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Contexto Sociopolítico
Se habla de la crisis de fin de siglo. En esta época crece la tensión entre países por ejercer un poder hegemónico en occidente que desembocará en la Primera Guerra Mundial. El proletariado entra a formar parte de las decisiones políticas al aprobarse el sufragio universal masculino, creándose la llamada “sociedad de masas”. Como reacción, la burguesía se aristocratiza a través del individualismo, el hedonismo y la ostentación.
En España, se pierden las últimas colonias, el sistema político de la Restauración propicia el turno de partidos en el poder y el caciquismo, al tiempo que crece la conflictividad social relacionada con el anarquismo y aparecen los nacionalismos.
Contexto Ideológico
El fin de siglo se caracteriza por la crisis de la conciencia burguesa. El sentimiento antiburgués está representado por los dos nuevos tipos sociales del bohemio y el dandi, que muestran actitudes de inconformismo y rebeldía ante los valores burgueses de la utilidad y economía. Ambos viven al margen de los convencionalismos sociales: el primero, con comportamientos amorales; el segundo, adoptando un refinamiento extremo. Otra característica es el culto a la belleza como forma de protesta contra el prosaísmo y la vulgaridad del mundo contemporáneo de políticos ineptos y escritores grandilocuentes.
Finalmente, el escapismo y las actitudes decadentistas nacen de la conciencia de vivir en una sociedad en descomposición.
El Modernismo
Origen y tipo de movimiento
El Modernismo es un movimiento literario y artístico que se desarrolla durante el periodo de fin de siglo en Hispanoamérica y en España. Se caracteriza por su rechazo a la estética anterior (Realismo, Naturalismo) y un esfuerzo de renovación que proclama el individualismo y el subjetivismo. En esta corriente se inscriben la poesía modernista hispanoamericana (Rubén Darío y José Martí) y española (Salvador Rueda, Fº Villaespesa, Manuel Machado), la narrativa y el teatro (las Sonatas y primeras piezas dramáticas de Valle-Inclán).
Influencias y temas
Una de ellas es la literatura francesa, el Simbolismo y el Parnasianismo. El primero impone su ideal del arte como bien supremo, la perfección y el estilo brillante. El segundo, el subjetivismo y los símbolos como expresión de la realidad exterior e íntima. Además, influye el decadentismo, en el gusto por los temas sórdidos y marginales.
En la temática modernista encontramos dos direcciones: una tiende hacia lo exterior, sensorial y esteticista (imágenes legendarias, exóticas); la otra apunta a la intimidad del poeta, hacia el interior (angustia, melancolía).
El escapismo es uno de los temas relacionados con la tendencia del Modernismo hacia lo exterior. Fue formulado por Rubén Darío en su libro Prosas profanas.
El erotismo y la sensualidad, el gusto por la literatura medieval, la expresión esteticista de temas sórdidos y marginales, por influencia del decadentismo, y el nacionalismo americano, también pueden ser consideradas formas de escapar de una realidad que se desprecia. Así, otro de los temas destacados es la sacralización del arte, como expresión máxima de la belleza.
El poeta proyecta su mundo a través de símbolos, con los que propone sugerir lo que está oculto en el fondo del alma. En segundo lugar, el hastío, ya presente en el Romanticismo, consiste en un malestar frente al mundo. Ello se expresa mediante la exaltación de las pasiones. Muy unido a ellos está el tema del tiempo, que se manifiesta en la angustia ante lo fugaz a preocupación por la vida y la muerte, el pesimismo…
Estilo
En cuanto al estilo, se caracteriza por la voluntad de renovación del lenguaje poético. La visión subjetiva de la realidad se muestra en el uso de símbolos (el cisne) en la sintaxis impresionista. El gusto por lo sensorial se muestra en los dobles adjetivos. La métrica se enriquece con estrofas alejandrinas. Por influjo francés, se componen versos dodecasílabos y eneasílabos, también versos compuestos de pies acentuales que imitan la métrica latina.
Tipos de Modernismo
En Hispanoamérica, el Modernismo fue predominantemente esteticista, hasta 1896 (publicación de Prosas profanas, de Darío). Es poesía brillante, también poesía de evasión: cisnes, princesas y unicornios (Sonatina, de Rubén). A partir de ahí se inicia un nuevo rumbo en el que prevalece el contenido humano: poesía intimista, de tristeza. En España tomó dos caminos: uno esteticista, arraigado en el colorismo andaluz, y otro más intimista y simbolista, menos colorido pero más profundo. Entre los autores modernistas españoles destacan Manuel Machado, pero sobre todo hallamos a tres grandes autores del Modernismo: Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Valle-Inclán.