Occitania y la Poesía Trovadoresca en la Edad Media
1. Occitania durante la Edad Media
Occitania era un territorio formado por varias señorías independientes que compartían una misma lengua, *l’occità*, y una misma organización social y política: el feudalismo. La poesía era culta y de temática profana: hablaba de amor, guerra y de las alegrías y tristezas de las personas de aquella época. En definitiva, la poesía trovadoresca reflejaba los grandes ideales de la sociedad feudal: el amor y la guerra.
2. La Poesía Trovadoresca
Durante los siglos XII y XIII, en las tierras catalanas, la situación lingüística reflejaba la pujanza de las lenguas románicas que, poco a poco, se introdujeron en un ámbito cultural antes reservado exclusivamente al latín. En el siglo XII aparece la primera muestra de lírica culta en lengua románica: la poesía trovadoresca. También existía una lírica popular en lengua catalana, transmitida solo de forma oral entre las clases más sencillas de la población.
La poesía trovadoresca, culta y de temática profana, floreció durante los siglos XII y XIII en las cortes aristocráticas de Occitania y constituyó el origen de la poesía catalana culta. Esta lírica representaba una alternativa a la poesía hecha en latín, de origen clásico y contenido religioso.
La poesía trovadoresca estaba sujeta a unas normas rigurosas que se manifestaban especialmente en la forma (composición, estrofismo y rima). Este hecho ayudaba a la memorización de los poemas por parte del juglar, que sabía transmitirlos oralmente, cantando. El arte de *trobar* (encontrar) podía hacerse en tres estilos diferentes: *trobar leu* (expresión sencilla y al alcance del auditorio), *trobar clus* (expresión cerrada, difícil de entender) y *trobar ric* (expresión refinada). Los trovadores debían ajustarse a la preceptiva (formal y temática). Además, el trovador sabía que componía con el fin de agradar a un público que pedía unos temas ya conocidos y fáciles de interpretar. Su objetivo era conseguir un efecto estético y no pretendía ser original a la hora de comunicar las experiencias.
Estructura:
- Estrofismo: La *cobla* o estrofa, formada por 8 versos, es la unidad métrica de la poesía trovadoresca. En un poema puede haber varias *coblas* y la última, más corta, recibe el nombre de *tornada*, que contiene una señal con la que se refería a la persona a quien se dedicaba el poema. También es frecuente la aparición del *refrán*, que son los dos versos finales de cada estrofa que se repiten.
- Métrica: Los versos deben tener siempre el mismo número de sílabas (heptasílabos y octosílabos). El recuento silábico del provenzal es el mismo que el del catalán.
- Rima: La rima es siempre consonante y tiene una importancia capital en la configuración de los poemas.
Los Trovadores Catalanes Más Destacados
1. Los Trovadores Catalanes
Guillem de Berguedà
1.1 GUILLEM DE BERGUEDÀ
Es uno de los grandes trovadores catalanes del siglo XII. Fue un noble altivo, cínico y desvergonzado, y estuvo inmerso en muchos conflictos. Tuvo que irse a Occitania, donde contactó con los trovadores. Al regresar, participó en muchas contiendas con el rey Alfonso, con el obispo de Urgell y señores feudales. Murió violentamente, asesinado.
Se conservan 28 poesías. Su estilo depende del género cultivado, ya que en los *sirventesos* personales se muestra plenamente injurioso, grosero y rebelde, al tiempo que rezuma sinceridad. En las canciones amorosas encontramos un estilo plenamente cortés, elegante y sumiso ante la dama, a quien dedica versos delicados.
De la obra de Guillem de Berguedà podemos destacar tres ciclos poéticos:
- Contra Pere de Berga (enfrentados por vecindad).
- Contra el obispo de Urgell, donde aparece, con lenguaje soez y transparente, el talante violento del autor.
- Contra Ponç de Mataplana. Después de su muerte, Guillem de Berguedà escribe un *planto* que lo elogia, reconociendo que ha mentido y ha malhablado, y lamentándose de no haberlo podido ayudar.
Los versos tienen el mismo número de sílabas (heptasílabos y octosílabos). Este poema es uno de los más conocidos del trovador Guillem de Berguedà. El poema está escrito en provenzal (la lengua de todos los poetas de la Edad Media hasta Ausiàs March).
La temática a menudo era amorosa (el amor cortés). En este caso, sin embargo, se trata de un *sirventés*, un género poético que expresa la reprensión moralizadora, la polémica, el ataque violento y la difusión de ideologías religiosas, políticas y literarias.
En este poema, Guillem de Berguedà se mofa de Pons de Mataplana, al que llama *mundo Marqués*, aunque nunca ostentó este título, imposible dentro del esquema feudal catalán, donde el rey era conde.
Guillem se burla de los dientes que Pons perdió cayendo del caballo, así como de su brazo izquierdo, y critica su manera de ser.
Ramon Vidal de Besalú
1.2 RAMON VIDAL DE BESALÚ
Es un trovador de la segunda mitad del siglo XII. Es conocido por su novela versificada (*El castigo del celoso*), pero sobre todo por un tratado de poética trovadoresca que escribió.
El trovador y preceptista catalán Ramon Vidal de Besalú vivió durante el final del siglo XII y comienzos del siglo XIII. Ramon Vidal de Besalú fue seguramente juglar en su juventud, pues estos aparecen a menudo en sus obras en verso y siempre elogiosamente. Frecuentó las cortes de Alfonso I de Aragón (1157-1196) y de Alfonso VIII de Castilla (1155-1214).
Sus tres obras reconocidas por los estudiosos son largas: *En aquel temps com era jays* (o *Juicio de amor*), protagonizado por Hugo de Mataplana, de 1.608 versos pareados, con cuarenta y nueve citas de otros poetas; *Abril issie mays intra*, una conversación de Vidal con un *joglaret* en una plaza de Besalú, donde también menciona a Mataplana, donde mediante una conversación se recuerdan las cortes feudales de tiempos pasados y se instruye al joven con consejos de todo tipo, de 1.773 versos; y *Casta Gilo*, una narración de 450 versos pareados en forma de *fabliau*, donde no hay ninguna referencia a Mataplana o el Ripollès.
Sobre Ramon Vidal de Besalú pesa la opinión de Martí de Riquer, que dice que fue *»autor de insignificantes poesías líricas y de muy interesantes narraciones largas en verso y de un curiosísimo fabliau»*, pero tiene el honor de ser considerado el primer tratadista medieval poético.
Seguramente esta es una de las poesías en que se puede captar mejor la personalidad y el estado de ánimo cambiante de Guillem de Berguedà.
Fruto de sus constantes fugas, podemos ver un cortesano cansado, decepcionado con su rey que ha hecho caso de aquellos que no aprecian al trovador y que le obliga a marcharse de la corte y refugiarse en Castilla, donde dice el trovador que encontrará mejor rey. Al mismo tiempo, sin embargo, espera una última oportunidad para quedarse, solo necesita un pequeño gesto, una palabra del rey, que él es demasiado orgulloso para pedir directamente.
Todo el poema rezuma un sentimiento de pesar que recuerda algunas composiciones que más tarde escribirán algunos poetas catalanes medievales o del Renacimiento.
Cerverí de Girona
1.3 CERVERÍ DE GIRONA
El trovador catalán Guillem de Cervera, conocido como Cerverí de Girona, trabajó entre los años 1259 y 1285.
Su maestría ha sido señalada como la base de los autores del Cançoneret de Ripoll. Cerverí era un trovador profesional, casi un funcionario, ya que estaba en la cancillería real en tiempos de Jaime I y su hijo Pedro III el Grande. Según Martí de Riquer, *»su extensa y diversísima obra poética -ciento catorce composiciones líricas, cinco narrativas y una larga colección de proverbios rimados- constituye una especie de colofón o resumen de la literatura provenzal clásica. Los principales géneros poéticos que durante tres siglos le dieron vida tienen en Cerverí las postreras manifestaciones, tanto por lo que se refiere al trobar leu como al trobar ric»*.
La obra de Cerverí es un buen mosaico de la historia de Cataluña de la segunda mitad del siglo XIII, *»quien da de determinados hechos una visión que a veces es personal y de otros el eco de la opinión de la corte o del rumor popular»*, como afirma Martí de Riquer.
La poesía amorosa de Cerverí de Girona, dedicada a una dama que él nombra Sobrepretz, *»exceso de mérito»*, está dentro de las normas tradicionales del amor cortés trovadoresco. Pero una característica suya es la misoginia, donde sabe repetir con originalidad los tópicos.