Exploración del Romanticismo y Realismo: Un Viaje Literario

Romanticismo y Realismo: Un Panorama Literario del Siglo XIX

El Romanticismo: Expresión y Libertad en la Primera Mitad del Siglo XIX

El Romanticismo es el fenómeno cultural que se corresponde con la primera mitad del siglo XIX y que se halla condicionado a unas circunstancias históricas que van a determinar sus características. Tras el poder napoleónico, se vuelve a la restauración absolutista, lo que implica religiosidad y tradición. En 1830 aparecerá un segundo romanticismo, liberal y revolucionario, que solo aparece en la obra de los exiliados. Su característica principal es el culto al yo, en el cual se trata la personalidad del artista, lo cual era indispensable en el siglo anterior. Este individualismo hará que no se pueda explicar lo exterior, una naturaleza. Otra característica es el ansia de libertad, que se produce como una propuesta y rebeldía contra todo lo que frustre su espíritu; se busca libertad en la política, moral y en la expresión de sentimientos. Este acentuado individualismo implica que el artista se deje llevar por sus más violentas pasiones, de modo que el autor se suele hallar en un optimismo desaforado o en un pesimismo morboso, aunque su estado anímico suele estar lleno de emociones. El romanticismo pierde la confianza en la razón y ve la vida como un problema indisoluble, de modo que suele optar por el suicidio.

Tendencias y Estilo Romántico

En cuanto a tendencias, el romántico se guiará únicamente por su instinto e inspiración, se busca la originalidad. Se rompe con las técnicas pseudoaristotélicas en el teatro, e incluso se mezclarán el verso con la prosa. Todo el arte se enfoca hacia la expresión de lo particular, una finalidad exclusivamente estética y, en cuanto a los temas, la expresión del YO será el primordial. De este modo, la literatura adquiere un carácter fuertemente subjetivo, incluso la naturaleza se observa bajo la perspectiva emocional del propio autor. En cuanto a estilo, desaparece el sentido de la perfección y el buen gusto. Expresión intensa y confusa, pero fuertemente emotiva. El deseo de ser original hace al autor repetitivo, excesivo, y en lo que se refiere a poesía, esta adquiere un ritmo machacón.

Géneros Literarios del Romanticismo

En cuanto a géneros literarios, en prosa destaca:

  • La novela histórica
  • La leyenda
  • El cuadro de costumbres con Mesonero Romanos y Estébanez Calderón
  • El artículo de costumbres

En poesía, en la épica, José de Espronceda escribirá dos obras: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo. Dentro de la poesía lírica, volverá a destacar José de Espronceda, pero también Bécquer con Rimas y Rosalía con A orillas del Sar. Siguiendo en poesía, sobresalen las leyendas en verso de José Zorrilla. Tampoco debemos olvidarnos de los poetas Gertrudis Gómez de Avellaneda y Carolina Coronado. En teatro, Martínez de la Rosa escribirá La conjuración de Venecia, Mariano José de Larra, Macías, Duque de Rivas, Don Álvaro o la fuerza del sino y García Gutiérrez, El Trovador.

El Realismo: Objetividad y Crítica Social en el Siglo XIX

Durante el siglo XIX se desarrollan en Europa dos movimientos literarios como oposición al idealismo y al individualismo romántico. Estas dos corrientes literarias son el Realismo y el Naturalismo, aunque a la segunda se le denomina como una consecuencia de la primera corriente. En cuanto a la situación histórica, destacan dos etapas: la primera, el Sexenio Revolucionario, y la segunda, la Restauración Borbónica, que marcará un momento de continuos cambios. En cuanto a características del realismo, la creación del autor deberá reproducir la realidad; hay también un gran interés por lo psicológico. Se denuncian los defectos y los males que afectan a la sociedad y se ofrecen soluciones para erradicarlos. El naturalismo aparece en el último tercio del siglo XIX como resultado de una evolución del pensamiento y de las técnicas realistas. Este se caracteriza por considerar que la vida está condicionada por su herencia genética y su entorno social; también tratará los aspectos más degradados de la sociedad. En cuanto a estilos, el autor lleva a cabo un análisis riguroso de la realidad, abandonando lo subjetivo e imaginativo. En relación a los personajes, el autor se centra en la psicología de los personajes, analizando la influencia del entorno y en el comportamiento humano. Habrá una descripción detallada y rigurosa del lugar, tratando principalmente ambientes elegantes o barrios marginales. El narrador es omnisciente, además el autor a través de este expresará sus opiniones críticas. Como temas, se abordarán los conflictos sociales y políticos propios de su tiempo: diferencias sociales entre clases, el caciquismo, etc. Cada personaje emplea el registro lingüístico propio de su condición social; los diálogos se convierten así en un elemento importante. Se busca un estilo con un lenguaje objetivo, preciso, sencillo y claro.

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