Explorando las Figuras Clave de la Literatura Española: Modernismo y Generación del 98

Figuras Clave del Modernismo y la Generación del 98 en la Literatura Española

Rubén Darío (1867-1916): Nació en Nicaragua. Fue un hombre cosmopolita que viajó por toda América y Europa, propagando las nuevas tendencias poéticas. Murió en París. Sus dos primeros poemarios, Azul y Prosas profanas, recogen todos los rasgos formales y temáticos: preocupación por la forma, musicalidad, renovación métrica, modernismo, etc. Su tercera obra, Cantos de Vida y Esperanza, da un giro hacia una poesía más profunda, llena de melancolía y amargura.

Manuel Machado (1874-1947): Nació en Sevilla. Junto con su hermano Antonio, escribió algunas obras teatrales de éxito, entre las que destaca Lola se va a los puertos. Ambos compartieron la vida bohemia y literaria de París a finales del siglo XIX. En Francia trabajó como traductor y en España compaginó sus actividades como poeta, dramaturgo, crítico teatral y bibliotecario. Su poesía, a veces olvidada ante el éxito de su hermano, ofrece calidad y modernidad. Se inscribe dentro de la línea del Modernismo, muy influida por el Decadentismo. Principales obras: Alma, La fiesta nacional, Mal poema, Cante hondo.

Juan Ramón Jiménez (1881-1959): Nació en Moguer, Huelva. Vivió por y para la poesía: es un escritor absolutamente entregado a su vocación. Recibió el Premio Nobel en 1956. Entiende la escritura como una búsqueda de la belleza y perfección, de ahí que reescriba permanentemente su obra. Por otra parte, concibe la poesía como una forma de conocimiento, esto es, como un medio para analizar y entender la realidad. La poesía juanramoniana pretende profundizar en el auténtico sentido de las cosas, en su esencia más íntima.


La Generación del 98

Miguel de Unamuno (1864-1936): El bilbaíno de Unamuno, catedrático de Griego y rector de la Universidad de Salamanca, tuvo una vida intensa, que le llevó incluso a un destierro en la época de la Dictadura de Primo de Rivera. Se trata de uno de los escritores más interesantes por la filosofía de su obra, hondura religiosa y por su originalidad literaria. Su producción abarca los distintos géneros literarios y en todos se dejan ver sus preocupaciones existenciales. Su obra es, además, expresión de su personal lucha contra la muerte. Como autor, repite idénticos temas con distintos enfoques: trágico, burlesco, angustiado. Las novelas de Unamuno se parecen muy poco a las de aquella época, por eso las llamó nivolas. Destacan: Niebla y San Manuel Bueno, mártir. Unamuno es también uno de los ensayistas más profundos de nuestras letras.

José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967): Más conocido como Azorín, nació en Monóvar, Alicante. Orientó sus estudios hacia el Derecho, si bien consagró su actividad profesional al periodismo, la literatura y la política. En cuanto a su ideología, Azorín evolucionó desde el anarquismo de su juventud hasta posturas más conservadoras y conformistas en su madurez. Al igual que sus compañeros de generación, expresa la realidad que le rodea, así como la dificultad para alterarla. Destacan sus tres novelas autobiográficas: La voluntad, Antonio Azorín, y Las confesiones de un pequeño filósofo. Igualmente es un magnífico ensayista.

Pío Baroja (1872-1956): Nació en San Sebastián. Su infancia estuvo marcada por los continuos cambios de residencia. Estudió Medicina y terminó trabajando en otros oficios. En 1935 fue elegido miembro de la Real Academia. Baroja fue de carácter solitario, sincero, pesimista y huraño. Se centró en la novela, de las que escribió más de 60, entre las que sobresalen Camino de perfección, La Busca, El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero. Baroja es un verdadero maestro en dos aspectos: la conversación y la descripción. Su estilo se sintetiza en tres ideas que él mismo expresó:

  • El arte es inferior a la vida y, por lo tanto, debe basarse en la observación de ésta.
  • El estilo ideal consiste en expresarse de manera breve, directa y precisa.
  • La novela es un género informe y sencillo que ha de juzgarse según su capacidad de entretener al lector.

Ramón Mª del Valle-Inclán (1886-1936): Nació en Villanueva de Arosa, Pontevedra. Inicia sus estudios de Derecho, pero no los termina. Es famoso por su vida bohemia y por su apariencia estrafalaria. En una disputa recibe un bastonazo que le amputan el brazo izquierdo. Evolucionó desde el tradicionalismo a posturas críticas y comprometidas con su tiempo. Las obras de Valle-Inclán recorren con acierto poesía, novela, y sobre todo teatro; género en el que alcanza sus mayores logros. En su obra teatral integra elementos narrativos y cinematográficos. Valle-Inclán evoluciona constantemente en sus obras, así por ejemplo se encuentra la llamada estética del esperpento. Mediante esta técnica, pretende dar un modo de criticar y parodiar la decadente situación nacional. Nos encontramos ante la vertiente más crítica de la Generación del 98.

Antonio Machado (1875-1939): Nació en Sevilla. A los 8 años se traslada a Madrid. Fue catedrático de francés en Soria, donde contrajo matrimonio con Leonor, y allí residió hasta la temprana muerte de su mujer. Marcha entonces a Baeza, Jaén. Más tarde vivirá en Segovia y Madrid. Fue firme partidario de la República, y por ello debió exiliarse a Colliure, Francia, donde murió en 1939. Lo mejor de su obra lírica se encuentra en sus dos primeros libros: Soledades, Galerías y otros poemas y Campos de Castilla. Antonio Machado escribió también teatro y prosa.

Características del Esperpento de Valle-Inclán

  • Deformación de la realidad.
  • Empleo de animalizaciones, muñequizaciones, cosificaciones.
  • Frecuentes contrastes y reducción al absurdo.
  • Presentación de lo normal como algo extraordinario.
  • El mundo irreal se ofrece de modo verosímil.
  • Presencia insistente de la muerte.
  • Tendencia a la ironía y al humor cruel.
  • Libertad formal.
  • Intención crítica de todos los aspectos de la realidad: política, religión, sociedad.

Estilo Modernista

  • Afán de originalidad: tanto en los temas como en la expresión formal, que destaca por el uso abundante de los recursos retóricos.
  • Búsqueda de la perfección formal: Se consigue a través de la musicalidad, el ritmo y los valores simbólicos y connotativos de las palabras.
  • Renovación métrica: los modernistas recuperan el verso alejandrino; usan también el dodecasílabo y el eneasílabo. Se modifican algunas estrofas por versos alejandrinos. Ej: El soneto modernista (versos alejandrinos y serventesios en vez de cuarteto).

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