El Teatro: Un Arte en Dos Dimensiones
El teatro se puede estudiar en dos dimensiones: como texto teatral y como representación dramática. Es un texto literario concebido para ser representado ante un público en un escenario. Por tanto, aunque puede ser leído, su emisión y recepción es colectiva. Esto es lo que lo diferencia de otros géneros como la novela o la lírica.
Como texto literario, desarrolla una historia que se presenta directamente a través de las palabras y las acciones de los personajes, y debe ser contada en el breve tiempo de una representación.
Puede ser escrita en prosa o en verso.
El público participa con frecuencia en el desarrollo de la obra a través de sus reacciones (risa, silencio, sorpresa, miedo, etc.). Sobre todo en el siglo XX, el teatro experimental incluye en el texto secundario indicaciones para provocar o interactuar con el público. Con este propósito se experimenta con la forma y colocación del escenario.
Géneros Teatrales
Los géneros teatrales son muchos. Los hay mayores (tragedia, comedia, tragicomedia y auto sacramental) y menores (entremés, pasos, monólogos y farsa). También hay teatro musical (ópera, zarzuela, sainete).
Con todo, deberemos destacar que la palabra comedia denominaba a toda obra teatral de nuestro teatro barroco, no solo a las de final feliz. Es en esta misma época cuando surgen los corrales de comedias, es decir, los primeros edificios teatrales construidos ex profeso para las representaciones de interés lúdico y popular, y que con el tiempo derivarán en los locales de teatro actuales.
Estructura del Texto Teatral: Principal y Secundario
En el teatro dramático o teatral se distingue el texto principal y el texto secundario. El texto principal adopta diversas formas:
Texto Principal
- Diálogo: Es el verdadero soporte de la acción. Corresponde a las conversaciones que mantienen entre sí los personajes, que actúan alternativamente como emisores y receptores. Es una recreación literaria de las conversaciones directas que se producen en la comunicación oral. El que esta “imitación” sea más o menos fiel o realista depende del tipo de obra y de la tradición literaria.
La disposición tipográfica es característica y evita cualquier ambigüedad: cada intervención aparece precedida por el nombre del personaje correspondiente.
Aunque suele ser directo y vivo, a veces adopta fórmulas de “diálogo narrativo” cuando un personaje relata a otro hechos que han sucedido fuera de escena. Este tipo de diálogo era más frecuente en el teatro clásico, pues la falta de medios técnicos obligaba a relatar hechos y circunstancias que, en el teatro actual, pueden sugerirse con diversos recursos escénicos.
Otras veces, el diálogo sirve para que unos personajes hablen de otros que no están presentes, permitiendo de esta forma que el lector o el espectador conozca mejor tanto a los que intervienen como a los aludidos.
Pero el “diálogo teatral” es el que se produce entre los personajes que, con sus réplicas y contrarréplicas, hacen que el conflicto dramático alcance momentos sucesivos de tensión y distensión.
Además, a través del diálogo, los personajes se describen a sí mismos al manifestar sus sentimientos, estados anímicos, etc. La forma que los clásicos llamaban del decoro, por la cual había coherencia entre manera de hablar y caracterización personal o social, se rompe en el siglo XX (aparición del teatro del absurdo).
- Monólogo: Es el parlamento en el que un personaje expresa en voz alta sus pensamientos y sentimientos. El discurso no se dirige a ningún interlocutor, sino a sí mismo, acercándose al estilo del monólogo interior narrativo. Se utiliza en momentos en que la acción se concentra y gana intimidad.
La meditación del personaje, revelándosela al espectador, se llama soliloquio. Si esta se dirige a los espectadores, monólogo apelativo.
- Apartes: Son intervenciones breves, muchas veces cómicas, que un personaje formula de manera que parezca que los demás personajes no lo oyen, aunque sí el público.
Texto Secundario: Las Acotaciones
El texto secundario está formado por las acotaciones. Son indicaciones sobre aspectos de la representación dramática, es decir, de la puesta en escena de la obra. Pueden ser: visuales (maquillaje, peinado, vestuario) y auditivas (tono, sonidos, música). No son pronunciadas por ningún personaje y suelen ir en letra cursiva y entre paréntesis. Pueden aparecer al principio del drama (acotación inicial), al comienzo de los actos (indicando los cambios de decorado) e intercaladas entre las palabras de los personajes (señalando sus movimientos y forma de actuación).
En el teatro escrito actual ha disminuido notablemente la importancia de las acotaciones, ya que el director de la obra decide sobre todo lo que afecta a la representación y a la interpretación. Hasta hace unas décadas no existía la dirección tal como la conocemos hoy, de ahí que las indicaciones del autor fueran entonces más detalladas. En algunas obras (el teatro de Valle-Inclán y Lorca) pueden llegar a adquirir carácter literario, poético incluso, y convertirse en parte fundamental del texto.
Elementos del Análisis Dramático
En el análisis del texto dramático debemos incluir el estudio de los personajes, el espacio, el tiempo y la acción dramática.
Para el análisis de la acción dramática, remitimos a lo expuesto en la introducción sobre “la estructura de los textos dramáticos”. Recordemos, a modo de resumen, que hablábamos de estructura interna (en que se puede dividir el conflicto) y estructura externa (de actos, cuadros y escenas).