– La Narratología (Teoría de la Narración)
1. La Unidad Narrativa
Estamos acostumbrados a concebir lo narrativo como uno de los tres géneros literarios, y nuestra relación de estudio con la narración suele tenderse por el puente de la novela o el cuento, que son, por lo demás, los géneros literarios de mayor consumo y éxito en la actualidad. Vivimos en una galaxia narrativa. La narración ha constituido la base de la literatura épica, de la inmensa tradición oral de la fabulística, leyendas, de la poesía. La teoría de la literatura abrió una renovación de los estudios humanísticos cuando se planteó ese nuevo objeto de estudio: la narración en sí misma, que constituye la unidad que estudia una importante rama, no limitada a la literatura, que los estructuralistas franceses denominaron narratología. Su planteamiento es teórico-general y ambiciona establecer cuáles son los elementos que toda narración ofrece y que pueden ser el fundamento analítico de cualquier relato, en cualquier tradición narrativa y en sus diferentes medios y formas de desarrollo. La fábula es un referente bien articulado, autónomo y con carácter unitario.
2. Historia y Discurso en Narratología
La teoría de la narración ha establecido, según esta tradición, una importante distinción entre historia y discurso. El acontecimiento (historia) en el acto comunicativo, para quien habla y para quien escucha, renace siempre en forma de discurso. El discurso crea la realidad, ordena y organiza la experiencia del acontecimiento. Esta distinción se liga a la que se dio en la clasicidad entre mimesis y poiesis. La imitación de la realidad adviene en literatura en forma de poiesis, creación artística del discurso. Por ello, la poética es ciencia de los discursos.
La distinción historia/discurso se ha mostrado operativa para la teoría narratológica, a partir del interés que los formalistas rusos tuvieron. Tomachevski retoma conceptos aristotélicos y establece una distinción entre trama y argumento: Llamamos trama al conjunto de acontecimientos vinculados entre sí que nos son comunicados a lo largo de la obra.
Para Tomachevski, el «argumento» se identifica con la construcción artística que el lector-oyente tiene ante sí. Por ejemplo, la historia de un asesinato puede ser objeto de discursos diferentes. Toda narración se desarrolla dentro de una lógica de acción y de un nivel de generalización, puesto que no todos los relatos responden al mismo modelo.
3. Historia: Los Acontecimientos
Toda narración refiere una serie de acontecimientos ligados entre sí. Implica la dimensión del tiempo, pero para una narración no basta con la simple sucesión. Agrupamos la experiencia en torno a núcleos centrales, a parcelaciones de la realidad, por metonimias, por contigüidades no siempre secuenciales. Fueron los formalistas rusos quienes se interesaron de modo particular por ambas cuestiones. Recogieron una larga tradición de estudios de folcloristas eslavos, como Veselovski.
Tomachevski entiende que mediante la descomposición de la obra en partes temáticas al final llegamos a las partes no descomponibles que son núcleos básicos de su tema. Otro gran formalista, Sklovsky, se interesó por describir la composición narrativa como unos procedimientos de ligazón de motivos, de encadenamiento, etc. Algo parecido al «montaje» cinematográfico que tanto interesó a los formalistas.
V. Propp marcó la búsqueda de contenidos arquetípicos y de una tipología del cuento. Hizo unas paráfrasis del contenido de cien cuentos de hadas recogidos de la tradición oral por Afanasiev. Al realizar esas paráfrasis observó que todos los cuentos analizados repetían ciertos motivos.
T. Todorov realiza en su Gramática del Decamerón otro intento de extensión de las hipótesis de Propp. Plantea una gramática general del relato, recoge una serie de relaciones lógicas y sintácticas entre las frases a las que reduce cada cuento. Termina por ser una serie de fórmulas que traducen una paráfrasis, solamente que formalizada, de los contenidos del cuento.
Brémond construye un modelo lógico de posibles bifurcaciones para cada punto de la historia. La secuencia elemental se corresponde siempre con las tres fases obligadas de todo proceso:
- Una función que abre la posibilidad del proceso en forma de conducta a observar o acción a cometer. Por ejemplo, «fechoría a cometer».
- Una función que realiza esa virtualidad en forma de acontecimiento o acto. Por ejemplo, «fechoría cometida».
- Una función que cierra el proceso en forma de resultado. Por ejemplo, «fechoría cometida».
La contribución de R. Barthes supone un ensayo de explicación de lo que un relato tiene de causalidad, de encadenamiento. Lo importante es que Barthes hace una interpretación de la estructura del acontecimiento de una acción.
4. Historia: Los Personajes
Las teorías del personaje narrativo oscilan entre dos grandes modelos: primero, el psicológico, que vincula el personaje y su caracterización a la esfera de la persona. El segundo modelo, el estructural-actancial, subordinado a la acción. Se dividen en:
- El agresor.
- El donante.
- El auxiliar.
- La princesa y su padre.
- El héroe.
- El mandarina.
- El falso héroe.
La finalidad estructuralista es concebir al personaje como participante en la sintaxis del relato, y acabar con su heteróclita y lábil consideración personal, frente a la que habían reaccionado ya muchos escritores, singularmente los más comprometidos con renovación de estructuras narrativas.
5. Teoría del Discurso Narrativo
Una narración no es solo qué cosas ocurren a quienes le ocurren. Lo fundamental en una narración es el procedimiento por el cual el lector se entera de los acontecimientos. Es el lugar del análisis de la teoría del discurso narrativo. A continuación, se muestran una serie de pactos narrativos.
5.1 El Pacto Narrativo
Este pacto narrativo es el que define el objeto, la novela, el cuento, etc., como verdad. No hay novela que no invite al lector a aceptar una retórica. Se establecen una serie de categorías narrativas:
Autor-Real-Lector Real
Hay una realidad empírica entre los personajes y el papel que a veces es muy distinta. Entrar en el plano narrativo es aceptar la retórica. La retórica discursiva distingue entre narrador y autor y entre autor implícito y autor real. Esto es posible con la virtud de los signos de la narración. Lo mismo pasa en el plano de la recepción. El análisis de las relaciones en este nivel es sociológico entre productor y consumidor.
Autor Implícito No Representado – Lector Implícito No Representado
Esta denominación cubre la instancia creada por Booth. Se han ofrecido varias interpretaciones. El plano de la recepción es igualmente operativo y lleno de aciertos y distinciones entre lector real y lector implícito. El lector implícito es un lector que el texto necesita para su existencia.
Autor Implícito Representado – Lector Implícito Representado – Narrador – Narratorio
El autor implícito representado puede ser definido como una figura que aparece en el texto como responsable de su escritura, como autor de la misma. El autor está codificado. El lector implícito en el plano de la recepción, aquí, aparece en el texto como tal.
5.2 El Narrador: Figuras de Narración
Narrar es administrar el tiempo. La narración y el narrador han sido revelados como el principal problema del relato. La perspectiva es posiblemente el pilar fundamental de la estructura narrativa. Aparece aquí, en término de la focalización, que establece que cada novela puede adoptar un ángulo de visión diferente.
Los estructuralistas franceses intentaron concebir una focalización o perspectiva demasiado restringida para el campo visual. Se establecen las siguientes tipologías de la focalización:
- Focalización externa o interna.
- Perspectiva restringida o observación limitada.
- Nivel analítico-psicológico.
- Nivel ideológico.
Por otro lado, la voz narrativa se ha identificado con las personas narrativas. El problema de la voz narrativa reenvía de inmediato a la oposición entre el aspecto subjetivo y objetivo del lenguaje. El análisis de la voz debe realizarse desde la oposición fuera/lejos. La modalidad narrativa atiende al tipo de discurso utilizado por el narrador, con qué palabras se narra una historia. Encontramos 7 tipos de discurso narrativo: Diegético, menos diegético, indirecto conceptual, indirecto mimético, indirecto libre, directo y directo libre.
6. El Tiempo y el Relato
El punto básico para el análisis del tiempo narrativo es la falta de correspondencia entre el tiempo de la historia y el tiempo del discurso. Podemos encontrar 3 ejes entre la historia y el tiempo: Relación del orden temporal, relación de duración y relación de frecuencia.
- Orden temporal: El discurso está repleto de anacronías, esto es, discordancias entre el orden de la sucesión de la historia y orden de la sucesión del relato. Pueden presentarse relatos de orden muy distinto.
- Duración temporal: Tampoco se da una coincidencia o anisocronía entre la «duración» de la historia y la del discurso. Se dan 4 aspectos fundamentales: Sumario (se origina la anisocronía), elipsis (tiempo que se suprime en la historia), escena (opuesto al sumario, intento de mostrar la realidad ante nuestros ojos), pausa descriptiva (contrario a la elipsis, se llega a pormenorizar algún aspecto de la historia).
- Relación de frecuencia: Aquí se dan las relaciones de frecuencia de los hechos de la historia y frecuencia de enunciados narrativos. Se divide en: relato singulativo, relato anafórico, relato repetitivo y silepsis.