Figuras Literarias y Géneros: Amor, Muerte y Análisis de Estilos

El Amor

El amor. Podríamos suponer que la forma del amor es esencialmente «1a»; pero no es así. Cada persona, hombre o mujer, lo vive en singular, y de un modo distinto en cada circunstancia o momento de su vida. Por lo demás, cada época ha creado su propia imagen del amor. Vamos a algunos escalones en el entendimiento del amor, a través de uno de sus protagonistas, la mujer, a la que se dirige (y que construye idealmente) el poeta:

Escalón 1. El amor cortés

Hacia los siglos XIII y XIV, la poesía provenzal de los trovadores difundió en buena parte de Europa un concepto del amor que reproduce las relaciones feudales entre señor (la dama) y vasallo (el poeta amante, que sufre el tormento, le rinde pleitesía e intenta ser digno de ella). Aunque la dama, que a menudo es casada, aparece como inaccesible (la amada-enemiga), su inexpugnabilidad no es tal: puede ceder hasta consentir la unión carnal, en un amor mixtus donde se mezclan lo espiritual y lo corporal. Concebido como una religión, el amor cortés tiene su liturgia: el amante no puede desvelar el nombre de la amada.

Escalón 2. Del dolce stil novo (dulce estilo nuevo») al amor petrarquista

La depuración del arquetipo trovadoresco de la amada-enemiga da origen a la sublimación espiritualizada de la dama, que sustituye, y en cierto modo prolonga, a la amada de los trovadores. Es la donna angelicata, ‘mujer angelical’ de los poetas toscanos del dolce stil novo, en cuya perfección se vislumbra algo de la grandeza divina, según la teoría platónica. Esa figura dominó el Renacimiento europeo y se prorrogó, con diversas variantes, prácticamente hasta inicios del siglo XIX.

Escalón 3. El Romanticismo y sus secuelas

La revolución romántica trajo consigo nuevos modelos de mujer, incluida la mujer disoluta o corrupta, cuyos vicios cabía atribuir a la sociedad. Posteriormente, a medida que las estéticas siguientes se fueron sucediendo (prerrafaelismo, simbolismo, decadentismo…), fueron multiplicándose los tipos femeninos: mujer fatal, mujer agonizante, musa del arroyo…, en general muestra de una sensibilidad hiperestésica o morbosa.


La Muerte

Lo mismo que con el amor, sucede con la muerte. Podríamos establecer singularidades según a qué autores, obras y épocas aludamos. Veamos a continuación algunas diferencias.

En Libro de buen amor, el Arcipreste de Hita (siglo XIV) se refiere a la muerte sin ilusiones místicas, con exabruptos y explosión de genio, ante el fallecimiento de la vieja Trotaconventos, que lo ayudaba en sus encuentros eróticos.

Ya a finales de la Edad Media, las macabras Danzas de la muerte destacan la capacidad de igualar con su guadaña a poderosos y humildes; por la misma época, las Coplas de Jorge Manrique recogen las ideas dominantes de resignación estoica y cristiana.

Y a las puertas del siglo XVI, en La Celestina, la muerte por suicidio de Melibea le hace clamar amargamente a su padre Pleberio por el sinsentido de la vida, a la que define desoladamente como «un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas».

Más de un siglo después, dentro de la cultura contrarreformista del Barroco, en Quevedo la muerte constituye el núcleo obsesivo y monocorde de la vida, que debe orientarse en función de aquella: «Vive para ti solo, si pudieres, pues solo para ti, si mueres, mueres».

En la segunda mitad del XIX, Bécquer resalta la soledad infinita de los muertos ante la desatención de los vivos.


Géneros Literarios

Épica

Narra hazañas de héroes con los que se identifica la comunidad. Con el tiempo, la épica desciende un escalón hacia la normalidad, dando origen a la narrativa: los grandes poemas épicos, compuestos en verso, fueron convirtiéndose en relatos de hechos corrientes, compuestos por lo general en prosa.

Propiamente dicha (en verso):

  • Epopeya
  • Poema épico
  • Cantar de gesta
  • Romance

Narrativa (en prosa):

  • Novela
  • Novela corta
  • Cuento
  • Leyenda


Lírica

Se usa para expresar el sentimiento individual, o realidades fuertemente impregnadas de ese sentimiento subjetivo. Suele utilizar el verso o, en todo caso, hacer uso intenso de procedimientos musicales y rítmicos.

  • Himno
  • Oda
  • Égloga
  • Elegía
  • Canción
  • Sátira

Poemas en prosa


Teatro

Los personajes se presentan sin intermediación, hablando y accionando, habitualmente ante un público espectador. El autor no interviene expresamente, salvo en breves acotaciones para hacer algunas indicaciones escenográficas, de vestuario, etc. Puede estar escrito en verso o en prosa.

Géneros mayores:

  • Tragedia
  • Comedia
  • Drama

Géneros menores:

  • Auto sacramental
  • Sainete
  • Entremés


Figuras Retóricas

A continuación, se presentan algunas figuras retóricas:

  • Aliteración. Repetición de sonidos vocálicos o consonánticos a lo largo del poema.
  • Onomatopeya. Imitación de un sonido real.
  • Paronomasia. Aparición próxima de dos o más palabras con parecidos significantes.
  • Antítesis. Contraposición de dos sintagmas, frases o versos en cada uno de los cuales se expresan ideas de significación opuesta.
  • Oxímoron. Enfrentamiento de dos palabras de significado contrario.
  • Paradoja. Reunión de términos solo literalmente contradictorios.
  • Litote. Atenuación del enunciado mediante su expresión contraria para dar a entender más de lo que se dice. Suele formularse en frase negativa.
  • Hipérbole. Expresión exagerada, aumentando o disminuyendo el objeto, la idea o la situación descrita.
  • Ironía. Figura que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
  • Desplazamiento calificativo. Atribución de una cualidad distinta a la que le corresponde por otra que es propia de una palabra cercana en el texto.
  • Epíteto. Adjetivo que realza el elemento inherentemente calificado.
  • Sinestesia. Figura que consiste en enlazar sensaciones percibidas por órganos sensoriales distintos.
  • Dilogía. Utilización intencionada de una palabra en dos sentidos. En el ejemplo, la forma verbal «guarde», que solo aparece una vez (se produce zeugma), se desdobla semánticamente en dos significados: «cuide» (en el primer término, donde aparece el verbo) y «libreme» (en el segundo, donde no aparece).
  • Prosopopeya o personificación. Atribución de cualidades humanas a seres que no lo son.
  • Anáfora. Repetición de una palabra o grupo de palabras al comienzo de verso o periodo.
  • Epífora. Repetición de una palabra o grupo de palabras al final de verso o periodo.
  • Anadiplosis. Repetición al principio de un verso de una palabra que estaba al final del verso anterior.
  • Epanadiplosis. Repetición consistente en empezar y acabar una frase o verso con la misma palabra.
  • Retruécano. Oposición de dos frases compuestas por las mismas palabras, en las que cambia el orden de estas y el significado de las frases.
  • Derivación. Aparición próxima de dos o más palabras que proceden de la misma raíz.
  • Gradación. Repetición de elementos cuya intensidad va en aumento o va disminuyendo (gradación ascendente o descendente).
  • Paralelismo. Repetición de varias unidades sintácticas de igual o parecida estructura que aparecen en un contexto. La repetición de estructuras puede ser literal, parcial o completa; también puede darse una coordinación de elementos distintos pero de identidad sintáctica.
  • Políptoton. Repetición de una palabra en un enunciado breve, en distintas funciones o formas.
  • Hipérbaton. Ruptura del orden lógico de los elementos de la oración.
  • Quismo. Disposición en cruz de los elementos que constituyen dos sintagmas o dos proposiciones ligadas entre sí.
  • Perífrasis. Rodeo utilizado para expresar algo que podría nombrarse con menos palabras. A veces la perífrasis es eufemística, cuando el rodeo tiene por objeto evitar el tabú o la palabra molesta: «macho cabrío» (por cabrón). Otras veces se utiliza para embellecer o por pura ostentación de ingenio.
  • Enumeración. Acumulación de elementos lingüísticos a través de la coordinación, bien por conjunción, bien por yuxtaposición.
  • Polisíndeton. Unión de varios elementos por medio de conjunciones
  • Elipsis. Omisión en el texto de algún contenido que existe en la construcción lógica.
  • Asíndeton. Construcción en la que se suprimen los nexos relacionantes.
  • Apóstrofe. Invocación con vehemencia a algo o alguien en el discurso.
  • Exclamación. Entonación del discurso que traduce tonalmente una pasión.
  • Interrogación retórica. Se trata de una pregunta que se formula sin esperar respuesta.
  • Símil. Relación explícita entre un término real y uno alegórico o imaginario de cualidades análogas. Esta comparación está marcada por medio de «como», «se asemeja a» o «cual».
  • Símbolo. Figura semejante a la metáfora, que se compone de un elemento sensorial concreto (la balanza, por ejemplo), y otro intelectual y abstracto (la justicia, simbolizada por la balanza).
  • Alegoría. Representación de una idea figuradamente a través de formas humanas, animales o seres inanimados.
  • Metáfora. A es B; B es A; A de B; B de A; A, B; B, A; A,b’,b’’, b’’’; B en vez de A (metáfora pura); A en vez de B( metáfora impura).
  • Metonimia. Consiste en designar una cosa con el nombre de otra. Entre ambos objetos (el que sustituye y el sustituido) existe una relación de contigüidad de significados, de relación, de grado, etc. La metonimia (a algunos de cuyos tipos se les denomina sinécdoque) supone una relación entre términos que adopta varios modos.

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