La literatura realista: características
El Realismo sustituyó la exaltación sentimental y el despliegue imaginativo de la literatura romántica por la observación y la representación fidedigna del entorno. Su intención no era evadirse de la realidad ni formular ideales inalcanzables, como en el caso del Romanticismo, sino retratar con verosimilitud e intención crítica la sociedad de su tiempo, con el deseo de transformarla y mejorarla a través de la literatura. Guiados por ese propósito, los autores realistas consideraron que la novela era el género literario más adecuado para sus fines. La novela constituía también, por otra parte, el género favorito del público lector, perteneciente en su mayor parte a la burguesía, ya que encontraba representados en ella sus intereses e inquietudes.
La novela realista
La narrativa realista se caracteriza por estos rasgos:
- Interés por la realidad y lo cotidiano: los novelistas sustituyen los motivos históricos y exóticos del Romanticismo por ambientes y personajes cotidianos.
- Tratamiento de temas actuales: se abordan los conflictos sociales y políticos coetáneos (las diferencias sociales entre clases, las condiciones de vida de los obreros, el caciquismo).
- Búsqueda de la objetividad: la intención del autor realista es construir un mundo literario que constituya una fiel representación de la realidad.
- Presencia crítica del autor: el autor expresa su opinión a través del narrador.
- Empleo del narrador omnisciente: este procedimiento permite analizar los pensamientos y las emociones de los personajes.
- Estilo sobrio y sencillo: se busca un lenguaje objetivo, preciso y claro.
- Cuidada recreación del habla de los personajes: el diálogo cobra una gran importancia, se retrata de manera fidedigna el habla de los personajes atendiendo a su clase social.
El Realismo en Europa
La novela realista vivió un gran auge en Europa a lo largo del siglo XX, destacando especialmente las aportaciones de las literaturas francesa y rusa.
a) La novela realista en Francia
Se suele considerar que Rojo y negro (1830) de Stendhal (1783-1842) es la novela precursora del Realismo. Junto con Stendhal, los novelistas más importantes fueron Honoré de Balzac, Gustave Flaubert y Émile Zola.
- Honoré de Balzac (1799-1850): compuso una serie de novelas agrupadas bajo el título de La comedia humana, en las que reflejó la sociedad francesa de la época.
- Gustave Flaubert (1821-1880): escribió Madame Bovary, novela en la que se narran las pasiones y ensoñaciones románticas de una mujer adúltera.
- Émile Zola (1840-1902): es el impulsor del Naturalismo. Sus novelas La taberna o Naná muestran la influencia de las ideas deterministas.
b) La novela realista en Rusia
Sobresalen los escritores Fiódor Dostoyevski y León N. Tolstói:
- Fiódor M. Dostoyevski (1821-1881): es autor de obras como Crimen y castigo o Los hermanos Karamazov, en las que analiza la psicología de unos personajes atormentados.
- León N. Tolstói (1828-1910): abordó el tema del adulterio en Ana Karenina y compuso un ambicioso retrato de la Rusia del XIX en Guerra y paz.
El Realismo y Naturalismo en España
En el Realismo español se suelen diferenciar tres etapas:
5.1. El Prerrealismo
Este movimiento nace en 1849 con la publicación de La Gaviota de Fernán Caballero (1796-1877), seudónimo de Cecilia Bohl de Faber. Las novelas del Prerrealismo presentan un tono costumbrista y un propósito moralizador, como se observa en La Gaviota, donde se cuenta la azarosa vida sentimental de una joven. La autora simboliza en la protagonista la transformación de la sociedad de la época y reivindica los valores tradicionales. Los escritores prerrealistas no profundizaron en el análisis psicológico ni en la crítica social, sino que prefirieron el detalle colorista y pintoresco, y la defensa de los principios conservadores. El principal representante de la corriente prerrealista es Pedro Antonio de Alarcón, autor de cuentos y novelas. En su obra más célebre, El sombrero de tres picos, desarrolla un asunto folclórico: un corregidor intenta seducir a una mujer casada con un astuto molinero que finalmente se vengará de él.
5.2. El Realismo
La etapa propiamente realista comienza en 1870 con la publicación de La fontana de oro, de Benito Pérez Galdós, y se caracteriza por el afán de retratar con intención crítica la sociedad coetánea. En general, el narrador adopta una actitud más objetiva, y los personajes son objeto de un análisis psicológico más minucioso. Junto con Galdós, destacaron Juan Valera y José María de Pereda.
- Juan Valera (1824-1905): publicó en 1874 su obra más importante, Pepita Jiménez. Se trata de una novela epistolar en la que se relata el amor entre un seminarista, Luis de Vargas, y la prometida de su padre, Pepita Jiménez. El doble conflicto – religioso y familiar – se resuelve felizmente: Luis de Vargas abandona el seminario y su padre acepta que se case con Pepita.
- José María Pereda (1833-1906): compuso novelas ambientadas en su Cantabria natal, como Sotileza o Penas arriba, en las que elogia la vida rural y critica el progreso.
5.3. El Naturalismo
El éxito de las novelas de Zola tuvo como consecuencia la aparición en España de los primeros textos naturalistas a partir de 1881, año de publicación de La desheredada, de Galdós. En el Naturalismo se recrean los aspectos más sórdidos de la realidad. Los personajes son víctimas de su condición física, de la herencia genética y del medio en el que viven (determinismo). Estos factores determinan su destino y les impiden ser libres. Los novelistas más importantes fueron Leopoldo Alas «Clarín», Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.
- Emilia Pardo Bazán (1851-1921): fue la más destacada defensora del Naturalismo en España. Entre sus novelas sobresalen Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza, ambas situadas en el mundo rural gallego y plantean el tema del determinismo del medio.
- Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928): es el autor de obras como La barraca o Cañas y barro, que se ambientan en tierras valencianas y desarrollan tramas próximas al folletín, marcadas por la violencia y la fatalidad.
Benito Pérez Galdós
Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. A los diecinueve años se trasladó a Madrid, donde pasó la mayor parte de su vida. De ideas progresistas, intervino en política y llegó a ser diputado. Murió en Madrid en el año 1920.
1. Las novelas de Galdós
La obra narrativa de Galdós suele clasificarse en cuatro grandes grupos:
- Los Episodios Nacionales: son un conjunto de cuarenta y seis novelas agrupadas en cinco series de diez volúmenes cada una, excepto la última, que está compuesta por seis novelas. En esta obra monumental se reconstruye la historia de la España del siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar (1805) hasta el inicio de la Restauración (1875).
- Las primeras novelas del autor: plantean el conflicto entre las ideas progresistas y las ideas conservadoras que, en su opinión, impedían la modernización del país. Entre los textos de esta época destacan títulos como La fontana de oro, Doña Perfecta o La familia de León Roch.
- Las novelas españolas contemporáneas: recrean con detalle la sociedad de la época y sus personajes son mucho más complejos psicológicamente que los protagonistas de las primeras novelas. En este grupo sobresalen títulos como Tormento, Miau y, especialmente, Fortunata y Jacinta. Las novelas idealistas, compuestas a partir de 1889, tratan temas de naturaleza moral y espiritual, como se puede observar en Nazarín o Misericordia.
2. Fortunata y Jacinta
Considerada la obra maestra de Galdós, Fortunata y Jacinta relata la historia de dos mujeres de distinta clase social que aman al mismo hombre, Juanito Santa Cruz.
3. Leopoldo Alas Clarín
Leopoldo Alas, que escribió con el seudónimo de Clarín, nació en Zamora y se trasladó a Oviedo con su familia en 1852. Estudió Derecho y ejerció como profesor en la Universidad de Oviedo desde 1883 hasta su muerte en 1901. También fue un reputado periodista y crítico literario.
4. Obra narrativa
Clarín es autor de dos novelas, La Regenta y su único hijo, así como de numerosos cuentos y relatos breves. Entre estos destacan títulos como Pipo, Doña Berta o ¡Adiós, Cordero!. Su obra más importante es La Regenta, una de las mejores novelas del siglo XIX.
5. La Regenta
La Regenta es una extensa novela ambientada en Vetusta, una capital de provincia que representa la ciudad de Oviedo. En ella se narra el proceso de degeneración moral de su protagonista, Ana Ozores, que, casada con un hombre mayor que ella, es pretendida por el seductor de Vetusta, don Álvaro Mesía, y objeto del amor de su confesor, don Fermín de Pas. El texto presenta numerosos elementos naturalistas, como la presión determinista del entorno o la importancia del físico de los personajes para explicar su conducta. En cuanto al estilo, Clarín emplea brillantemente procedimientos como el monólogo interior, mediante el cual se reproducen los pensamientos de los personajes, y el estilo indirecto libre, que permite insertar en tercera persona las palabras o los pensamientos del personaje sin un verbo de habla. En los textos que se ofrecen a continuación se presentan los tres personajes en torno a los cuales se teje la trama de la novela: el Magistral, la Regenta y Álvaro Mesía.