La Literatura Española a Comienzos del Siglo XX: Un Crisol de Movimientos
El inicio del siglo XX en España fue un período de intensa actividad literaria, marcado por la coexistencia y evolución de diversos movimientos que reflejaban las inquietudes sociales, políticas y artísticas de la época. Desde la introspección de la Generación del 98 hasta la experimentación vanguardista, la literatura española se transformó profundamente.
Generación del 98: Reflexión y Renovación Tras el Desastre
El fin del siglo XIX en España estuvo marcado por el Desastre del 98, con la pérdida de las últimas colonias, Cuba y Filipinas. Esto impulsó a la Generación del 98, un grupo de jóvenes intelectuales que buscaban renovar la conciencia española. Su análisis de los problemas nacionales se enfocó en la literatura (inspirándose en Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique, Cervantes, Quevedo, y admirando a Larra), la historia y el paisaje castellano. Emplearon un lenguaje sencillo y expresivo, influenciados por el existencialismo. Sus principales representantes fueron:
- Azorín (Castilla, La ruta de Don Quijote)
- Pío Baroja (La busca, Mala hierba, Aurora roja)
- Ramiro de Maeztu (La crisis del humanismo, Hacia otra España, Defensa de la hispanidad)
- Miguel de Unamuno (San Manuel Bueno, mártir, Niebla, El Cristo de Velázquez)
Modernismo: Esteticismo y Escape de la Realidad
El Modernismo, surgido a finales del siglo XIX y principios del XX, fue un movimiento artístico de renovación formal y reacción anticonformista de la burguesía. El Art Nouveau se extendió por toda Europa dando rienda suelta a la imaginación y recogiendo ideas de otros movimientos como los edificios de Gaudí. Influenciado por el parnasianismo (el arte por el arte) y el simbolismo francés, se caracterizó por un lenguaje rico en metáforas, sinestesias y neologismos, además de simbolismos como el color azul y el cisne. Su principal exponente fue Rubén Darío (Azul, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza). En España destacaron Salvador Rueda, Francisco Villaespesa y Manuel Machado, con influencias modernistas visibles en Las sonatas de Valle-Inclán, Alma violeta de Juan Ramón Jiménez y Soledades de Antonio Machado.
La Narrativa de Principios del Siglo XX: Introspección y Ruptura
A principios del siglo XX convivían diversas líneas narrativas: el Realismo y el Naturalismo, la novela erótica y la novela regeneracionista, que hacía eco de las preocupaciones ideológicas de fin de siglo. La narrativa anterior a 1936, destacó por obras que rompían con el realismo decimonónico, priorizando la introspección del protagonista. Obras fundamentales de 1902 fueron La voluntad de Azorín, Camino de perfección de Baroja, Amor y pedagogía de Unamuno y Sonata de otoño de Valle-Inclán. En estas novelas, la historia cede protagonismo al pensamiento y la psicología de personajes inadaptados. Esto se puede ver en Niebla de Unamuno y en El árbol de la Ciencia de Baroja.
El Teatro Antes de 1936: Tradición e Innovación
En el teatro anterior a 1936 coexistieron dos tipos de teatro: el teatro continuador del siglo XIX y el innovador. El primero incluyó la comedia burguesa de Jacinto Benavente (Los intereses creados), el teatro en verso de Eduardo Marquina (Las hijas del Cid) y el teatro cómico de Carlos Arniches, los Hermanos Álvarez-Quintero y Pedro Muñoz Seca.
El segundo, teatro innovador, buscó romper con lo convencional, destacando Valle-Inclán con el esperpento (Luces de Bohemia), y Federico García Lorca con La Barraca. Esta renovación teatral fue semejante a la del siglo XVII, cuando Lope de Vega publica El arte nuevo de hacer comedias. El texto pasará a un segundo plano y se comenzarán a introducir elementos que enriquezcan la representación (marionetas, danzas, etc.), la libertad del artista, los adelantos técnicos y la aparición de las masas como protagonistas, mostrando los problemas del hombre (políticos, sociales, religiosos). Sus antecesores fueron algunos como Chejov, Ibsen o B. Shaw y reciben influencias de la vanguardia, del teatro ruso (Stanislavski), del teatro comprometido francés y del teatro del absurdo. Benito Pérez Galdós intentó crear un teatro serio y simbólico, pero fue rechazado.
La Generación del 98 también innovó, aunque sin estrenar sus obras: Unamuno (Fedra, Raquel) y Azorín (Old Spain). Destacó Valle-Inclán con su revolucionaria estética del esperpento en Luces de Bohemia, deformando la realidad con una visión grotesca para criticar la inmoralidad social. Sus personajes sufren animalizaciones y muñequizaciones, mezclando lo trágico y lo cómico. El Grupo del 27, con Federico García Lorca (grupo de La Barraca), Rafael Alberti y Pedro Salinas, impulsó el teatro popular mediante iniciativas como las Misiones Pedagógicas y los grupos universitarios.
Como resultado, este período literario reflejó una España en crisis, abordada desde la introspección existencial de la Generación del 98 y la estética escapista y formal del Modernismo, junto con una evolución en la novela y el teatro hacia nuevas formas expresivas.
Novecentismo: La Búsqueda de la Razón y el Arte Puro
Podemos definir el Novecentismo, también conocido como Generación del 14, como un movimiento cultural que utilizó como nombre y bandera el del nuevo siglo para marcar claramente las diferencias con la literatura y el arte que se había llevado a cabo en el siglo anterior (Realismo, Modernismo y Generación del 98). Estos autores propugnan una literatura diferente, intelectualizada, cuyos rasgos principales son:
- El racionalismo (análisis frío y objetivo de las circunstancias).
- Antirromanticismo, rechazando lo sentimental y preferencia por lo clásico.
- Defensa del arte puro que proporcione única y exclusivamente placer estético.
- Aristocratismo intelectual, haciendo una literatura que se dirija a lo que ellos denominan inmensa minoría.
- Utilización de un estilo cuidado y un gran interés por la obra bien hecha.
Los novecentistas son hombres intelectualmente formados, que no se limitaron a la actividad artística, sino que también pretendieron influir en la realidad española de su tiempo. Son juristas, filólogos, científicos, filósofos y políticos y la mayoría de ellos reformistas y más tarde republicanos. Se consideran europeístas y piensan que España debe abrir sus horizontes al resto del mundo.
Escriben diferentes géneros: el ensayo, la novela novecentista (novela lírica) y la lírica.
El Ensayo Novecentista
En el ensayo, destacan autores como Ortega y Gasset con Meditaciones sobre el Quijote o La deshumanización del arte, que refleja las premisas de este grupo, explicando que el arte divide al público en dos grupos: los que lo entienden y los que no, y este arte debe dirigirse a esa minoría que debe ser antipopular y hermético. Destacan otros autores como Eugenio d’Ors, un intelectual catalán al cual se debe el nombre del Novecentismo, u otros como Manuel Azaña, destacado intelectual y político que escribió La invención del Quijote y otros ensayos.
La Novela Lírica
La novela lírica, cuya obra más importante son Las cerezas del cementerio de Gabriel Miró, destaca por ser una novela intelectual representada por Ramón Pérez de Ayala, AMDG.
La Poesía Novecentista
Y, por último, destaca la poesía, donde la figura más importante es Juan Ramón Jiménez, considerado como un maestro de la poesía contemporánea. Este autor escribirá a lo largo de tres etapas diferentes: la primera llamada sensitiva donde podemos encontrar una poesía intimista, de influencia modernista y simbolista con obras como Elegías, o La soledad sonora. La segunda es una etapa intelectual o de poesía pura, con libros como Diario de un poeta recién casado y la denominada verdadera o suficiente, ya en el exilio, con poemarios como Dios deseado y deseante o En el otro costado. A lo largo de toda su obra Juan Ramón Jiménez buscará alcanzar su ideal de perfección y belleza, conjugando su intelectualidad, con su búsqueda de lo esencial y la pureza estética.
Las Vanguardias: Ruptura y Experimentación Artística
Hacia 1910 surgieron en Europa y América movimientos literarios rupturistas conocidos como las Vanguardias o “ismos”. Estos movimientos, experimentales y efímeros, rompieron con las formas artísticas tradicionales para renovar la literatura y reflejar una sociedad cambiante. Algunas vanguardias incluso se usaron como soporte cultural para transmitir ideologías políticas. Sus características incluyen ruptura con la tradición, libertad creadora, antisubjetivismo, provocación, predominio de la metáfora y humorismo.
Vanguardias Europeas
En Europa, los principales movimientos fueron:
- Futurismo: El Manifiesto futurista fue creado por F. Marinetti, exaltaba la civilización mecánica, destruía la sintaxis y usaba “palabras en libertad”.
- Cubismo: Propuesto por G. Apollinaire, rompía la realidad para recomponerla; destacan los caligramas.
- Expresionismo: Deformaba la realidad para abordar temas como locura, guerra y pérdida de identidad, con figuras como Kafka, Rilke y Brecht.
- Dadaísmo: Creado por Tristán Tzara, destruía las reglas lingüísticas. Es probablemente el más absurdo de todos. Fue precursor del Surrealismo.
- Surrealismo: Fundado por André Breton, defendía la imaginación libre con técnicas como la escritura automática y los cadáveres exquisitos (juntar frases de unos y otros sin lógica, ni sentido). Fue la vanguardia más influyente y duradera.
Vanguardias en España
En España, las vanguardias llegaron gracias a Ramón Gómez de la Serna, quien, a través de la revista Prometeo y su tertulia en el Café Pombo, difundió estas ideas. Otros impulsores fueron Guillermo de Torre y Ortega y Gasset. En España, las vanguardias adoptaron una actitud menos radical, seleccionando aspectos valiosos. Entre los influenciados se cuentan Pedro Salinas (35 bujías), Rafael Alberti (Madrigal a un billete de tranvía), Lorca, Aleixandre y Luis Cernuda.
Los movimientos más destacados en el ámbito hispánico fueron:
- Ultraísmo: Iniciado por Rafael Cansinos Assens, suprimía elementos narrativos, rompía con el discurso lógico y daba gran importancia a la metáfora y los caligramas.
- Creacionismo: Liderado por Vicente Huidobro, defendía al poeta como creador de mundos.
- Ramonismo: Creado por Ramón Gómez de la Serna, incluye las greguerías (metáfora + humor), textos breves con asociaciones sorprendentes y humorísticas. Sus técnicas eran la utilización de metáforas y comparaciones a veces hiperbólicas e ingeniosas (“En el fondo de los pozos suenan los discos de la luna”), seudoetimologías, paranomasias y dilogías (“Mono con manía”) y la desautomatización de frases hechas y refranes (“Nunca es tarde si la sopa es buena”).
Vanguardias en Hispanoamérica
En Hispanoamérica, surgieron movimientos propios:
- En Cuba, la Jitanjáfora de Mariano Brull priorizaba la sonoridad y las sensaciones.
- En República Dominicana, el Postumismo y el Vedrinismo destacaron con influencias negristas y juegos verbales.
- En Puerto Rico, Luis Palés Matos y Jorge Isaac de Diego promovieron lo sensorial y fonético.
- En México, la Generación de los Contemporáneos (como Octavio Paz) y el Estridentismo defendieron la modernidad y el cosmopolitismo.
Estos movimientos transformaron profundamente la literatura y las artes, dejando una huella significativa en las generaciones posteriores.
Generación del 27: Síntesis de Tradición y Vanguardia
La Generación del 27 fue un grupo de poetas que combinaron la rica tradición literaria española con las nuevas corrientes de vanguardia, logrando una de las promociones más brillantes de la literatura española del siglo XX. Su primer encuentro fue en el Ateneo de Sevilla para conmemorar el tricentenario de la muerte de Luis de Góngora, a quien consideraban un referente de libertad imaginativa y supremacía de la metáfora.
Influenciados por Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna y Juan Ramón Jiménez, se caracterizaron por su espíritu liberal, progresista y universitario.
Características y Temas de la Poesía del 27
- Influencia de la vanguardia y de formas populares y tradicionales como el soneto, el romance y el villancico. Introdujeron innovaciones como el verso libre. También cultivaron el verso blanco y el versículo.
- Temas: la modernidad, el amor, el compromiso político y artístico, el exilio y la nostalgia.
- Mezcla de tradición y modernidad, lo culto y lo popular.
Las etapas de la Generación del 27 fueron las siguientes: Inicial (hasta 1929): influencia de la lírica popular y los clásicos; antes de la Guerra Civil (1929-1936): gran influencia del Surrealismo; y después de la Guerra Civil (a partir de 1936): poesía existencial y angustiosa debido al exilio y la disolución del grupo.
Principales Poetas de la Generación del 27
- Pedro Salinas: Poeta del amor, su obra incluye Presagios, La voz a ti debida, Razón de amor y El contemplado.
- Jorge Guillén: Considerado el poeta más puro. Recogió su obra en Aire nuestro (Cántico, Clamor y Homenaje).
- Gerardo Diego: Destacó en poesía tradicional (Versos humanos) y de vanguardia (Imagen).
- Vicente Aleixandre: Ganador del Premio Nobel, con obras como Espadas como labios, Sombra del paraíso y Poemas de la consumación.
- Dámaso Alonso: Su obra incluye Poemillas de la ciudad e Hijos de la ira, caracterizada por el dolor existencial.
- Federico García Lorca: Combinó lo popular y lo culto en Romancero Gitano, Poeta en Nueva York y Sonetos del amor oscuro.
El teatro lorquiano aborda temas universales como el amor, la muerte y la lucha del individuo contra la sociedad. Utiliza elementos simbólicos (el color verde, la luna, el caballo), lenguaje poético y canciones intercaladas. En 1932 forma La Barraca, un grupo de teatro universitario que recorrían los pueblos de España para acercar el teatro al pueblo.
- Farsas: La zapatera prodigiosa.
- Dramas femeninos: Mariana Pineda.
- Tragedias rurales: Bodas de sangre (presenta la fuerza imparable de los instintos), Yerma (tragedia de la mujer estéril) y La casa de Bernarda Alba (desarrolla el conflicto entre el autoritarismo de Bernarda y la libertad de su hija menor, Adela.
- Rafael Alberti: Desde poesía popular (Marinero en tierra) hasta surrealista (Sobre los ángeles) y social (Un fantasma recorre Europa).
- Luis Cernuda: Su poesía aborda el amor desdichado y el exilio, destacando Los placeres prohibidos y Donde habite el olvido, reunidos en La realidad y el deseo.
Las Sinsombrero fueron un grupo de mujeres de la Generación del 27, como María Zambrano, Rosa Chacel, María Teresa León y Ernestina de Champourcin, transformaron el panorama cultural y artístico con una actitud moderna y vanguardista.