Generaciones del 98, 14 y 27: Características y Autores Clave de la Literatura Española

La Generación del 27: Vanguardia y Compromiso en la Lírica Española

En la década de los años 20, en pleno auge de las vanguardias, irrumpe en el panorama literario español un grupo de jóvenes poetas conocidos como la «Generación del 27». Estos autores darán lugar a la mejor lírica del siglo en España, evolucionando desde la vanguardia hasta el «arte puro» al estilo juanramoniano y el compromiso sociopolítico. Responden con honestidad y pasión a una época compleja, pero llena de una gran riqueza artística.

Características de la Generación del 27

Los autores de la Generación del 27 comparten relaciones personales, forjando la llamada «Generación de la amistad». Participan en actos colectivos y publicaciones, como el homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla, y colaboran en revistas como Revista de Occidente, Mediodía, Litoral y La Gaceta Literaria. Se asemejan en la formación de ideales estéticos similares, oponiéndose a lo académico y lo modernista, y exaltan una estética con libertad de imaginación y deshumanización del arte. Tres figuras clave influyeron en su desarrollo: Ortega y Gasset en lo filosófico, Ramón Gómez de la Serna en lo vanguardista y Juan Ramón Jiménez en lo poético.

Temas de la Generación del 27

Sus temas son propios de la lírica, pero abordados desde una perspectiva vanguardista. La ciudad se convierte en protagonista central, no como un simple marco, sino como un símbolo del universo: la ciudad como cosmos moderno, resultado de una «cosificación». La naturaleza también se transforma y «cosifica». En el amor, renuncian al sentimentalismo y a la sensibilidad, recuperando su proyección individual clásica, que proporciona al ser humano el triunfo sobre el caos del mundo. Además, recuperan la tradición popular: Alberti y Lorca expresan sus raíces andaluzas con cantes y romances populares. Finalmente, muestran un fuerte compromiso con el arte y con el hombre, respondiendo a las demandas de la sociedad como intelectuales y como avanzadilla artística ante las exigencias de la época.

Autores Destacados de la Generación del 27

Pedro Salinas

Pedro Salinas, maestro en ensayos como El defensor, alcanza una dimensión intelectual cercana a la «poesía pura». Su aparente sencillez esconde una trabajada densidad, un acercamiento a la verdadera y profunda realidad por medio de la inteligencia. El futurismo y la exaltación técnica están presentes en Presagios. Su poesía amorosa se refleja en la trilogía La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento. El poeta encuentra su identidad («yo») en la amada («tú»), principio iluminador del mundo. De su exilio reflexivo nos deja El Contemplado.

Jorge Guillén

Para Jorge Guillén, la poesía tiene un poder creador. Se trata de una poesía entusiasta y vital que canta lo cotidiano y lo estiliza, sumergiéndonos en un mundo perfecto y ordenado, especialmente en Cántico. Con Clamor, su poesía da un giro temático: los horrores que vive le hacen plasmar un mundo «mal hecho». Guillén afirma que la poesía es «cántico a pesar del clamor». Su estilo se centra en la esencia, siendo el más fiel representante de la «poesía pura».

Vicente Aleixandre

Vicente Aleixandre busca la naturaleza con la que armonizar, después la comunicación humana y, finalmente, el autoconocimiento. Espadas como labios y La destrucción o el amor son de las mejores muestras del surrealismo en España. La historia sustituye a la naturaleza en Sombra del paraíso, considerada «poesía desarraigada». En su vejez, escribe Poemas de la consumación.

Federico García Lorca

La obra de Federico García Lorca está marcada por la frustración personal, que le obligó a reticencias y ambigüedades. Su poesía y teatro se caracterizan por una dualidad, síntoma del enfrentamiento entre la realidad opresiva y sus aspiraciones personales. Por eso, su obra oscila entre el optimismo y la gracia de su poesía «neopopular» en Romancero gitano y Poema del cante jondo, donde están presentes el amor, la naturaleza y la muerte, y los sentimientos de desasosiego de Poeta en Nueva York y Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías. La estética surrealista le ofrece un medio de enfrentamiento con su mundo, respondiendo a una crisis personal en lo artístico y lo sentimental. El deseo de buscar una literatura sincera, encarnada en sus conflictos y los del hombre, lo encontró en el teatro, donde existen dos planos de existencia enfrentados: uno íntimo y subjetivo, libre y lírico; y otro exterior, represivo y convencional. Ejemplos de esto son Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba.

Rafael Alberti

La poesía de Rafael Alberti es muy variada: neopopular en Marinero en tierra, donde otorga al mar una categoría mítica que le da sentido a la vida; barroca y surrealista en Cal y canto, con temas futuristas y de expresión gongorina; política en Entre el clavel y la espada, fruto de sus posiciones marxistas revolucionarias; y nostálgica en Retornos de lo vivo lejano, donde retoma el dolor del poeta escindido de su tierra y vuelve al tradicionalismo, aunque siga presente lo social.

Luis Cernuda

El ideal poético de Luis Cernuda consiste en unir poesía y vida, desnudando su alma y cantando con profundidad y belleza su deseo amoroso homosexual. Su lírica carece de estridencias y está aquilatada en la contemplación y la reflexión aprendidas de los románticos ingleses, así como en las serenas formas clasicistas heredadas de los románticos alemanes. En Un río, un amor, encontramos una voz personal, más libre y osada en sus sentimientos, con una poesía surrealista. Los placeres prohibidos expresa el «deseo» de la insatisfacción en torno a la oposición entre realidad y deseo. Su crisis personal lo llevó a denunciar la hipocresía burguesa en Donde habite el olvido.

La Generación del 98: Reflexión y Regeneración de España

La Generación del 98 está constituida por un grupo de escritores e intelectuales preocupados por la regeneración de España. Entre sus características encontramos la proximidad de sus edades, sus ideas políticas liberales, su postura crítica frente a los problemas de España y la fundación de revistas en las que proclaman su pensamiento. Los dos grandes temas tratados por el 98 fueron la reflexión sobre España como problema histórico, motivado por el catolicismo, el poco valor de la escuela como educadora y el escaso desarrollo agrario e industrial, y el tratamiento del paisaje español, cuyo análisis llega a la esencia del hombre y la tierra castellana que lo condiciona en su forma de sentir. Todo ello se realiza con un estilo natural y sobrio, con escaso adorno, tono reflexivo, huyendo de lo sensual y utilizando el ensayo y la novela como medios para transmitir sus ideas. Autores importantes de esta generación son Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Antonio Machado y Valle-Inclán.

Autores Destacados de la Generación del 98

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno fue un hombre influyente, y en su obra plasma el tema de la muerte e inmortalidad. Su preocupación es la conciencia de la condición mortal y la reflexión filosófica sobre una posible vida tras la muerte, tratado con angustia y haciendo partícipe al lector de ello. En sus ensayos, destacan En torno al casticismo y Del sentimiento trágico de la vida. En sus «nivolas», como él las llamaba, encontramos Niebla, que se centra en la idea de que quizá seamos solo un sueño de un ser supremo, y San Manuel Bueno, mártir, donde plantea la fe como salvadora de nuestra angustia como mortales.

Azorín

Azorín escribe La Voluntad, en la que el protagonista, prototipo del hombre de la época, busca el porqué de su existencia, ya que siente una gran contradicción entre su realidad y su yo interior. Confesiones de un pequeño filósofo recoge este conflicto, pero la obra destaca por la caída de la acción, que desaparece, de modo que la obra es una estampa de la vida en los pueblos de España. Los pueblos y Castilla siguen esta línea. Azorín posee una técnica impresionista que busca la sensación plástica. Sus pilares son la sencillez, la claridad y la precisión, con frases cortas, abundancia de sustantivos, adjetivos epítetos y escasez de verbos.

Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, conocidos como el «Grupo de los Tres», publicaron un manifiesto en 1901 en el que pretenden equiparar a España con los países europeos. Ramiro de Maeztu muestra su mejor expresión en Hacia otra España.

Pío Baroja

Pío Baroja defiende la novela abierta, con absoluta libertad y gran espontaneidad, como su concepción de la vida. Baroja capta el ambiente y el aliento vital con gran ritmo, acción trepidante, muchos personajes y escenas dialogadas con cambios de escenario, suspense y frases breves. Baroja influye poderosamente en todo el siglo XX con su párrafo corto y su vocabulario. Destacan sus trilogías, como La lucha por la vida, que incluye La Busca, donde presenta a dos jóvenes que buscan un futuro en una sociedad injusta, Mala hierba y Aurora Roja, desarrolladas a través de fracasos personales. También la trilogía de La tierra vasca, con La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz y Zalacaín el aventurero. El árbol de la ciencia plantea la desorientación existencial del hombre inadaptado, en la que los personajes Andrés e Iturrioz son los «alter ego» del escritor, en su juventud y madurez.

Antonio Machado

Los temas de Antonio Machado serán España y el paisaje castellano. Aborda la historia de nuestro pasado, presente y futuro de su gente. También indaga en su yo interior, su intimidad, sus recuerdos, sus sensaciones en diálogo con la tarde, la fuente, en torno a la añoranza de la infancia, el paso del tiempo y el sentimiento de la muerte. Su poesía evoluciona desde el modernismo en Soledades hasta su visión del paisaje y el hombre castellano en Campos de Castilla.

Valle-Inclán y el Teatro

Por último, en el teatro, frente a la comedia burguesa, surgen nuevas formas y técnicas cultivadas por Unamuno, Azorín y Jacinto Grau con Pigmalión. La renovación llegó con Valle-Inclán, que evoluciona desde el modernismo hasta el esperpento. De su teatro modernista destacan El marqués de Bradomín, Cuento de abril y Voces de gesta. Más tarde profundiza en lo clásico con Comedias bárbaras y Divinas palabras, para finalizar con una visión caricaturesca con la que pretende captar la realidad deformada en Luces de Bohemia, La hija del capitán y Los cuernos de don Friolera. Valle adapta este esperpento a la novela con Tirano Banderas.

El Novecentismo y las Vanguardias: Hacia la Modernización Literaria

Mientras la Generación del 98 buscaba la regeneración del país, sería la generación posterior, la del 14, la llamada a conseguirlo. España se moderniza y se conecta con la cultura y el pensamiento occidentales. Los jóvenes autores están formados en un ideal europeizante, sin tradicionalismos, y participan en la vida pública revisando el pensamiento anterior. La Generación del 14, nacida en torno a la Primera Guerra Mundial, está formada por filósofos, críticos y profesores que propician un nuevo clima intelectual. Persiguen el concepto, la palabra al servicio de la idea, buscando la abstracción. Será una literatura difícil, nacida para una minoría culta.

Características del Novecentismo

Los novecentistas comparten una sólida formación intelectual, gracias a sus estudios universitarios y sus viajes por Europa. Poseen un cosmopolitismo que les acerca a Europa, confían de forma optimista en el progreso social y del pensamiento, rechazan lo pasional, están preocupados por el lenguaje, por la obra bien hecha, y huyen de lo fácil, teniendo como guías a Ortega y D’Ors.

El Ensayo como Expresión de las Inquietudes

Las grandes inquietudes de la generación se muestran mediante el ensayo. José Ortega y Gasset es su figura más representativa. Sus ensayos se dividen según su temática: ensayos filosóficos como ¿Qué es la filosofía?, donde plantea que la propia vida humana es el objeto de esta ciencia; ensayos políticos y sociológicos como España invertebrada o La rebelión de las masas; y ensayos artísticos y literarios como La deshumanización del arte. Ortega considera necesario el arte sin elementos sentimentales y cuyo principio sea el humor y la metáfora.

La Novela Novecentista

La novela es un género minoritario que continúa con modelos realistas o bien se renueva, como hizo el 98. Gabriel Miró es un lírico de prosa muy elaborada, casi como verso. La acción tiende a desaparecer por la elaboración formal y la base descriptiva. Al autor le interesa la emoción que producen los objetos en obras como Las cerezas del cementerio o El obispo leproso. Ramón Pérez de Ayala es un intelectual en cuya obra la acción pierde importancia. Los personajes son símbolos y abundan las reflexiones y el perspectivismo en obras como A.M.D.G. o Belarmino y Apolonio. Wenceslao Fernández Flórez emplea técnicas realistas en una narrativa de humor negro usado como crítica social. Benjamín Jarnés presenta una novela compleja, deshumanizada, de escaso argumento y mucha meditación.

Juan Ramón Jiménez: La Búsqueda de la Poesía Pura

Juan Ramón Jiménez fue un poeta preocupado por los aspectos teóricos de la poesía. Su evolución artística supone un intento de captar la esencia del mundo y su creación en una búsqueda de la palabra, de la expresión poética perfecta, con continuos cambios de temática y estilo. Comienza con una juventud modernista en Arias tristes o Jardines lejanos, posteriormente eliminará lo superficial en Diario de un poeta recién casado, y culmina con su poesía desnuda, esencial, de contenidos y símbolos diferentes en Espacio y Dios deseado y deseante.

Las Vanguardias Literarias: Ruptura y Experimentación

Las vanguardias literarias coinciden con el novecentismo en contexto cultural y social, aunque tuvieron una vertiente más creativa. El vanguardismo designó a movimientos que se oponen a estéticas anteriores y proponen conceptos nuevos del arte, sucediéndose a gran ritmo.

Futurismo

El futurismo supone un manifiesto vital que exalta la civilización mecánica y las conquistas de la técnica. De esta forma, la literatura tendrá nuevos temas y mitos: la máquina, el avión, el depósito, la energía eléctrica, etc. El lenguaje suprimirá categorías y elementos sintácticos para dar mayor dinamismo y rapidez verbal.

Cubismo Literario

El cubismo literario procede de deshacer la realidad y recomponerla mezclando conceptos, imágenes, etc. A ello se añaden disposiciones tipográficas especiales, ya que se forman imágenes visuales con los versos. Destacan los caligramas de Apollinaire y la inclusión de otros artificios como el collage.

Dadaísmo

El dadaísmo es rebeldía pura contra la lengua y el sentido común. Propugna liberar la fantasía de cada individuo, superando todas las inhibiciones y creando un lenguaje incoherente. De esta manera, preparó el camino para la revolución surrealista.

Surrealismo

El surrealismo pretende superar la realidad creando una superior que desvele toda nuestra naturaleza e incluya todo lo subconsciente y onírico. De ahí la gran importancia de la obra de Freud, que postula un arte visceral en el que las imágenes destacan. En España, encontramos ejemplos de surrealismo en García Lorca con Poeta en Nueva York, Vicente Aleixandre con Espadas como labios, Rafael Alberti con Sobre los ángeles y Luis Cernuda con Las nubes.

En España, las vanguardias estuvieron representadas por el ultraísmo, que nace como voluntad de ir más allá, mezclando futurismo y cubismo, y representado por Guillermo de la Torre; y el creacionismo, que quiere hacer de cada obra una creación única, y cuya máxima figura fue Vicente Huidobro.

Ramón Gómez de la Serna participó en las vanguardias y rechazó la interpretación tradicional de la realidad. Elimina el sentimiento del arte e incorpora el humor. Descubre nuevas asociaciones mediante las «greguerías».

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