Explorando las Categorías Gramaticales: Género, Número, Caso, Persona y Tiempo

T8. El Género se refiere al tipo o clase, y debe entenderse como un elemento que establece clases de nombres sustantivos. La forma gramaticalizada más extendida en las lenguas para clasificar los sustantivos es la que establece diferencias de género, siendo la más conocida la que opone masculino a femenino. Los sustantivos son clasificados como masculinos o femeninos, siendo portadores de la categoría gramatical del género.

B. Lee Whorf estableció dos tipos fundamentales de clases gramaticales según la configuración del género:

  • Clases gramaticales manifiestas (niño y niña)
  • Clases gramaticales encubiertas (conserje, coche)

El género en inglés, con la excepción del caso del pronombre personal de tercera persona, es una categoría gramatical encubierta. El extremo opuesto, en lo referente a la presencia o no de la categoría del género en las lenguas naturales, lo representan las lenguas como el turco o el húngaro, donde no hay manifestación ni explícita ni implícita del género. En un sentido inverso, encontramos lenguas en las que hay más géneros de los que tradicionalmente ha fijado la tradición gramatical greco-latina (masculino, femenino y neutro).

Género Gramatical y Género Natural

La clasificación natural que distingue en la naturaleza entre machos y hembras en los seres sexuados, no es la que impone de forma absoluta el modo de existencia de la categoría del género en aquellas lenguas, como la española, que tienen género gramatical, masculino y femenino. Con respecto a la clasificación biológica macho/hembra, encontramos al menos estos desajustes:

  • Sustantivos gramaticalmente femeninos en los que es inviable la distinción de sexo: “coche”, “banco”, “mecedora”.
  • Sustantivos que sólo indirectamente son de un determinado género, masculino o femenino, sin que distingan macho de hembra, siendo tal distinción biológica un hecho real: “la liebre”, “la pantera”, que identifican seres sexuales, siendo gramaticalmente siempre femeninos.
  • Sustantivos con marcas explícitas de género que en absoluto pueden entenderse como reflejo de diferencias biológicas de sexo: “jarro”/”jarra”, sino en todo caso como diferenciador de tamaño o forma.

La categoría del género gramatical es puramente formal y no natural. El género no es un clasificador del mundo real, sino de los sustantivos de las lenguas en las que tal categoría exista explícita o implícitamente. En términos sistemáticos, la oposición masculino/femenino ha de entenderse como oposición privativa; pues lo normal es que el rasgo presente en uno de los términos de la oposición esté ausente en el otro. Entendido así, el término marcado será el femenino; o lo que es lo mismo, podemos hablar de [+ femenino] y [-femenino]. Según esto, gramaticalmente existiría lo femenino y lo no femenino. Morfológicamente tiene esto su correlato más claro en aquellos casos en los que la oposición masc./fem. se manifiesta en un morfema cero (masc.) frente a la presencia de un morfo [-a/-iz] para el femenino: fumador/fumadora, actor/actriz; y el masculino, como término no marcado. En expresiones como “el hombre es racional”, no es tanto que “hombre “ pueda englobar a mujeres, cuanto que “hombres” pueda denotar varones.

El Concepto de Clasificador

Ponen de relieve un rasgo inherente al contenido semántico del sustantivo, y establece clases de los mismos con mecanismos de redundancia semántica. Por ejemplo, en algunas lenguas africanas los sustantivos llevan morfemas que significan “animal”, “árbol” o “fruto”, según el sustantivo tenga como contenido semántico fundamental uno u otro de estos significados. Un caso de clasificador más complejo es aquel en el que aparece implicado el verbo, pues según el rasgo clasificador seleccionado el verbo lleva un morfema u otro.

El Número

La categoría gramatical del número afecta semánticamente a sustantivos y a la categoría de la persona, ya sea en su concreción pronominal o morfológica verbal; aunque gramaticalmente afecta también a artículos y adjetivos en muchas lenguas. Desde el punto de vista semántico se encuentra dentro de los procedimientos utilizados en las lenguas para la expresión de la cuantificación. Suelen citarse tres procedimientos gramaticales para la expresión de la categoría del número:

  1. La subclase de los adjetivos numerales.
  2. Los morfemas flexivos que oponen plural a singular, dual, trial, etc., según las lenguas.
  3. La expresión del número por procedimientos sintácticos como la reduplicación.

Es necesario distinguir entre número y cuantificación. En el caso de la categoría del número siempre hay un contenido semántico que tiene que ver con la cuantificación y se llega al siguiente elenco de tipos de género gramatical:

  1. Singular.
  2. Dual.
  3. Trial.
  4. Cuadral.
  5. Plural.
    1. Paucal
    2. De abundancia (plural mayor).
    3. Aproximativo
  6. Omnial
  7. Común

El Caso

La categoría del caso es considerada una de las categorías gramaticales del nombre más importantes, tanto por haber sido teóricamente fijada en la tradición gramatical grecolatina, como por la gran cantidad de lenguas que en el mundo muestran la presencia de tal categoría. Como en ninguna otra de las categorías nominales es especialmente patente, en la categoría del caso, la imposibilidad de justificar una tajante distinción entre Morfología y Sintaxis; pues, está claro, que siendo un morfema flexivo del nombre, su naturaleza gramatical es de orden sintáctico-semántico, como marca de la función gramatical del sustantivo en el conjunto de relaciones sintácticas de la oración gramatical. Desde el punto de vista de la Lingüística General, hay que tener en cuenta que en las lenguas que tienen morfemas de casos, el número de los mismos es variable, de forma que se trata de una cuestión propia de cada lengua la determinación de los casos propios de cada una y el estudio de los valores sintácticos y semánticos que les sean propios. La categoría del caso queda asociada a la cuestión de las funciones sintácticas.

T9. La Persona asociada al verbo. Relación que se establece entre los participantes en el hecho relatado y los participantes en el hecho discursivo, simbolizada (Pr/Pd). También afecta a los pronombres personales de manera muy especial y al resto de pronombres y nombres en el sentido que veremos.

Los Valores Personales

La sustancia de la persona ha de ser entendida como tres valores semántico-funcionales, uno relativo a la persona que habla, sujeto de la enunciación, a la que llamamos primera (YO), otro relativo a la persona que escucha o a quien se habla, al que llamamos segunda (TÚ), receptor de la enunciación, y otro que ni es sujeto ni receptor de la enunciación, al cual puede referirse el enunciado, tercera persona (ÉL). Sin embargo, el enunciado puede referirse a las tres personas YO, TÚ y ÉL, o dicho de otro modo, las tres pueden ser sujetos del enunciado.

Manifestación Formal de la Persona

La persona se manifiesta morfológicamente en los pronombres y en las desinencias verbales. Otros elementos afectados por la persona, como los nombres, sin formas específicas para la misma, la expresan por medio de la concordancia con las formas verbales de tercera persona. En el caso de los demostrativos y posesivos la persona se pone de manifiesto doblemente. La persona en determinadas lenguas no se explicita a través de desinencias verbales, sino a través de las formas de los pronombres personales.

El Plural de la Persona

El valor plural lo entendemos normalmente como equivalente a una suma de entidades singulares iguales. El plural de primera, no equivale a una suma de YO + YO, ni el de segunda siempre es una suma de TÚ + TÚ. Hay que entender el plural de persona como una suma de valores que requiere siempre que entre ellos se encuentre el singular correspondiente.

El Tiempo

El tiempo define el hecho relatado por referencia al hecho discursivo (Hr/Hd).

El Tiempo Gramatical

Lo que a nosotros nos interesa es como se organiza en la lengua. En general, el tiempo se ha conceptualizado como un fluir, que bien podría ser representado icónicamente por un vector, del que se ha de tener en cuenta su tamaño y su sentido, y sobre el que se situarían los sucesos en relación con un punto de referencia integrante del propio vector. Así, los acontecimientos podrían ser anteriores, simultáneos o posteriores al momento del punto 0 de referencia u origo.

Manifestación Formal

La temporalidad se codifica en la lengua con tres recursos:

  1. A través de los demostrativos trata de oponer el “ahora” al “entonces”, “este momento” a “aquel momento”, introduciendo el sistema espacial en el temporal.
  2. Por medio del tiempo verbal, con la organización básica “presente”, “pasado” y “futuro”.
  3. A través de los lexemas adverbiales: hoy, mañana, ayer, etc.

Referencia Temporal

El tiempo es la relación aludida, recogida en el sistema como categoría morfológica, que permite hacer referencias temporales. La referencia temporal efectuada a través del sistema verbal se lleva a cabo poniendo en relación los acontecimientos del enunciado (Hr) con el momento de emitir ese enunciado, con el momento de la enunciación (Hd). Si la relación es de coincidencia tenemos el tiempo presente; si es de anterioridad, el pasado y si es de posterioridad, el futuro:

Sea el tiempo en el que se sitúa el hablante para el hecho discursivo.

Sea el momento del acontecimiento relatado.

Si la relación es de coincidencia o simultaneidad, la denominamos PRESENTE

Si es de anterioridad la denominamos PASADO

Si es de posterioridad, FUTURO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *