Explorando la Escritura Medieval: Minúsculas, Nexos, Abreviaturas y la Transición a la Gótica

La Escritura Minúscula: Redonda y Cursiva

La escritura minúscula se presenta con dos manifestaciones: la redonda y la cursiva.

Escritura Redonda

La escritura redonda, también llamada sentada o libraria, tiene un trazo extremadamente caligráfico, lo que provoca que los nexos y ligaduras hagan variar poco la morfología esencial de las letras. Estas se trazan de manera aislada, fundamentalmente. A veces se utiliza este tipo de letra en los documentos adquiriendo un cierto grado de cursividad.

Ver alfabeto de la minúscula redonda en el cuaderno de prácticas.

Nexos en la Redonda

Los nexos en la redonda tienen un empleo sobrio. Hay que tener en cuenta:

  1. Que la b, c, d, g, h, i, m, p, q y z no se unen jamás a la letra siguiente.
  2. La n, o, s, y x solo se unen excepcionalmente.
  3. Son la a, e, f, k, l, r, y t las letras que producen la mayoría de los nexos en este tipo de letra.

Los nexos o ligaduras de la a pueden ser directos o inversos. En ambos casos adopta la forma cursiva, uniéndose a la letra siguiente por su rasgo inferior o terminal y a la letra anterior enlazando por el superior o inicial. Su unión más frecuente es con la c, n, r, s, t. Los nexos más frecuentes son los de la e, fundamentalmente con la siguiente. Los nexos de la f son escasos en la redonda, alguna vez se une a la e cuando la sigue.

El nexo más frecuente de la k es con la a. La l suele unirse a la a, i, y a la o.

Es excepcional el nexo de la i con la t, aunque cuando lo hace adquiere un aspecto de T con espiral a la izquierda.

Ver cuadro de nexos en el cuaderno de prácticas.

Escritura Minúscula Cursiva

La escritura minúscula cursiva se caracteriza por una mayor variedad de formas dentro de cada una de las letras. Su origen está en las variantes cursivizadas de la escritura que se utiliza en los siglos VI y VII.

Ver alfabeto de la minúscula cursiva en el cuaderno de prácticas.

Nexos en la Cursiva

Los nexos de la cursiva son muy abundantes y su uso desvirtúa la morfología esencial de cada una de las letras.

Signos Especiales y Abreviaturas

Conviene unas breves puntualizaciones sobre los signos especiales y las abreviaturas.

Signos Especiales

Por tales entendemos todos aquellos signos, que no sean letras o nexos, que han sido trazados con una clara intencionalidad y que, por tanto, tienen un significado concreto. Entre ellos podemos hablar de signos de puntuación, musicales e incluso criptográficos, aunque solo nos detendremos brevemente en los primeros. Su origen es griego y, en principio, se reducían a un punto, cuyo significado era distinto según la posición que ocupaba en relación a la línea o renglón de escritura; si el punto iba en la parte alta de la caja del renglón indicaba el fin de una frase, invitando a hacer una pausa amplia que equivalía a un punto y final; si estaba colocado en la parte inferior de la caja del renglón indicaba una pausa breve, con lo que equivalía a una coma; y, por último, si estaba colocado en la parte media de la línea de escritura equivalía a nuestro punto y coma. La realidad parece demostrarnos que dichas normas, por lo que se refiere a los textos en escritura visigótica (ya sea códices como documentos) no se cumplieron del todo, siendo muy difícil establecer una equivalencia exacta entre la gran variedad de signos utilizados en dichos textos (figurados a base de un punto o una raya o de ambos a la vez) con el significado de los signos actuales.

Abreviaturas

Hay que comenzar por aclarar que en toda abreviatura entran dos elementos: el que abrevia y el que es abreviado. Al primero se le llama signo abreviativo, y al segundo palabra o frase abreviada o, simplemente, abreviatura.

Entre los primeros podemos distinguir entre signos generales y especiales.

* Ver cuadro de signos abreviativos del cuaderno de prácticas

Entre las abreviaturas las hay por suspensión y por contracción.

Escritura Gótica

El adjetivo GÓTICO es aplicado a la escritura y a cualquier otra actividad artística. Es un término utilizado por los HUMANISTAS (s. XV) para calificar las creaciones de los siglos XII al XV que ellos consideraban como bárbaras, por no acogerse a los cánones clásicos. De ahí que se les dé el nombre de uno de los pueblos germánicos que estuvo implicado en la caída del Imperio Romano.

Los HUMANISTAS consideraron este nuevo sistema estético, denominado gótico, como una ruptura con el espíritu que caracterizó a la época anterior que significó:

  • Vuelta a la unidad política
  • Vuelta a la unidad gráfica

En definitiva, una vuelta al clasicismo que para ellos representaba el orden perfecto.

Nada más alejado de la realidad. En el s. XII se produjo un verdadero renacimiento:

  • Reforma general de los estudios
  • Renovación del derecho romano, con lo cual no podemos decir que exista tal ruptura.

En realidad, en este siglo asistimos a un proceso de evolución que se caracterizará por una serie de cambios demográficos, económicos, religiosos y, especialmente, culturales, que van a estar en relación directa con el renacimiento de las ciudades.

Cambios en el Mundo Rural

Un avance en la roturación de bosques implica un incremento de tierras cultivadas; las mejoras técnicas permiten una mayor producción de cereales; una mejora en el abastecimiento de las demandas alimenticias de la población trae consigo una población mejor alimentada, lo que favorece un aumento demográfico, ya que aumenta la esperanza de vida.

El excedente de población rural emigra a la ciudad donde se dedicará a otras actividades, distintas de las agrarias, al tener garantizadas sus necesidades alimentarias, gracias al excedente en la producción de cereales. La ciudad se convierte en un laboratorio en el que se desarrollan nuevas manifestaciones económicas, sociales, políticas, religiosas y culturales.

Transformaciones Económicas

Aumento de la actividad artesanal y mercantil, lo que irá unido a una serie de transformaciones radicales en las técnicas comerciales = mayor actividad escrituraria.

Transformaciones Religiosas

Relevo de los monasterios con la aparición de las Órdenes Mendicantes, fuertemente enraizadas en el espacio urbano.

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