La Generación del 27: Contexto Histórico y Características Comunes
Los escritores de la Generación del 27 se forman y comienzan a publicar bajo la Dictadura de Primo de Rivera y viven de primera mano los acontecimientos de la II República (1931-1936), el golpe militar de julio de 1936 y la Guerra Civil (1936-1939). Todos tuvieron afinidades personales: homenajeaban a Góngora por el tercer centenario de su muerte (1927); tenían semejante procedencia social (burguesía) con vocación literaria y un espíritu laico, liberal y republicano; colaboraban en las mismas revistas (Litoral); y vivían en la Residencia de Estudiantes.
Aunque cada uno tuvo voz propia y una impronta personal, presentan claves comunes. Comparten el entusiasmo por Góngora y la importancia que dio a la imágen y metáfora; siguen el ideal poético de la poesía pura bajo el magisterio de Juan Ramón Jiménez; y son aficionados por la poesía popular en formas y ritmos. En sus obras reflejan la importancia de las vanguardias con huellas ultraístas, influencias de Ramón Gómez de la Serna y el surrealismo; logran un equilibrio entre tradición y vanguardia, fusionando lo culto y lo popular; y dieron entrada paulatinamente a temas humanos, influidos por la llegada de Pablo Neruda y su revista Caballo Verde para la Poesía.
Autores Destacados de la Generación del 27
- Pedro Salinas destaca por su etapa de madurez con tres obras de tema amoroso: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento.
- Jorge Guillén es el más fiel representante de la poesía pura con Cántico y Clamor.
- Gerardo Diego destaca por la variedad formal y temática de su obra (vanguardismo, clasicismo…) en Alondra de verdad.
- Vicente Aleixandre sobresale por la influencia surrealista y el verso libre. Tras la guerra su poesía se rehumaniza. Entre sus obras se encuentra La destrucción o el amor.
- Luis Cernuda en La realidad y el deseo reúne gran parte de su poesía, una suerte de biografía espiritual. Tiende a la introspección lírica y reflexiones existenciales.
- En Rafael Alberti, se nota la influencia popular en Marinero en tierra; en la etapa vanguardista se aprecia la influencia surrealista en Sobre los ángeles junto a una crisis vital y un mundo onírico; durante la república y la guerra, tuvo un tono combativo y de denuncia en De un momento a otro; y durante el exilio escribió Retornos de lo vivo lejano con dolor por la derrota.
- Federico García Lorca funde tradición y modernidad con temas y motivos que se repiten y superponen: amor, con deseo y erotismo; frustración y destino trágico; muerte y sufrimiento; y víctimas del poder, leyes y sociedad. En la poesía aparecen símbolos con significado diverso. Las obras más importantes son Romancero gitano y Poeta en Nueva York. Predomina lo sensorial, la personificación y la metáfora.
El Teatro de Lorca
Lorca fue un gran dramaturgo. Mariana Pineda pertenece a su teatro modernista en verso. En la búsqueda de nuevas formas escribirá farsas como Retablillo de don Cristóbal. También, tuvo obras vanguardistas, llenas de simbolismo y teatro surrealista como El público. En cuanto a las obras de madurez, Doña Rosita la soltera refleja la frustración por el paso del tiempo; y sus tres tragedias rurales, Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, se centran en lo femenino en un mundo apegado a supersticiones, costumbres ancestrales y honra.
El Novecentismo: Características y Representantes
El Novecentismo, un movimiento cultural de la segunda década del XX, rechazó el estilo del siglo XIX. Liderado por intelectuales liberales, conocidos como la generación del 14, buscaba modernizar la sociedad y acercarla a Europa. Se trata de personajes socialmente integrados que suelen ganarse la vida por medio de su formación intelectual y universitaria. Buscan influir en la realidad española participando en política, fundando instituciones y modernizando ciencias y estudios humanísticos.
Rasgos del Novecentismo
Sus rasgos incluyen un intelectualismo que promovía el análisis frío y objetivo de las circunstancias; el europeísmo como medio de modernización del país; la defensa del «arte puro» como fuente de placer estético; un estilo literario cuidado y depurado; y un aristocratismo intelectual al escribir para una élite selecta. El ensayo experimentó un gran desarrollo, caracterizado por planteamientos reflexivos de tono objetivo, que se difunden por medio de las publicaciones periódicas.
Figuras Clave del Novecentismo
José Ortega y Gasset es considerado el inspirador del grupo y difusor de nuevas corrientes europeas. Fundó la Revista de Occidente. Aborda cuestiones políticas como el aislamiento del país, y defiende la existencia de una minoría intelectual para evitar disgregación territorial, y la tradición política liberal española en obras como España invertebrada y La rebelión de las masas. También abordó cuestiones estéticas. En La deshumanización del arte, explica que el arte joven será complicado, deshumanizado frente al anterior arte naturalista. El arte divide al público entre quienes lo entienden y quienes no, lo que explica su carácter minoritario, siendo intelectual, antirromántico y antirrealista.
Eugenio D’Ors contribuyó por su parte con Glosas, breves artículos que responden a la mentalidad educadora del novecentismo. La novela se alejó del realismo, de la vehemencia y subjetivismo del 98. La «Novela Lírica», ejemplificada por Gabriel Miró en obras como El obispo leproso, destacó por su brillantez formal y una prosa muy elaborada. La «Novela Intelectual», representada por Pérez de Ayala en títulos como Tigre Juan, se caracterizó por la ausencia de acción y la reflexión sobre diversos temas. Por último, Ramón Gómez de la Serna, creador de las «greguerías», destaca por sus novelas con poca acción, sustituida por múltiples situaciones, divagaciones, rasgos de ingenio y humor como en La viuda blanca y negra.
Juan Ramón Jiménez: Puente entre Modernismo y Generación del 27
Juan Ramón Jiménez, poeta de la generación del 14, sirvió como puente entre el Modernismo y el grupo del 27. Comprometido con la regeneración del país, cultivó una «poesía pura» enfocada en la búsqueda de la belleza y lo absoluto para dar sentido a la existencia. En la «Etapa Sensitiva», con obras como Rimas, Arias tristes y Jardines lejanos, cultivó una poesía íntima, sencilla y musical. En la «Etapa Intelectual», visible en obras como Diario de un poeta recién casado y Eternidades, eliminó el adorno, depuró el lenguaje poético, empleó el verso libro y buscó la esencia de las cosas. En su tercera etapa, durante el exilio, destaca con obras como Dios deseado y deseante y En el otro costado, que incluye el poema «Espacio», en el que utiliza el monólogo interior. «Espacio» se considera una cima de la poesía occidental del siglo XX, comparable a obras de Rilke y Eliot. En esta etapa buscó fusionarse con la naturaleza y adoptó un tono místico. Además, escribió poemas en prosa, como Platero y yo, y de carácter popular en su Antolojía.