de contar implica un impulso fundamental: el deseo de objetivar un mundo. La función del lenguaje que predomina en el relato es la referencial o representativa.
El Género Dramático
Morfología del drama
Si se considera el drama como una forma literaria, hay que hacer una distinción fundamental:
- El texto teatral, en cuanto palabra escrita, es esencialmente complementario de otro elemento no textual: el espacio escénico.
- La obra dramática en su totalidad sólo se realiza en el escenario, el lugar donde la palabra dramática se funde con los elementos no verbales tales como gestos y decorados.
La escritura teatral adquiere su forma específica mediante el diálogo. Sus funciones son:
- Construir, caracterizar y presentar a los personajes y la acción.
- Estructurar la relación, en general conflictiva, que los personajes mantienen entre ellos o entre sí y la acción.
En cuanto a la estructura lingüística, el tema se basa en el eje de los personajes, en el enfrentamiento verbal entre un yo y un tú. Tú/Yo es el soporte de la acción y determina no solo la estructura dramática, sino también la sintaxis, el encadenamiento del texto teatral, en fin, la forma del drama.
Proceso de creación y actitud dramática
Tanto la narrativa como el drama presentan personajes situados en un determinado contexto, época y lugar que mantienen relaciones diversas. Los personajes se manifiestan a través de una serie de acciones por las que, normalmente, se puede contar «la historia» de una narración o de un drama. A pesar de las semejanzas, ambos géneros presentan diferencias específicas fundamentales:
- El fuerte grado de concentración que encierra todo proceso de producción dramática.
- La importancia que tiene en este proceso el hecho de que los personajes actúen directamente y no sean descritos por una tercera voz, es decir, no hay narrador.
Esta forma de creación literaria resulta de la específica actitud dramática, cuya característica es una tendencia a expresar la totalidad de la vida y de las relaciones humanas en sus momentos de tensión antagónica, de crisis y de conflictos.
La Poesía Lírica desde 1970 a Nuestros Días
Los Novísimos
José María Castellet acuñó el término «Novísimos» para referirse a un grupo de poetas que buscaban renovar el lenguaje poético, volviendo sus ojos al surrealismo. Crean una poesía con frecuencia hermética, de gran dificultad de lectura. Gimferrer es el más significativo. Según la crítica, las características de este grupo se pueden resumir así:
- Preocupación máxima por el lenguaje y por el poema como creación autónoma.
- Esteticismo, revalorizando lo lujoso. Este esteticismo se relaciona con el culturalismo y el exotismo.
- Sus poemas a veces se presentan como literatura de la literatura.
- La presencia de los mass media como referente cultural y fuente de mitos populares en que inspirarse.
- Uso frecuente de procedimientos experimentales.
- Presencia del surrealismo.
Muchos de estos autores llegan a separar completamente realidad y poesía. Dentro de este grupo podemos distinguir dos líneas:
- Autores que comienzan a escribir en los inicios de la década de los 60, muy influidos por la cultura pop.
- Una segunda generación que se da a conocer en los años finales de la década o ya en los 70, influidos por el decadentismo de Kavafis. Citemos a Guillermo Carnero o a Antonio Colinas.
Como rasgos generales, podemos destacar la importancia de la ironía y el carácter rompedor. Se proponen romper la estructura rítmica de los poemas. No hay alta o baja cultura, sino simplemente conocimientos que se pueden usar en el poema.
Últimas Generaciones Poéticas
Señalamos algunos nombres más significativos: Antonio Colinas, Antonio Carvajal, José Miguel Ullán, Jenaro Talens, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena.
- a) Experimentalismo (Ullán): Poemas vanguardistas.
- b) Culturalismo (Colinas): Influencia del mundo clásico grecolatino. El poema manifiesta un vasto dominio cultural.
- c) Clasicismo (De Cuenca, Siles, Villena): Vuelta a moldes estróficos clásicos, influjo de autores renacentistas.
- d) Neobarroquismo (Carvajal).
- e) Metapoesía (Talens): Poesía sobre la poesía.
- f) Minimalismo: La estética de lo cotidiano.
- g) Antirretoricismo – Poética del silencio (Valente, Siles, Jover): Habla por hablar para callar, el hombre busca pero ignora. En una línea surrealista se encuentra Blanca Andreu.
- h) Poesía de la experiencia (Andrés Trapiello, Justo Navarro, Luis García Montero): Se basa esta poesía en los recuerdos de la infancia o adolescencia, temas y un lenguaje siempre apegado a la realidad. Realizan una poesía que ha sido definida como lárica. Son poetas que cuidan el lenguaje.
De estos últimos poetas, destacamos a Felipe Benítez Reyes. Sus obras más conocidas como poeta son Los vanos mundos, La mala compañía, Sombras particulares y las dos últimas, Vidas improbables y Equipaje abierto. En la primera de ellas, el autor crea una serie de apócrifos que manifiestan diversos tipos de poesías, mostrando un hábil dominio de los diversos registros con un alto grado de ironía. También dentro de esta tendencia, los poetas granadinos que suelen agruparse con un título de una antología común: La otra sentimentalidad, Álvaro Salvador, Miguel D’Ors y Luis García Montero.