Explorando el Modernismo y la Generación del 98: Temas, Estilos e Influencias

Modernismo y Generación del 98: Un Panorama Literario

Influencias del Modernismo

El Modernismo se inspira en la literatura francesa, tomando elementos del romanticismo de Víctor Hugo, el parnasianismo de Théophile Gautier (que busca la perfección formal, exótica y carente de sentimiento), y el simbolismo de Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé (que explora las significaciones profundas tras las apariencias y las relaciona con estados de ánimo). También se nutre de autores norteamericanos (E. A. Poe y Walt Whitman), ingleses (O. Wilde), italianos (D’Annunzio) y, en menor medida, de autores españoles como Bécquer, precursor del simbolismo, cuya veta intimista y sentimental influye en la poesía contemporánea.

Temas y Estilo del Modernismo

Los temas modernistas más frecuentes son la desazón romántica, la evasión en el tiempo y en el espacio, el cosmopolitismo parisino, el amor y el erotismo ilustrado con la mitología clásica, lo indigenista y lo español, especialmente en el modernismo tardío. Estilísticamente, el modernismo enriquece el lenguaje poético en dos sentidos: en brillantez y efectos sonoros y rítmicos, pero también en delicadeza. Recupera el verso alejandrino medieval, el dodecasílabo y el eneasílabo franceses, y sigue usando el endecasílabo y el octosílabo. Imita los versos latinos compuestos por pies acentuales ternarios. Crea nuevas estrofas y hace variantes de las ya existentes, como los sonetos dodecasílabos, alejandrinos y polimétricos. Además, utiliza las rimas agudas y esdrújulas, la rima interna, las armonías vocálicas, los paralelismos y las simetrías que refuerzan el ritmo.

Obras y Autores Modernistas

El principal representante del Modernismo es el poeta nicaragüense Rubén Darío. En su obra suelen distinguirse dos etapas. La primera, hasta 1896, se caracteriza por el preciosismo formal y el culto a la belleza sensible. A ella pertenecen los poemarios Azul (1888) y Prosas profanas (1896). La segunda es más intimista, aparecen los temas americanos y se atenúan los efectos formales. A esta pertenece Cantos de vida y esperanza (1905). Otros poetas modernistas americanos son José Martí, José Asunción Silva y Amado Nervo, entre otros muchos. En España, el modernismo es siempre intimista. Los poetas más representativos son Manuel Reina, Salvador Rueda, Manuel Machado… En teatro, destacan Valle-Inclán en su primera etapa, Martínez Sierra, los hermanos Machado, Villaespesa y Marquina. Además, Valle-Inclán es el máximo representante de la prosa modernista, con Sonatas.

Temas de la Generación del 98

No toda la literatura de fin de siglo es escapista. En España, aparece en este tiempo una generación de novelistas y ensayistas que manifiesta su malestar mediante la crítica y la denuncia. Integran la generación Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz (Azorín), Pío Baroja y Ramiro de Maeztu. Los dos primeros cultivan tanto ensayo como novela; Baroja es solo novelista y Maeztu solo escribe ensayo. Acuñan el nombre de Generación del 98 aludiendo al desastre que supuso la pérdida de las últimas colonias españolas de Ultramar. Los temas de sus obras son España como problema y el tema existencial-religioso. El tema existencial lo tratan con pesimismo y con una actitud sentimental, nostálgica. La preocupación por España les lleva a reflexionar acerca de su historia, de su literatura y de su paisaje. Mantienen posturas casticistas: quieren recuperar la identidad de España a través de Castilla, resucitar el lenguaje de la tierra. Unamuno recurre al término intrahistoria para aludir a la historia de las personas comunes cuya principal tragedia es la lucha agónica entre las aspiraciones y las limitaciones.

Géneros y Obras de la Generación del 98

Entre los ensayos sobre España, podemos destacar de Unamuno, En torno al casticismo, de Azorín, Los pueblos, y de Ramiro de Maeztu, Hacia otra España.

Emplean la novela como un vehículo de reivindicación y protesta, cuyos protagonistas son alter ego de sus autores, pues reflejan sus propias inquietudes y angustias. La falta de acción da como resultado un híbrido entre novela y ensayo, por lo que a veces se les niega su condición de novelas.

El Teatro en la Generación del 98

Respecto al teatro, cabe señalar dos grandes líneas: el teatro comercial y el teatro renovador.

Teatro Comercial

El autor principal del teatro comercial es Jacinto Benavente, cuya obra más conocida es Los intereses creados, texto simbolista que recupera la llamada «comedia del arte italiana». Otros autores destacables son los hermanos Álvarez Quintero (con piezas de sainete y teatro costumbrista, en las que recrean el mundo andaluz), Carlos Arniches (que escribe tragedias grotescas), Pedro Muñoz Seca (con obras de humor en situaciones disparatadas) y los hermanos Machado (cuyas piezas dramáticas se basan en la estética de la escena tradicional española).

Teatro Renovador

El teatro renovador se caracteriza por innovar el lenguaje escénico, aunque el más destacable es Valle-Inclán con los esperpentos. Cabe señalar también las obras de teatro intelectual (El otro, de Miguel de Unamuno), el superrealista (Lo invisible, de Azorín), el poético (Eduardo Marquina o Francisco Villaespesa) y el teatro de Jacinto Grau (El señor de Pigmalión y Los tres locos del mundo). Valle-Inclán en sus obras Martes de Carnaval (1921-1927) y Luces de Bohemia utiliza la técnica del esperpento, es decir, hace una deformación sistemática de la realidad ofreciendo así una visión grotesca y crítica de la sociedad; para ello recurre a la caricaturización, la degradación y la animalización de los personajes.

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