Modernismo y Generación del 98: Un Renacimiento Literario en España
A finales del siglo XIX se produjeron una serie de hechos históricos, sociales y culturales que dieron lugar a una literatura renovadora en nuestro país. En el aspecto político, con el Desastre del 98, España asiste a la pérdida de sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam), que sentencian el declive del imperio español. En el plano social, la burguesía se distancia del proletariado y busca prestigio entre la nobleza, dejándolo desprotegido. El artista, sin mecenas y con un claro sentimiento antiburgués, se ve marginado de la sociedad y se alía con el pueblo, surgiendo la figura del bohemio. El estrato cultural se ve dominado por las teorías de Nietzsche, con su concepción del eterno retorno y una filosofía sin culpa. Las consecuencias de todo ello serán un análisis de la sociedad llevada a cabo por los regeneracionistas, a partir del cual surgen dos movimientos aparentemente contrapuestos: modernismo y generación del 98.
El Modernismo: Evasión y Refinamiento Estético
El Modernismo designa una nueva corriente estética nacida en Hispanoamérica y cuya figura principal será el nicaragüense Rubén Darío. Se ven influidos por nuevos movimientos europeos, como el parnasianismo, el simbolismo y el decadentismo. Sus rasgos característicos son una tendencia a la evasión mediante mundos exóticos y refinados, la importancia del amor y el erotismo, la utilización de símbolos y el carácter melancólico. Utilizan un léxico rico, la acumulación de figuras retóricas y la renovación de la métrica con el uso de alejandrinos o dodecasílabos.
Autores Modernistas Destacados
- Antonio Machado: Comienza escribiendo bajo el influjo de Rubén Darío y el intimismo de Bécquer, como puede verse en Soledades, galerías y otros poemas. Sin embargo, con Campos de Castilla se acerca más a la generación del 98, con una melancolía menos centrada en sí mismo, donde retrata el paisaje, la historia y las gentes de Castilla.
- Juan Ramón Jiménez: Evoluciona también desde una primera etapa modernista, influida por el Romanticismo y autores como Bécquer o Rosalía de Castro, en obras como Arias tristes. Pero será con Diario de un poeta recién casado donde inicie su viaje hacia la poesía pura.
- Valle-Inclán: Comienza con un modernismo refinado y musical en sus Sonatas, evoluciona hacia la farsa y cristaliza en el esperpento de Luces de bohemia, deformación grotesca de la realidad, que puede verse especialmente en su teatro. Es habitual el uso de contrastes, el valor lírico de las acotaciones, los numerosos personajes y el cambio de espacio-tiempo, con influencias de Quevedo, Goya o Galdós.
La Generación del 98: Reflexión y Crisis de Identidad Nacional
Los Escritores del 98 toman su nombre del año en que España perdió definitivamente su imperio colonial. Manifestaron una tendencia a reflexionar sobre los problemas del país, a la que unieron conflictos existenciales como el sentido de la vida, el papel de la religión y los debates morales del ambiente filosófico del momento (Nietzsche, Schopenhauer). Toman como punto de partida las ideas regeneracionistas y a Castilla como símbolo de España. Entre sus características se encuentra la utilización de un narrador que manifiesta continuamente sus opiniones, la utilización de un personaje principal enfermizo y reflexivo, la profusión de diálogos y la abundancia de relatos autobiográficos y novelas cortas, con un estilo sobrio y desnudo.
Autores de la Generación del 98
- Unamuno: Desarrolla una narrativa basada en el estudio de la angustia existencial del personaje, con una acción mínima y en la que los protagonistas cobran autonomía respecto a su creador. A este tipo de relato le llamó “nivola” y con él consiguió sus mejores obras, como es el caso de Niebla. También en sus ensayos se acercó a la decadencia de España, utilizando el concepto de “intrahistoria” frente al de Historia.
- Pío Baroja: El novelista más característico del 98, aunque también es el más próximo a los planteamientos realistas. Su abundante producción se suele agrupar en trilogías (La lucha por la vida, La raza), donde se confiere más importancia al argumento que a la caracterización de personajes y se muestra una visión pesimista de la vida.
- Azorín: Destaca especialmente por sus exhaustivas descripciones y el carácter filosófico de sus textos, que puede apreciarse en sus obras Antonio Azorín o La voluntad.
El Teatro a Finales del Siglo XIX
Para concluir, si antes hablábamos del teatro renovador con Valle-Inclán, ahora lo hacemos del teatro comercial, dominado por la comedia burguesa, en la que debemos distinguir tres líneas: la benaventina, la costumbrista y el teatro poético.
Líneas del Teatro Comercial
- La benaventina: Debe su nombre al dramaturgo Jacinto Benavente, que tras una obra inicial de carácter crítico y sin éxito, decidió ajustarse a lo que quería el público. Destaca especialmente con Los intereses creados y dramas rurales como La malquerida.
- La costumbrista: Mezcla cuadros de costumbres, temas románticos y zarzuela, con personajes y ambientes castizos, lenguaje vulgar y asuntos ligeros e intrascendentes. Destacan los hermanos Quintero (El patio), Pedro Muñoz Seca con el género del astracán (La venganza de don Mendo) o Carlos Arniches con el uso del sainete y la comedia grotesca (La señorita de Trevélez).
- El teatro poético: Escrito en verso e influido por la estética modernista, conservador y tradicional. Lo cultivan Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina o los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).