La guerra civil española finaliza el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando nacional capitaneado por Franco con aliados como Francia y Alemania. Franco fue mando de las fuerzas armadas y presidente de la Falange Española, estableciendo un régimen autoritario. En esta época es conocido el lema “Franco manda España obedece”. Además esta época se caracterizó por la represión, el encarcelamiento y el exilio de los republicanos, entre ellos algunos poetas como Miguel Hernández y Antonio Machado. Se prohibieron muchos partidos políticos y se censuró la prensa.

En definitiva, se trata de un país en ruina caracterizado por la pobreza y el hambre y el aislamiento del exterior.

Sin embargo, a partir de 1959 se realiza un plan de estabilización por el cual el mercado se abre al exterior.

En las universidades se promueve la lucha contra el régimen.

En 1796 el jefe de Estado es Carrero Blanco quien fue asesinado por ETA.

Para analizar la producción novelística de esta época hay que destacar dos cuestiones:

Los narradores se encuentran sin referencia:

la novela “deshumanizada” y de vanguardia no les sirve de referencia. Tampoco pueden tomar como modelo a los novelistas europeos a causa de la censura de la producción extranjera y no es posible escribir novela social o de denuncia puesto que la censura lo impide.

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Otra cuestión es la existencia de novelistas exiliados tienen su propia trayectoria fuera de España. Autores como Rosa Chacel, Max Aub, Francisco Ayala o Ramon J. Sender reflexionan sobre temas como la rememoración del conflicto bélico y de la España que abandonaron.

Al margen de estas cuestiones, la novela española desde la Guerra Civil se desarrolla en distintas tendencias relacionadas con las transformaciones políticas y sociales vividas en el país. En ella encontramos 3 etapas:

ØEn primer lugar hablaremos de la novela de los años 40:
exceptuando a algunos autores afines al régimen, que escribían novelas de exaltación patriótica y propaganda de los valores franquistas (Agustín de Foxá). Esta década se caracteriza por el desarrollo producido por la situación penosa de la posguerra. Asuntos como la lucha por la supervivencia, el aislamiento exterior y el clima de represión, generan una novela pesimista. Se inaugura así la narrativa en la que toman protagonismo los conflictos, el drama y las tragedias individuales. En sus personajes se encarnan la frustración y el fracaso y se muestran temas como el descontento del hombre, el desasosiego y el malestar ante el momento histórico.

Las principales producciones de la época son:

·“La familia de Pascual Duarte” de Camilo José Cela. Escrito en primera persona y bajo la apariencia de drama rural, el narrador–
Protagonista narra desde la cárcel las calamidades que la vida le deparó.

·“Nada” de Carmen Laforet. Ambientada en la Barcelona de la posguerra, donde llega Andrea para estudiar en la universidad. alojada en casa de unos parientes a los que apenas conoce, irá descubriendo en su nueva familia las secuelas, el rencor, los trastornos mentales y la miseria moral que son consecuencia de la Guerra Civil.

·“La sombra del ciprés es alargada” de Miguel Delibes nos presenta a Pedro, que, huérfano desde la infancia, va a parar a Ávila pero su educación, al hogar sombrío don Mateo Lesmes, que le inculcara que para ser feliz hay que evitar toda la relación con el mundo, toda emoción o afecto.

ØEn segundo lugar hablaremos de la novela de los años 50 o “Realismo Social “En esta época se pasa de los conflictos individuales a los sociales. Se dan dos técnicas narrativas: Objetivismo y el realismo crítico.

  -El objetivismo:consiste en la presencia de un narrador que se limita a registrar los hechos de ficción y los comportamientos de los personajes, sin permitirse juicios de valor.

  -El realismo social:es el interés de estos autores por narrar los aspectos más duros, sórdidos y denunciables del panorama de la España de posguerra.

También se caracterizó por la tendencia al personaje colectivo y los hechos narrados en un corto espacio de tiempo.

Las principales producciones son:

·“La colmena” de Camilo José Cela (Realismo Critico): es una ácida descripción de la sociedad madrileña de la posguerra, a través de una multitud de personajes que muestran sus retazos de vida a través de la narración en secuencias: vidas que representan la miseria, el miedo, el fracaso, la insolidaridad, la hipocresía y las desilusiones.

·“El Jarama” de Rafael Sánchez Ferlosio es un buen ejemplo de narrador objetivista. La acción se narra en un día, presenta a un grupo de jóvenes que realizan una excursión al río Jarama donde se ahoga una de las chicas, Lucita. A partir de ese suceso, el lector puede extraer sus conclusiones sobre los personajes.

·“Las ratas” de Miguel Delibes.

ØPor ultimo hablaremos de los años 60: A partir de los años sesenta, se emprende una renovación formal de la nivela, por parte de autores de diferentes generaciones, concediendo mayor importancia al lenguaje y a las modas de estructurar el relato.

·Diferentes formas de narrar: surgen novelas epistolares (cartas), monólogos y narraciones ininterrumpidas (sin puntuación).

·Perspectivismo: alternancia de diferentes narradores (la historia se completa desde diferentes puntos de vista).

·Entrada de fantasía y a la mezcla de lo mágico con lo real.

·Saltos inesperados en el tiempo. Se abandona la linealidad en el tiempo narrativo.

Las principales producciones de esta época son:

·“Tiempo de silencio” de Luis Martin Santos. Pedro se ve envuelto en una situación policiaca. Esta novela posee todos los ingredientes de la renovación: distintas voces narrativas, saltos temporales y alternancia de todo tipo de lenguaje.

·“Cinco horas con Mario” (monologo) de Delibes. Es Carmen Sotillo la que rememora sus veinte años de matrimonio ante el cadáver de su marido.

 Otras novelas renovadoras son: “Ultimas clases con Teresa” de Juan Marsé, “Señas de identidad” de       Juan Goytisolo, “Volverás a región” de Juan Benet y “La saga/fuga de J.B” de Torrente Ballester.