Relación entre pensamiento y lenguaje
Es un hecho probado que hablar y pensar son dos actividades que están directamente relacionadas. Además, es potestad del ser humano hacer uso de las mismas. El lenguaje nos va presentando una perspectiva de la realidad, y nos va posicionando ante el mundo. Vigotsky mantiene la creencia en la importancia de la relación entre pensamiento y palabra, y al promulgar la tesis referente a que los procesos mentales pueden entenderse solamente mediante la comprensión de los signos que actúan de mediadores, está aludiendo claramente a la capacidad de simbolización. Comprobamos pues que la persona, al ir aprendiendo un lenguaje, va adquiriendo paralelamente un mundo de significados que van configurando su intelecto y la van socializando en una cultura determinada, con lo cual observa y analiza lo que le rodea desde un prisma tanto particular como universal. Hablar del lenguaje es hacerlo tanto de un instrumento para influir en la conducta de las demás personas como de un conocimiento sobre el mundo físico y social. El lenguaje tiene un carácter social y además se convierte en un elemento configurador del pensamiento. Por ello, el ámbito social se convierte en un aspecto importante a tener en cuenta, ya que las percepciones de tipo sensorial, de tipo motórico o de tipo lingüístico, se van aunando en el intelecto de las personas y van configurándolo; y aunque la lengua sea igual para los habitantes de una misma zona, el nivel de conocimiento y de acceso a la misma no lo es, por lo que si queremos preparar una situación que implique una enseñanza-aprendizaje de la Lengua y la Literatura, tendremos que conocer primero el nivel de progresión lingüístico-comunicativa de la persona y comprender qué factores han contribuido a esa conformación. Hay que tener en cuenta que la enseñanza del lenguaje ha de ser funcional, teniendo en cuenta la comentada proyección social con la que cuenta, y sobre todo que la función del lenguaje no es la de crear silogismos o la de imbuir a la persona en complejas divagaciones abstractas, la gran misión del lenguaje es la de estar al servicio de la vida de las personas, y no estar únicamente disponible para unos pocos seres sino para todos.
Concepto de la Didáctica de la Lengua y la Literatura
Hay una clara coincidencia a la hora de definirla como disciplina que tiene su sentido y justificación en el campo de la intervención. “Es una disciplina de intervención que tiene como objetivo modificar el comportamiento lingüístico de los alumnos” (Mendoza, López y Martos). “Tiene por objetivo revisar los planteamientos teóricos, seleccionar y organizar contenidos, establecer objetivos en relación a unos métodos y a unas orientaciones técnico-teóricas sobre la singularidad del aprendizaje de lengua y literatura”.
Aportaciones de otras áreas de conocimiento
- Sociología, filosofía y antropología
- Psicología
- Pedagogía
Nuevos retos en la enseñanza de la lengua y la literatura
– El docente debe adquirir una preparación científica interdisciplinar acorde con los nuevos objetivos que la Didáctica de la Lengua y la Literatura tienen planteados.
– El sistema educativo debe ofrecer una formación pragmática y funcional a sus educandos, de acuerdo a las necesidades de comunicación de la sociedad en la que viven.
– Se precisan docentes implicados en procesos de formación permanente, con inquietudes innovadoras y creativas, que conviertan el contexto educativo en un escenario vivo, atractivo y motivador mediante el diálogo y la interacción.
– La crisis de los modelos de enseñanza tradicionales ha dado paso a modelos activos de enseñanza, que exigen al profesor ser investigador de su propia práctica docente e integrarse en equipos pedagógicos para mejorar la misma.
– La proliferación de nuevas formas literarias multimedia e interactivas, junto al auge de la literatura infantil y juvenil, necesita un profesorado con la suficiente sensibilidad estética y crítica para la educación literaria, que sea capaz de motivar al alumno y desarrollar en él el gusto y el placer por la lectura.
– Es necesario que el profesor adopte una actitud positiva de apertura al plurilingüismo y a la educación multicultural como elementos enriquecedores y nunca discriminatorios.
– Es preciso alfabetizar en otros sistemas verbales (no sólo el escrito) desatendidos tradicionalmente (oral) y no verbales (icónicos, gestuales, sonoros), si no queremos que el alumno se convierta en analfabeto funcional en esta sociedad actual donde imperan la imagen y el sonido como formas de expresión e información.
La aportación de Jürgen Habermas
Alude de una manera directa a la influencia que debe tener la comunicación dentro de una sociedad que propugne los ideales de mejora continua y de progresión intelectual de sus integrantes. La acción comunicativa debe ser el exponente más claro del funcionamiento social. La comunicación social será el medio para la consecución de los pretendidos fines.
- Consenso: un buen discurrir social pasa por el acuerdo entre las personas. Es la meta a conseguir a partir de los procesos comunicativos, es el indicador más fidedigno de que la acción comunicativa ha acontecido de un modo eficaz.
- Situación ideal de habla: incluye un hablante-oyente ideal, que vive en una comunidad lingüística homogénea, que posee un conocimiento excelente de su lengua y al actualizar su habla no se siente afectado por condiciones irrelevantes.
- Comunicación sistemática distorsionada: ansía el hecho de que la comunicación no se convierta en un hecho mecánico y automático sino que adquiera un carácter dinámico y adaptable.
- Pragmática universal: el hombre debe saber reflexionar sobre los procesos comunicativos que está acometiendo. Esta pragmática está ligada a la idea de que la persona sepa actuar de una forma efectiva en los distintos contextos de actuación a los cuales se debe de enfrentar a lo largo de su vida.
- Ética discursiva: búsqueda de la verdad, de la veracidad y de la justicia. En definitiva propugna un modelo de formación integral de la persona con la finalidad de que tenga éxito en sus diversas interacciones comunicativas. Para Habermas el conocimiento no es algo estático e inerte sino que va avanzando conforme progresa el ser humano.
La competencia literaria y la competencia comunicativa
No todo va a ser actuaciones comunicativas comunes sino que el individuo va a tener que enfrentarse en muchas ocasiones a estructuras de corte literario que poseen un mayor grado estético en su elaboración y que difieren de las estructuras lingüísticas cotidianas. Esto no quiere decir que lo literario esté abstraído de la realidad, sino que es otro modo de explicar esa realidad, a través de una seria de recursos retóricos y estilísticos. En el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, ésta última se convierte en un excelente recurso a la hora de trabajar las habilidades lingüísticas, ya que enriquece el uso del lenguaje y confiere nuevos modos de ver la realidad. Por tanto, debemos apostar por el desarrollo de la competencia literaria dentro del entorno comunicativo. Una persona escritora y lectora competente deriva en una importante formación social y, sobre todo, cultural de la misma, y consigue un nivel comunicativo mucho mayor que el de una persona que no sea literariamente competente. Sería descabellado el abordar el tratamiento de ambas habilidades de una forma separada, ya que se convierten en elementos que avanzan de una forma continua y conjunta.
El Taller
Concepto de taller
La idea de taller se encuentra enmarcada en el ámbito de la abstracción. El taller no es algo tangible, algo que sea visible para las personas que intervienen en el hecho educativo. Es un planteamiento, un medio, en definitiva, una estrategia. Se recoge en él una intención creadora, el intento por construir algo, por elaborarlo. Es contrario al planteamiento educativo tradicional basado en la unidireccionalidad del conocimiento. En los talleres educativos procuramos generar un producto cuyo envoltorio final se muestra en forma de conocimientos y, sobre todo, de habilidades para la persona.
¿Qué es leer?
Las definiciones que se han propuesto sobre qué es leer a lo largo del tiempo son muy variadas:
- Lectura como proceso perceptivo: pone de relieve el componente mecánico del acto lector, consistente en identificar los signos gráficos y establecer su correspondiente relación con los sonidos.
- Lectura como proceso comprensivo: la comprensión del significado e intención comunicativa del texto es el elemento fundamental y fin último de la lectura.
- Lectura como proceso creativo: presenta al lector como sujeto activo y creativo y no como mero receptor pasivo de la información textual, de manera que la información que éste obtiene a través de su lectura en interacción con su propio conocimiento genera nueva información.
Etapas del proceso lector
La comprensión del texto es el objetivo y el fin último de la lectura, pero para llegar a ese último estadio, en el proceso de aprendizaje lector, se pueden distinguir dos etapas:
- Conocimiento del sistema de escritura y adquisición de la mecánica lectoescritora. Durante esta etapa el alumno descubrirá el valor simbólico de la escritura y su funcionalidad.
- Comprensión lectora propiamente dicha. Esta etapa supone la capacidad del alumno para poner en práctica estrategias de lectura a fin de desentrañar el sentido del texto, relacionándolos con sus conocimientos previos, interpretarlo e integrarlo en sus esquemas mentales.
¿Qué es escribir?
Escribir consiste en representar mediante signos gráficos convencionales una determinada información de forma coherente y adecuada. La lectura es una técnica motriz compleja, con desarrollo lento, que se aprende y domina con un método adecuado y práctica. Es un instrumento para la comunicación y la adaptación cultural y también un valioso medio de autoexpresión de ideas. La habilidad de escribir no es un don innato sino que precisa, frente al código oral, un proceso de aprendizaje planificado y sistemático, que se desarrolla paralelamente al de la lectura.
Modalidades de lectura
- Audición de lectura
- Lectura guiada
- Lectura compartida
- Lectura comentada
- Lectura independiente
- Lectura en episodios
Charles Perrault
Nace y escribe su obra en París en el siglo XVII. Fue abogado, miembro de la Corte de Luis XIV y de la Academia francesa. Va a ser conocido por sus cuentos en prosa que, en 1697, publica en un volumen con el título de Cuentos de antaño, con moralejas o como Cuentos de Mamá Oca por la ilustración e inscripción que tenía el grabado que aparecía en la portada. En este libro se incluían los cuentos: Caperucita roja, La Bella Durmiente, Las Hadas, Barba Azul, Pulgarcito, La Cenicienta, El gato con botas y Riquete el del Copete. Todos estos cuentos tienen su origen en el repertorio popular francés que hasta entonces se transmitía de forma oral. En esta época, en los hogares de clase alta eran las niñeras o nodrizas las encargadas de contarle los cuentos a los niños; en los salones estaban de moda y los narraban. En los pueblos, eran las personas mayores las que se los contaban a las más jóvenes. Las moralejas de los cuentos reflejan la moral cristiana y la razón, rechazaba la magia y la superstición, muy común en aquella época. La firma de los cuentos era la de su tercer hijo, por lo que se ha dudado sobre su autoría. ¿Por qué Charles Perrault firmaba con el nombre de uno de sus hijos? Por su posición y prestigio social. Escribir una recopilación de cuentos infantiles, de origen popular, no era considerado como digno para un buen escritor. Pero, a pesar de todo, su libro forma parte de las obras de arte literarias, además de uno de los ejes de la evolución de la literatura infantil. Perrault realiza esta transcripción con aportaciones y un enfoque muy personal. Esto se refleja fundamentalmente en los finales de los cuentos, que los de la tradición popular acaban de forma sangrienta y él los cambió a finales felices. La Cenicienta ya no se despioja ante la chimenea, ni existen escenas crueles… ¿Por qué? Porque podrían atentar contra la moral. Cambia el sufrimiento, el dolor, la brusquedad, por la belleza, la bondad, la dulzura del sueño… La moral que defiende Perrault es de base cristiana. Esto, y el poder educativo que ve en ellos, le lleva a incluir en cada cuento una moraleja. Por eso sus cuentos no sólo van dirigidos a los niños, sino también a los adultos.
Los Hermanos Grimm
Jacob y Wilhelm nacen en el seno de una familia burguesa en la Alemania del siglo XVIII. Ambos hermanos pertenecen al movimiento romántico que empezaba a tener fuerza en la época. Esto les lleva a tener una sensibilidad especial por la belleza de la naturaleza. Esto, unido a la situación política de la época, provocó en ellos sentimientos nacionalistas de protección y valoración de su patrimonio que se reflejan en sus trabajos. Pero este nacionalismo no les impidió tener una visión más amplia hacia otros países y culturas. Aunque estudiaron derecho, no tardaron en acercarse a la filología y a la lingüística. En 1812 publican su primer libro: Cuentos infantiles y del hogar, y en 1815, el segundo volumen. Al igual que hiciera Perrault en Francia, los hermanos Grimm recopilan de la tradición popular oral (pero esta vez alemana) los cuentos, que según ellos, estaban destinados al olvido y a su desaparición. Sus fuentes eran las mujeres, varias generaciones dentro de una misma familia, y las niñeras. La función moral y educativa de los cuentos irá aumentando de edición en edición, e incluso les llevará a hacer modificaciones. Estas modificaciones va a consistir en la eliminación de los contenidos violentos y en la inclusión de finales felices. Otra de las características de los cuentos de los hermanos Grimm es la referida a su contenido religioso. Su fuerte formación religiosa influyó en ellos y en su obra. Algunos de sus cuentos más famosos: El lobo y las siete cabritillas, Hansel y Gretel, El sastrecillo Valiente, La Cenicienta, Caperucita Roja, Los músicos de Bremen, Pulgarcito, La Bella Durmiente, Blancanieves, El gato con botas.
Han Christian Andersen
Este escritor danés nace en Odenes en 1805: “Mi vida es un bello cuento rico y feliz”. Nace una familia muy humilde y tuvo que luchar por alcanzar sus aspiraciones, reconocimiento y fama. Aunque Andersen publicó novelas, obras de teatro y poemas, se dedicó principalmente a los cuentos, con los que obtuvo el reconocimiento social que él deseaba. Entre 1835 y 1872 escribió 168 cuentos. En una primera etapa, publica algunos cuentos populares daneses y otros suyos. Pero estos cuentos populares serán tan sólo sus propias versiones, a partir de los relatos que le habían contado las ancianas de su pueblo durante su niñez. Sus inicios no fueron fáciles, puesto que la crítica consideró su obra pueril, pero con el paso del tiempo se hicieron famosos, sobre todo en el extranjero. En 1945, viendo el éxito que tenían sus cuentos, decide publicar sólo los suyos.: Cuentos nuevos, inspirados en su propia vida. Como romántico que era, manifiesta en sus textos un amor por la belleza de la naturaleza. Sus narraciones también se caracterizan por describir experiencias y conflictos reales de la vida. Según González, Andersen va a mostrar en sus cuentos el valor del sufrimiento para llegar a la madurez. La vida es para él un camino lleno de peligros y conflictos que el hombre debe superar, pero, a su vez, la vida está llena de cosas maravillosas y bellas por las que merece la pena luchar. Pero los finales no siempre son felices (La pequeña cerillera). Un niño nunca llorará con los cuentos de los Hermanos Grimm, mientras que sí lo podrá hacer con los de Andersen. Sus cuentos más famosos: El soldadito de plomo, El patito feo, La sirenita, Los zapatos rojos, La princesa del guisante, El traje nuevo del emperador.