Antonio Machado: Un Poeta entre el Modernismo y la Generación del 98
Antonio Machado es una figura clave tanto del Modernismo como de la Generación del 98. Algunos críticos cuestionan su inclusión en esta última, ya que su primera obra, Soledades, galerías y otros poemas, se enmarca dentro de un Modernismo intimista. Juan Ramón Jiménez opinaba que la poesía de Machado fue el primer fruto en España de la unión entre Rubén Darío y Unamuno, una visión compartida por Ortega y Gasset.
Su escepticismo y profundo interés por la filosofía lo convierten en una figura central. Además del Modernismo y el Noventayochismo, la crítica ha identificado toques de simbolismo y gongorismo en su poesía. Esta combinación de elementos diversos hace de su obra una creación única. Dentro del Modernismo, destaca Soledades, galerías y otros poemas, una ampliación de su primera edición, titulada simplemente Soledades. En esta obra se percibe la influencia de Verlaine, con la presencia de jardines sombríos y otoños melancólicos. Los temas son variados: el paso del tiempo (Tempus fugit), los sueños, la juventud perdida y la muerte, todo ello en diálogo con la naturaleza, que aparece personificada sin ofrecer respuestas al poeta.
Dentro de la estética noventayochista, su obra poética fundamental es Campos de Castilla. En ella, Machado dirige su mirada hacia el paisaje real de Castilla, reflexionando sobre la decadencia de España y sus habitantes. La paradoja de la existencia humana, el más allá y sus inquietudes religiosas completan la temática del poemario. Otras obras posteriores incluyen Nuevas canciones, Canciones a Guiomar y Poemas de la Guerra.
La Poesía según Machado: Esencialidad y Temporalidad
Para Machado, la poesía es esencialidad y temporalidad. La esencialidad implica la primacía de la experiencia vivida sobre la imaginación creadora. La poesía es la expresión de la palabra esencial de los seres y las cosas, la manifestación de su verdad. La temporalidad se basa en transmitir la emoción del tiempo. Machado concebía al poeta como un ser atormentado por la duda y la angustia, y la poesía como un sentir profundo expresado con naturalidad para alcanzar a todos.
Temas y Símbolos Clave en la Poesía Machadiana
El Tema del Tiempo
Machado afirmaba que la poesía es «el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo», y que lo que el poeta piensa es su propia vida, «que no es, fuera del tiempo, absolutamente nada». Su sensibilidad ante lo temporal genera una continua angustia y un constante pensamiento sobre la muerte. Ante este devenir temporal, la tarea del poeta es aprehender el tiempo vivo, expresar la duración sin paralizarla. Para ello, Machado utilizaba diversos recursos: cantidad, medida, acentuación, rimas, etc., todos ellos elementos que refuerzan la sensación de temporalidad. Para expresar el paso del tiempo, recurre a símbolos con los que dialoga poéticamente: la mañana, como esperanza o nacimiento de la vida; la tarde, como madurez; y el ocaso, como final de la vida. El poeta siente predilección por el reloj, que simboliza el tiempo objetivo; el agua, con la fuente como vida que brota, el río como fugacidad de la vida y el mar como muerte, el destino final del río.
Otros Símbolos Destacados
- Galerías: Simbolizan las intrincadas «galerías del alma» donde residen los recuerdos.
- Noria: Representa el pensamiento del hombre.
- Camino: Es la vida, un camino que se hace al andar, al vivir, y cuyo punto final es la muerte. Los caminos suelen ser blancos e iluminados, irradiando luz de eternidad.
El Tema del Sueño
El sueño es concebido como una forma de conocimiento. En este sentido, el más trascendental de sus sueños era Dios. A través del sueño, pretende buscar la realidad.
El Tema del Amor
El verdadero amor solo se alcanza a través del recuerdo. La evocación melancólica de la amada ausente es un rasgo distintivo de la poesía machadiana. La mujer se convierte en criatura poética al ser perdida, recordada como un sueño, como una creación del amante, surgiendo así un amor que perdura.
El Tema Religioso
Machado busca una relación de verdad entre el hombre y Dios. Se distinguen dos etapas:
- 1912-1915: Coincide con la muerte de su esposa Leonor, marcada por un grito rebelde y desesperado de llamada a Dios que queda sin respuesta.
- A partir de 1915: Se observa una constante meditación sobre la existencia de Dios que continuará a lo largo de su vida. Machado nunca niega a Dios por completo.
Métrica en la Poesía de Machado
Machado declaró su preferencia por las formas sencillas. Aunque en su juventud adoptó la métrica modernista, esta adopción fue temporal. Un poema típicamente machadiano, inspirado en Bécquer, combina versos heptasílabos y endecasílabos, con rima asonante en los pares. Esta estrofa, denominada silva-romance, fue utilizada con frecuencia para expresar la idea de temporalidad y fugacidad del tiempo.