Federico García Lorca: Temas, Etapas y Evolución Poética

Federico García Lorca: Un Recorrido por su Obra Poética

Temas Comunes en la Obra de Lorca

La obra de Federico García Lorca presenta temas recurrentes que forman un entramado indisoluble. Junto al amor, el más destacado es el de la frustración y el del destino trágico. Por sus obras desfilan numerosos seres marginados, que se mueven en un mundo hostil. Esta frustración se proyecta en un doble plano: el ontológico y el social, el metafísico y el histórico. Estos dos planos, como ocurre en Poeta en Nueva York, se presentan muchas veces unidos.

Etapas en la Poesía de Lorca

Primera Etapa (hasta 1928)

En la producción de Lorca puede establecerse una primera etapa, que se prolonga hasta 1928, a la que corresponden Libro de poemas, Poema del cante jondo, Canciones, Romancero gitano, Suites, Odas, y Poemas en prosa.

En la mayor parte de estas obras sorprende la rara perfección con que se mezclan elementos procedentes de la tradición culta y de la popular con otros más novedosos y vanguardistas. Con el Poema del cante jondo, Lorca se aparta de la expresión de la intimidad, que ya dominó en Libro de poemas y Suites, y recrea, en un intento de llegar a lo más hondo del sentimiento popular, el mundo gitano andaluz. Todo lo que hay en este cante de frustración histórica y existencial es admirablemente captado por el poeta. En la métrica, como corresponde a una poesía enraizada en lo popular, dominan la rima asonante y el verso corto. También, son proverbiales la plasticidad, el lenguaje metafórico de gran originalidad, el simbolismo y la estilización del mundo que describe. El irracionalismo que ya imperaba en algunos poemas de Canciones se intensificará en Romancero gitano y en Poeta en Nueva York. El lector recibe sugerencias, intuiciones, a las que no siempre encontrará una explicación lógica.

En Romancero gitano, Lorca exalta la dignidad de esta raza marginada y perseguida. Como antagonista de la misma aparece la Guardia Civil, caracterizada habitualmente con notas negativas. Es preciso apreciar, sin embargo, que Lorca rehúye la visión pintoresca y colorista del mundo gitano, y que apunta a los aspectos más profundos del mismo.

Los elementos pueden analizarse y comentarse por separado:

  • Aspectos que proceden de la tradición: el dramatismo de los temas (violencia, sensualidad, erotismo, misterio), la densidad expresiva y la métrica. Lorca eleva a un supremo rango artístico, en sus vertientes lírica, novelesca y dramática, una forma estrófica de larga tradición, el romance, pero un tanto desprestigiada por estas fechas.
  • El lenguaje: (sobre todo en lo que a la metáfora y la adjetivación se refiere), siempre con una audacia desconocida en la poesía tradicional.

Segunda Etapa (1929-1930): *Poeta en Nueva York*

Con Poeta en Nueva York (1929-1930) se produce un cambio notable en la obra de Lorca. Como siempre, el poeta parte del mundo que le rodea, pero, consciente de que la comunicación poética nunca puede llevarse a cabo con métodos realistas, renuncia a una crónica de su viaje y somete ese mundo a un proceso de transformación. La ciudad, como antes Andalucía, no está vista desde fuera. Aunque se presenten estrechamente relacionados, deben tenerse en cuenta para el estudio de los poemas de este libro los siguientes puntos:

  • Visión negativa de la ciudad: El poeta nos da una visión negativa de la ciudad y de sus distintas zonas (**Wall Street**, **Bronx**, **Coney Island**, **Brookling Bridge**, **Harlem**, las calles, las luces, la multitud), y su rechazo de una civilización mecanizada que destruye lo auténticamente humano. El sentido primero del libro podría resumirse así: el hombre ha creado una ciudad gigantesca, pero es, al mismo tiempo, víctima de ella, porque destruye su libertad, su contacto con lo natural y su comunicación con los demás hombres. En este mundo deshumanizado, los negros, a los que dedica una sección del libro, llevan una de las peores partes.
  • Experiencias personales: A partir de esa realidad que describe, Lorca se remonta, en primera persona, a sí mismo, a sus amargas experiencias pasadas y presentes, a su soledad y a sus deseos amorosos (téngase en cuenta que ya en el título del libro se produce esa fusión de lo externo y lo personal). La estrecha relación entre la situación dolorida del poeta y el «símbolo patético de Nueva York» es quizá lo más significativo de este libro. Lorca abandona el pudor que ha mantenido hasta ahora y, a partir de *Poeta en Nueva York*, se proyectará más en sus poemas. Según confesará, la suya es ya «una poesía de abrirse las venas».
  • Protesta y solidaridad: De ahí pasará, valiéndose de la tercera persona, generalmente en plural, a lanzar su protesta contra los que coartan la realización plena de todos los instintos del hombre y a solidarizarse con aquellos que, como él, padecen una situación de desamor. Téngase presente que al privar muchas veces a la ciudad de contornos precisos, al “desrealizarla”, puede convertirla en microcosmos, en abstracción impersonal, sin lugar ni tiempo precisos, en símbolo del sufrimiento y de la falta de armonía y de solidaridad del universo. Nueva York es una ciudad dominada, como el resto del mundo, por la muerte, física y psicológica, porque en ella no hay amor.

Con la llegada a La Habana, que describe en los poemas finales, Lorca volverá a reencontrarse con sus raíces hispanas, casi perdidas durante esta experiencia norteamericana.

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