La Generación del 98: Definición y Características
El nombre de esta generación surge a partir de que Azorín, en uno de sus artículos, denominara así a un grupo de escritores que escribían a finales del siglo XIX. Existen muchas teorías acerca de si la Generación del 98 y el modernismo son la misma generación literaria o dos generaciones independientes. Los hechos que nos permiten hablar de dos generaciones diferentes son sus preocupaciones, su temática y su escritura: se preocupaban por problemas existenciales y trascendentales, y su visión de Castilla era muy dolorida. Asimismo, su escritura era más sentenciosa, reflexiva y mucho menos retórica.
En general, los integrantes de la Generación del 98 se caracterizan por tener una misma edad, por ser amigos entre ellos y porque su escritura parte del desastre del 98. No hay un acuerdo establecido, pero dentro de esta generación debemos incluir a Unamuno, Baroja, Azorín, Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán.
Características de la Generación del 98
I. Preocupación por el problema de España. El desastre del 98, junto a otros problemas económicos y sociales, crea una crisis y decadencia en España. Por ello, se refugian en la tradición, en el paisaje castellano y en el propio idioma.
II. Preocupaciones filosóficas. El sentido de la existencia o el destino del hombre. Influencia de Schopenhauer o Nietzsche, entre otros.
III. Mismas inquietudes literarias. Buscan un lenguaje preciso y natural, pues huyen de toda la retórica. Critican el realismo e innovan en algunos géneros como la novela y el ensayo.
Temas
- España: Les duele España. Ante la situación política y económica, contemplan España como un país atrasado y decadente, sin ideales. No obstante, muestran interés y amor por la gente humilde de los pueblos. En los primeros años, predomina una visión más crítica. Se contempla España como un país atascado en costumbres bárbaras y alejado de la novedad regeneracionista. Tras ello, una vez superada esta visión, se opta por contemplar a España desde lo castizo y lo intemporal, a través de sus gentes humildes y nobles, con un espíritu austero. Por ello, recrean los pueblos y aldeas de Castilla y España. Muchos de ellos recorren estos lugares con espíritu viajero. Es entonces cuando importa más lo que transmite el lugar y las gentes, que la pobreza que allí exista. Junto a ello, se recuerda la Edad Media y se vuelve a los clásicos.
- Preocupaciones existenciales: Se centran en los grandes temas que preocupan al hombre:
- La existencia: junto a ello, el paso del tiempo, la muerte, el sentido de la vida, la soledad, la tristeza, etc.
- La religión: la existencia o no de Dios, la inmortalidad del alma, la fe o la razón. Depende del escritor, muestra una actitud u otra hacia estos temas.
Lenguaje
Como los escritores modernistas, se oponen al estilo literario anterior y al prosaísmo realista basado en una selección cuidada de los elementos lingüísticos. No obstante, a diferencia de los modernistas, es un estilo antirretórico y sobrio.
Poseen un estilo literario personal no solo como generación, sino también a nivel individual. Muchos de estos autores cultivan varios géneros o empiezan en un movimiento y acaban en esta generación, como Valle-Inclán. Con todo ello, tienen un lenguaje cuidado, pues seleccionan muy bien el léxico que van a utilizar y no abusan de los recursos retóricos. Es un lenguaje rico que toma palabras antiguas y les da un nuevo valor comunicativo. También utilizan vocablos populares ya en desuso, que han oído en sus viajes por los lugares de Castilla.
La Prosa (Narrativa y Ensayística): Pío Baroja, Azorín y Miguel de Unamuno
Las tendencias innovadoras también llegan a la prosa. Las fronteras entre los géneros comienzan a difuminarse y conviven con otras formas más descriptivas, líricas y, sobre todo, ensayísticas. A través de todas ellas, los escritores reflexionan sobre los problemas de la sociedad.
Prosa Ensayística
Destacan Azorín, Unamuno y Baroja.
En primer lugar, Azorín destaca como ensayista en varios temas. En algunos de ellos, reflexiona sobre la lectura de los clásicos y sobre el carácter de los españoles, como sucede en Lecturas españolas. También escribió sobre sus viajes en La ruta de Don Quijote con un estilo de frase corta. Por último, en otros como España (Hombres y paisajes) reflexiona y busca caracterizar España a través de una serie de hombres y paisajes conocidos o no. Su estilo es pulcro y elegante, además de utilizar un léxico sencillo con frases cortas.
Por su parte, Unamuno utiliza sus ensayos para plasmar sus preocupaciones políticas, sociales, filosóficas y religiosas. Destaca En torno al casticismo, de tema histórico, donde habla de la “intrahistoria”, que es la historia del pueblo que con sus hechos construye la verdadera historia de España. Esa es la verdadera historia y no la de los grandes héroes. También destaca Del sentimiento trágico de la vida, de tema existencial, donde se debate entre la necesidad de un Dios y la razón que niega toda posibilidad de que exista.
Por último, Pío Baroja, es interesante cómo sus novelas se acercan al género ensayístico a través de la opinión de un personaje central que expresa su opinión hacia un tema. Sus ensayos se publican a través del recopilatorio de artículos. El primero de ellos es Nuevo tablado de Arlequín en 1917, aunque ya antes había escrito un tomo misceláneo donde se incluían algunos ensayos. Asimismo, publica un ensayo sobre sí mismo y sus circunstancias, donde se autoanaliza, titulado Juventud, egolatría. En otros ensayos sienta sus ideas literarias como en La intuición y el estilo (1948).
Prosa Narrativa
Destacan Azorín, Baroja, Unamuno y Valle-Inclán. Cada autor tiene sus propias características, pero podemos destacar algunos rasgos generales:
I. El tema existencial está muy presente y crean personajes confusos, que luchan por encontrar el sentido de la vida, ya que no pueden acceder a Dios por culpa de la razón. También es importante el tema de España. Se trata con dolor y escepticismo, pues son hombres desengañados ante la esperanza de regeneración de este país.
II. También encontramos algunas novedades técnicas:
a. La novela pasa a ser abierta, sin un argumento definido. A veces, se asemeja al ensayo u otras tiene una dimensión más simbólica como La tía Lula de Unamuno.
b. Su interés es mostrar el complejo mundo interior de los protagonistas. La descripción de la realidad externa pasa a un segundo plano, aunque en ocasiones encontramos ambientes muy logrados. Para profundizar en los personajes, utilizan mucho el diálogo. Dentro de ello, destaca el monólogo interior y el estilo indirecto libre, técnicas que permiten al personaje dialogar consigo mismo, como vemos en Niebla de Unamuno.
c. Hay una ruptura de la relación autor-protagonista. Algunos protagonistas son alter ego del autor, como Augusto Pérez en Niebla. No obstante, los autores entran en conflicto con ellos mismos a través de estos personajes. Se trata de la búsqueda de la identidad del individuo, que aparece como una marioneta en manos de su creador.
III. Hay una preocupación por el lenguaje y una voluntad antirretórica. Recuperan palabras populares que ya están en desuso o el significado original de algunas palabras. Todo es consecuencia de su deseo de ir al fondo, a las ideas. Tienen una sintaxis sencilla, con frases cortas. Además, a veces, este estilo se impregna de un tono filosófico y lírico.
Novela Existencialista de Unamuno
Unamuno utilizó sus novelas para expresar sus preocupaciones existenciales y filosóficas. En cuanto a su carácter renovador, su deseo de alejarse de los presupuestos realistas lo llevó a inventar un nuevo género, “la nivola”, que pretende ser el relato de un conflicto de conciencia. El interés se centra, entonces, en los problemas del personaje. Es fundamental el diálogo y se difuminan los límites entre realidad y ficción, porque incluye reflexiones sobre la vida y el pensamiento del personaje.
Su principal obra es Niebla
. En ella aparece el propio Miguel de Unamuno como
personaje. Cuenta la historia de amor entre Augusto Pérez, personaje central, y Eugenia,
que termina fugándose con su antiguo novio. El personaje quiere suicidarse, pero esto
debe negociarlo con su escritor, Miguel de Unamuno, para ver si como creador que es, le
autoriza o no a hacerlo. Finalmente, Unamuno decide matarlo. Sin embargo, en el prólogo
un amigo de Augusto dice que se suicidó y que lo que el autor cuenta es mentira. Vemos
aquí ese juego entre la realidad y la ficción.
Destaca también La tía Lula, donde aparece un personaje que rechaza los sentimientos
amorosos ya que son una manifestación del pecado y un deber de la sexualidad.
Otra de sus grandes obras es San Manuel Bueno, mártir. En esta obra se relata la pérdida
de fe del cura de Valverde Lucerna, don Manuel. Este sacerdote permanece como tal por
no angustiar al pueblo sobre la existencia o no de Dios. Al final de la obra, la duda se abre
en la mente de ángel y concluirá pensando “y yo ¿creo?”. Por todo ello, el tema
fundamental es la reflexión sobre la fe. Unamuno busca sacudir el conformismo y quiere
dejar paso a la inquietud y a la duda sobre verdades aceptadas desde siempre.
B) Novela abierta de Baroja
El principal objetivo de su novela es entretener al lector. Por ello, es un género multiforme
y abierto en el que cabe todo tipo de reflexión. Giran en torno a un personaje central,
inconformista o aventurero, que viaja a otro lugar. Tienen muchos personajes secundarios
y suelen mostrar una visión desengañada de la sociedad.
Su estilo es claro y sencillo, con grandes diálogos en los que los personajes defienden sus
puntos de vista. También es un gran maestro de la descripción, pues recrea a la perfección
algunos detalles de personajes o ambientes.
Agrupa su obra por trilogías. Todas ellas pertenecerían a su primera época, mucho más
creadora y que abarca hasta la I Guerra mundial. Asimismo, destaca la falta de acción de
todos sus personajes. Dentro de ellas, destaca La lucha por la vida, compuesta por La
Busca, La Mala hierba y Aurora Roja. El personaje principal es Manuel Alcázar, un
personaje abúlico (=falta de acción), que discurre por diferentes ambientes urbanos
relacionados con el mundo obrero. A lo largo de estas obras vamos viendo la evolución
de Manuel. En todas ellas, el personaje permanece sin energías, pero en la última ya lo
vemos casado y propietario de una imprenta.
Otra de sus trilogías es La raza, formada por La dama errante, La ciudad de la niebla y
El árbol de la ciencia. Esta última es la obra cumbre de Baroja en la que trata la
desorientación e incapacidad de Andrés para adaptarse al mundo que lo rodea. Cuenta
con una estructura anárquica, compuesta por siete partes en las que el personaje se mueve
por diferentes ambientes. La tercera parte es fundamental porque durante ella enferma su
hermano Luisito y termina muriendo. En la quinta parte, vemos cual será la causa del
fracaso de Andrés: un mundo de envidias, rencillas, falta de medios con personas
hipócritas. La muerte de madre e hijo durante el parto termina con el suicido de Andrés,
que no puede soportar lo que le ha tocado vivir.
La segunda parte de la obra de Baroja surge a partir de Memorias de un hombre de acción,
compuesta por 22 volúmenes.
En cuanto a su técnica, suele servirse de un personaje para articular sus acciones en torno
a él. Todos sus personajes tienen como resultado el fracaso. La casualidad o la muerte
actúan para que todo lo que podría haber salido bien, termine mal. Por ejemplo, Andrés
pierde a Lulú.
Su estructura no es compleja. Los hechos se suceden sin conexión aparente, como la vida
misma. Suele haber un personaje central, honrado, que vive ante un ambiente mezquino.
Algunas de sus novelas tienen un final abierto. Asimismo, en su esitlo el contenido prima
sobre la forma.
C) Novela impresionista o renovadora de Azorín
Desde 1903, José Martínez Ruíz firma su obra bajo el pseudónimo de Azorín. Se
caracteriza por esa obsesión trágica del paso del tiempo. Se evade en el pasado medieval
y en pueblos de Castilla en obras como Los pueblos o Castilla. Cree que de esta manera
se recupera la esencia del alma española.
En su estilo, destaca la frase corta y sencilla. Recupera términos ya en desuso y es muy
importante la descripción y el fluir lento. De ahí, que hablemos de “técnica
impresionista”.
Sus temas se centran en tres ejes:
− El tiempo: la angustia ante el transcurso de la vida es fundamental en su obra.
− El paisaje: refleja íntimas emociones y sentimientos. Resalta los pequeños detalles
insignificantes pero simbólicos.
− España: el amor a España es una constante. De ahí, que recupere la lectura de los
clásicos.
Su primera fase novelística está formada por tres obras: La voluntad, Antonio Azorín o
Las confesiones de un pequeño filósofo. Con ellas, abre y revoluciona un modo diferente
de narrar. El personaje es Antonio Azorín, hombre abúlico, que refleja la parálisis del país
en el que vive.
La más importante de las anteriores es La voluntad. lo largo de esta obra queda más que
patente el impresionismo de Azorín, ya que el texto está salpicado de su peculiar empleo
de las frases cortas, que funcionan como pequeñas pinceladas de un pintor en la
descripción de ambientes paisajes y situaciones. Trata el tema de España y el desengaño
en todos los ámbitos de la vida.
Su segunda fase narrativa abarca dos obras: Don Juan y Doña Inés. En ambas obras,
Azorín, en lugar de construir una historia de amor, relata la imposibilidad del mismo. La
acción y nuevamente queda constituida por una serie de instantáneas.