Generación del 27: Tradición, Vanguardia y Legado de una Época Literaria

La Generación del 27: Un Florecimiento Poético entre Tradición y Vanguardia

Se da el nombre de Generación del 27 (para algunos, Grupo poético del 27) a un conjunto de poetas que empezaron a publicar sus obras en la década de 1920 y que compartieron rasgos comunes: nacimiento en fechas próximas, amistad, gran cultura y curiosidad intelectual, origen familiar acomodado, y afinidades estéticas e ideológicas. Sus obras supusieron un florecimiento excepcional de la poesía. La denominación del grupo procede de un acto celebrado en el Ateneo de Sevilla en 1927 para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora, en el que muchos leyeron sus versos en público por primera vez.

Principales Representantes de la Generación del 27

Los poetas más conocidos del grupo son:

  • Pedro Salinas
  • Jorge Guillén
  • Federico García Lorca
  • Rafael Alberti
  • Vicente Aleixandre
  • Luis Cernuda
  • Gerardo Diego
  • Dámaso Alonso
  • Emilio Prados
  • Manuel Altolaguirre

Las Sinsombrero: Mujeres de la Generación del 27

Formaron parte también de esta generación, aunque habitualmente no figuren en los manuales, Las Sinsombrero, mujeres de gran talento, nacidas entre 1898 y 1914, habitualmente olvidadas y silenciadas, incluso excluidas por algunos compañeros de generación. El nombre procede del gesto de quitarse el sombrero en público protagonizado por Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca en la Puerta del Sol. Era un acto de rebeldía que pretendía simbolizar cómo llevar sombrero era una construcción social que representaba cómo sus ideas e inquietudes estaban tapadas. La respuesta pública no se hizo esperar: «Nos apedrearon llamándonos de todo», relataba la misma Mallo tras volver del exilio.

Entre las escritoras más destacadas estaban:

  • Concha Méndez
  • Rosa Chacel
  • María Teresa León
  • María Zambrano
  • Ernestina de Champourcin
  • Josefina de la Torre
  • Carmen Conde (novelista y la primera académica de la RAE)
  • Marga Gil Roësset

Todas ellas reclamaron su participación intelectual, no solo en lo que respecta a su papel social y aspecto, sino también en la vida cultural, política, económica y artística que las rodeaba. Fueron mujeres muy activas, que rompieron con la imagen de la mujer pasiva, dependiente del marido y de los prejuicios sociales y religiosos anteriores. Desde su figura de mujer, protestaban ante todo.

Características de la Generación del 27: Síntesis entre Tradición y Vanguardia

El rasgo más característico de este grupo poético fue la síntesis entre tradición y vanguardia: aunque deseaban encontrar nuevas fórmulas poéticas, no rompieron con lo anterior, sino que aunaron el gusto por lo popular (rasgos de la lírica tradicional, oral -romances, villancicos,…), la lírica culta clásica y la más reciente (desde Manrique, Garcilaso, Fray Luis, San Juan, Quevedo,… a Bécquer, Rubén Darío, y, sobre todo, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez) y lo renovador y novedoso procedente de las vanguardias (el mundo ilógico del subconsciente del Surrealismo, los temas modernos del Futurismo y el valor que concede el Ultraísmo a las imágenes). Esta mezcla de elementos se percibe en todos los aspectos de su poesía:

  • Temática: Siguen cultivando los eternos temas líricos (amor, vida, muerte,…), pero lo hacen desde nuevas perspectivas, valorando el ingenio y el humor. Además, introducen nuevos temas como los adelantos técnicos, el progreso, las modas, el deporte,…
  • Lenguaje: Las imágenes se convierten en la base del poema; tanto la imagen tradicional como la imagen irracional (sin relación lógica entre el término real y el imaginario).
  • Métrica: Queda definitivamente incorporado a la poesía el verso libre, cuyo ritmo se consigue mediante la repetición de ideas, palabras y estructuras semánticas, que combinan con estructuras tradicionales, tanto cultas (sonetos, décimas,…) como populares (romances, letrillas, coplas, seguidillas,…).

Etapas de la Generación del 27

Se suelen distinguir tres etapas en la trayectoria del grupo:

  1. Hasta 1928: Influencia de las primeras vanguardias (Salinas, Lorca, Alberti, Gerardo Diego), de la poesía pura (Salinas, Guillén) y de la poesía popular (Alberti, Lorca, Gerardo Diego).
  2. De 1928 a 1939: Es el momento de influencia del Surrealismo y de la rehumanización de la poesía para denunciar las injusticias.
  3. A partir de 1939: El grupo se dispersa debido al exilio de la mayoría de los autores; a lo que hay que añadir la muerte de Lorca en el 36. Se muestra la nostalgia de España, el dolor, la sensación de haber perdido un hogar.

Miguel Hernández: Eslabón entre la Generación del 27 y la Posguerra

Es necesario hablar de Miguel Hernández, eslabón entre la poesía del 27 y la de posguerra. Uno de los poetas más relevantes del siglo XX. Nació en 1910 y tras la guerra se alistó en el bando republicano. Tras la contienda fue encarcelado, donde murió en 1942.

En 1936, publica su obra maestra El rayo que no cesa, a la que pertenece la famosa «Elegía a Ramón Sijé», el más hermoso canto a la amistad de nuestra letras.

En su última etapa escribe poesía de carácter beligerante y social: Viento del pueblo, El hombre acecha, Cancionero y romancero de ausencias

Algunos Autores Destacados y sus Obras

Pedro Salinas

Sus primeros libros, Presagios, Seguro azar, Fábula y signo, muestran una poesía pura con gran influencia de Juan Ramón Jiménez, a la que incorpora temas emparentados con el Futurismo: la electricidad, la máquina de escribir… Tras estos comienzos, vienen sus obras maestras: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento. Con ellas adquiere Salinas su talla definitiva y su condición de gran poeta del amor: una prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y sentido al mundo. Es enriquecimiento del propio ser y enriquecimiento de la persona amada. Por último, en su poesía en el exilio, escribe El contemplado, Todo más claro, Confianza. De esta etapa, destaca el poema «Cero», suscitado por el horror de la bomba atómica.

Federico García Lorca

Muestra un amplio conocimiento de la tradición literaria, que funde con elementos de vanguardia. Toda su obra gira en torno a un tema único: el destino trágico del ser humano. Sus poemas están poblados de personajes marginados que manifiestan su angustia ante un mundo hostil. Fue un gran poeta y un gran dramaturgo. Como poeta presenta tres etapas:

  1. Importancia de lo popular y lo andaluz (Canciones, Romancero gitano, Poema del cante jondo).
  2. Influencia del surrealismo con un componente social de protesta ante las injusticias (Poeta en Nueva York).
  3. Últimas obras (Diván del Tamarit, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, Sonetos del amor oscuro…).

Rafael Alberti

Su primera obra, Marinero en tierra, se inscribe en la tendencia neopopularista de la Generación del 27 y continúa con esta línea en El alba del alhelí. El libro siguiente, Cal y Canto, supone un cambio hacia lo culto y lo vanguardista. A partir de entonces se produce una crisis de ideas y creencias, y en estas circunstancias compone su obra maestra: Sobre los ángeles. En ella emplea la técnica surrealista: imágenes totalmente libres, predominio del verso libre,… El autor expresa un mundo de descomposición en el que cada uno de los ángeles simboliza los vicios y miserias humanos. Desde 1929 aparece en su poesía una interesante línea social con El poeta en la calle. Ya en el destierro, su obra muestra la experiencia del exilio y la nostalgia. La añoranza de España, la nostalgia de la patria perdida, desde su situación de desterrado es el tema central de Retornos de lo vivo lejano.

Luis Cernuda

La clave de su poesía es el enfrentamiento entre deseo (de amor, de felicidad, de libertad…) y realidad (la frustración, la apariencia, el caos…). Reunió toda su poesía en La realidad y el deseo, donde condensa el sentimiento de desencanto de la vida, el pesimismo y la eterna oposición entre realidad y deseo. Se pueden observar tres etapas en su producción: búsqueda de la poesía pura (Perfil de aire); influencia surrealista y romántica (Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido). Tras la guerra, amplía los temas sobre los que escribe. Aparece el destierro y la guerra en obras como Las nubes, Vivir sin estar viviendo. Desolación de la quimera (1962) es su mejor obra.

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