1. El Siglo XVII
En España y Francia se consolida la forma de estado conocida como **monarquía absoluta**, con la concentración del poder en manos del rey y sus cortesanos. En Holanda e Inglaterra, la burguesía gana importancia y los parlamentos comienzan a controlar el poder real. Este período produce revueltas campesinas y guerras religiosas.
El siglo XVII es un siglo de crisis, marcado por la inestabilidad económica, la decadencia agrícola, la disminución de la población y las guerras exteriores. La crisis afecta la estructura social: la burguesía pierde influencia, mientras que la nobleza y el clero acaparan las tierras, dejando gran parte sin cultivar. La miseria se extiende entre las clases populares, que abandonan el campo, y el bandolerismo se convierte en un fenómeno común, aumentando el número de parados y mendigos. La conciencia de esta aguda crisis se extiende entre los escritores, lo que motiva el pesimismo y el desengaño típicos del **Barroco**.
2. El Barroco
En esta época predomina una concepción negativa del mundo, que se percibe como caos, desorden o confusión. La vida está regida por la idea de la muerte, el tiempo lo destruye todo y la realidad es ilusión y apariencia. La brevedad de la vida, la caducidad de las cosas y la fugacidad de lo terreno explican la idea barroca por excelencia: la del **desengaño**. El pesimismo barroco se manifiesta de diversas formas, como la angustia existencial, la sátira y la diversión. La estética barroca prefiere el movimiento, el contraste, la luz y las sombras.
3. El Conceptismo y el Culteranismo
El **conceptismo** y el **culteranismo** son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca española, formando parte de una sensibilidad estética general que persigue la originalidad y pretende admirar al lector.
El Conceptismo
El conceptismo se basa en las asociaciones ingeniosas de palabras o ideas, utilizando un lenguaje conciso y lleno de contenido. Los recursos más utilizados son la antítesis, la paradoja, la hipérbole, la condensación, los equívocos y las disemias. Los escritores exprimen las posibilidades de la lengua partiendo de los significados de las palabras.
El Culteranismo
El culteranismo considera, ante todo, la belleza formal. En los culteranos sobresale la ornamentación exuberante. Se emplean numerosos recursos: metáforas, perífrasis, hipérboles, imágenes brillantes y voces sonoras. El vocabulario es original, incorporando numerosos cultismos léxicos de procedencia latina y seleccionando los términos por su colorido y suntuosidad.
4. La Poesía Barroca
La poesía barroca experimenta un enorme desarrollo, cultivándose no solo la poesía lírica y la poesía épica, sino también la poesía dramática. El desarrollo de la imprenta contribuyó a la divulgación de los textos poéticos, acompañados de grabados o ilustraciones. En las últimas décadas de este siglo, no hay autores de gran relieve, debido tanto al declive general del país como al agotamiento de los recursos expresivos. En cuanto a los temas, aunque los poetas culteranos preferían los motivos de la mitología clásica, la poesía barroca era muy diversa y todo podía ser asunto poético: el amor, las reflexiones morales, los problemas existenciales, la naturaleza, las costumbres…
Los poetas más importantes son:
4.1. Luis de Góngora
Las letrillas y otras poesías de arte menor de **Luis de Góngora** eran ya muy conocidas en su época. Aunque a veces tienen un tono serio y tratan de un tema grave, son usuales los textos de carácter humorístico o satírico. Con sus romances alcanza el Romancero nuevo sus mayores cimas, alternando lo serio y lo burlesco, con temas diversos: caballerescos, moriscos, pastoriles, amorosos, mitológicos… La *Fábula de Píramo y Tisbe* es un larguísimo romance donde se resumen a la perfección las características de la poesía gongorina, en la cual conviven los rasgos más opuestos: la tendencia al cultismo y el gusto por lo popular, la visión burlesca de la realidad y la reflexión juiciosa. Sus sonetos son muy variados: amorosos, burlescos, morales, mitológicos, etc. Los amorosos son de tipo petrarquista. Los satíricos incorporan elementos de la poesía popular. Los de tema moral reflejan la situación vital del poeta y, en tono serio o burlón, expresan sus inquietudes personales.
*Polifemo* desarrolla el mito clásico del cíclope Polifemo enamorado de la ninfa Galatea. La lengua es muy difícil. *Las Soledades* constan de unos dos mil versos agrupados en silvas, esta forma métrica le permite al poeta mayor libertad sintáctica, dando lugar a una lengua complicadísima. El tema es sencillo: el canto a la vida natural, el desdén de las ambiciones cortesanas. Estas son una sucesión de escenas pastoriles, en el entorno de la naturaleza estilizada.
Los temas de la poesía de Góngora no son novedosos: el amor, la mitología, la naturaleza. Ahora bien, estos temas son reelaborados originalmente y a veces de modo satírico por un escritor que le gusta la vida, que es refinado y sensual, de lengua afilada y espíritu burlón, atento a la belleza del mundo que lo rodea o a la que él mismo crea.
4.2. La Poesía de Lope de Vega
Además de la poesía dramática contenida en sus obras teatrales, **Lope de Vega** escribió también poemas épicos y poemas líricos. En su poesía nos muestra muy diversas facetas: el poeta vitalista, el petrarquista, el poeta filosófico, el religioso. Destacó particularmente en el uso del romance y del soneto. Sus romances fueron muy famosos y es uno de los más importantes poetas del llamado Romancero nuevo o artístico. Recogió sus obras líricas en varios libros: *Rimas*, *Rimas sacras* y *Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos*. Sintió admiración por el virtuosismo culterano (Góngora) y, aunque defendía la claridad expresiva, no renunció ni al juego conceptual ni al adorno formal. De ahí el uso en sus poemas de paradojas, juegos de palabras, antítesis, etc. Pero, al mismo tiempo, Lope destaca también por sus composiciones líricas de tipo popular, en donde imita los procedimientos propios de la poesía tradicional: metros cortos, paralelismos, repeticiones, estribillos…
4.3. La Poesía de Francisco de Quevedo
Los temas de los poemas de **Francisco de Quevedo** son: poemas filosóficos, morales, religiosos, amorosos, satírico-burlescos y de circunstancias. Sus poemas graves, la mayoría sonetos, abordan temas típicamente barrocos. Su poesía amorosa es de tipo petrarquista y neoplatónico, aunque muchas veces se ve enturbiado por la presencia destructora de la muerte. También hay composiciones en las que aborda el amor de modo irónico o cómico. Los poemas satírico-burlescos revelan la agudeza y el ingenio lingüísticos de Quevedo. Los objetos de su sátira son mujeres, maridos burlados, judíos, médicos… Los temas centrales son la inquietud por la muerte y el típico desengaño barroco. La muerte es preocupación fundamental en sus poemas, que descubren su horror a la nada. Su poesía es una meditación sobre la fugacidad de la vida: el tiempo destructor todo lo puede y la vida es una loca carrera hacia la muerte. En cuanto al estilo se caracteriza por los constantes juegos de palabras, equívocos, dilogías, polisemias, paronomasias, hipérboles, etc. Domina la lengua en todos sus registros y conoce a la perfección los recursos retóricos clásicos. Importante rasgo de su poesía es también la intensidad afectiva: el apasionamiento quevedesco se manifiesta en la abundancia de oraciones interrogativas, exclamativas y apelativas.