Exploración de la Simbología y Temática en la Poesía de Miguel Hernández

Imágenes y Símbolos en la Poesía de Miguel Hernández

Imágenes de su entorno en sus primeros poemas:

El limonero, El pozo, La higuera, El patio.

La imagen del pastor: “En cuclillas ordeño / una cabrita y un sueño”

El deseo erótico bajo la apariencia de composición bucólica (“¿En dónde hallar a la ninfa que ha puesto mi sexo alerta?”)

En Perito en lunas las imágenes y símbolos complican la comprensión de los poemas, llegando a ser auténticos “acertijos líricos”, como decía el poeta Gerardo Diego. Góngora y el barroco están detrás de los símbolos.

  • El toro: sacrificio y muerte (y lo que se asocia al mundo de los toros: cuernos, toreros, sangre, cogidas…)
  • La palmera: el paisaje / chorro hacía lo alto / espíritu
  • Veleta: danzarina, viuda (sola) / bailarina Josefina Baker, negra y viuda…
  • Higuera / higos // remo exigente // perpendicular morena // serpiente: sexo masculino
  • Asalto: violación
  • Nácar hostil: cuerpo femenino
  • Norte: los blancos
  • Sur: los negros

En El rayo que no cesa la temática amorosa propicia un lenguaje simbólico y lleno de imágenes:

  • Rayo: deseo
  • Sangre: deseo sexual
  • Tirar un limón: deseo sexual
  • Calentura: excitación sexual
  • La camisa: sexo masculino
  • El limón: pecho femenino
  • El vientre / oasis: sexo femenino
  • La amada, que no corresponde al amor: cardo, zarza, …
  • Agua: vida
  • Luna: muerte

Viento del pueblo es un libro de poesía social, donde las imágenes y metáforas están al servicio del compromiso:

  • Viento: voz del pueblo
  • Buey: pueblo cobarde y resignado, sumiso…
  • León: rebeldía, fuerza, inconformismo…
  • Manos / sudor: trabajo

El título de El hombre acecha recuerda la máxima latina traducida por el hombre es un lobo para el hombre. Nos encontramos el hombre como fiera (y aparecen asociadas palabras como “colmillos”, “garras”, “tigres”, “lobos”, “chacal”, “bestia”…). La sangre ahora significa dolor y la muerte llega simbolizada en el tren…

Cancionero y romancero de ausencias es un poemario escrito en la cárcel. Tristeza y soledad. La alegría por el nacimiento de su segundo hijo (“Tu risa me hace libre/ me pone alas”). Y la certeza de la muerte cercana (“Esposa, sobre tu esposo /suenan los pasos del mar”)

Tradición y Vanguardia en Miguel Hernández

Miguel Hernández leyó a los clásicos de la literatura española y bebió de ellos, sin abandonar nunca una voz propia. En sus primeros poemas supo imitar muy bien a Bécquer, a Gabriel y Galán e incluso al poeta murciano Vicente Medina.

En Perito en lunas demuestra el conocimiento y asimilación de la poesía culta de Góngora. Había leído ya a poetas del 27 como García Lorca, Gerardo Diego y la poesía pura de Jorge Guillén. Perito en lunas está escrito en octavas y supuso un asombroso comienzo poético y un prodigio de autosuperación juvenil. En este libro se percibe ya al poeta auténtico en busca de expresión propia…

En El Rayo palpita toda la tradición clásica del amor cortés sometida a la autenticidad del sentimiento personal. La muerte se contempla aún con serenidad y estoicismo. Pero ya en la Elegía a R.S. encontramos una rebeldía. Aquí Miguel Hernández enlaza con toda la tradición de poetas clásicos, desde Manrique a Antonio Machado.

M. H. se estrena como crítico literario con un canto entusiasta a “Residencia en la tierra”. Se da cuenta de que no todo lo que él pensaba es poesía. En su entusiasmo se lanza a componer poemas nerudianos: Oda entre sangre y vino a Pablo Neruda, Vecino de la muerte, Mi sangre es un camino.

El surrealismo le llega disfrazado de nerudismo. La obra de Neruda le despierta mayor fascinación que la de los manifiestos del surrealismo francés.

Es curioso que Miguel Hernández escriba un estudio de “Residencia en la tierra” sin emplear una sola vez la palabra surrealismo. En Miguel Hernández se reflejan ciertos elementos del ambiente, que a medida que avanzaban los años treinta se iban cargando de modo más palpable e intenso de esencias surrealistas de origen francés.

Tanto Neruda como Aleixandre orientaron a Miguel en el momento de planteársele la crisis estética, es evidente que los ecos de Neruda son más intensos. Miguel Hernández será siempre esencialmente sencillo, ingenuo y hondamente arraigado en la tierra. El contagio nerudiano de elementos impuros constituyó un episodio, significativo e intenso, hacia el encuentro con su propio yo poético puro y vigoroso.

Vida, Amor y Muerte en la Poesía de Miguel Hernández

Amor

El amor es uno de los ejes temáticos de la poesía de M.H. Su obra se escribe en un periodo de apenas 10 años, y siempre está ligada a su experiencia vital.

En el poema Cancionero y romancero de ausencias, “Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida”. La metáfora de la “herida” se convierte en vehículo simbólico de toda la existencia.

En Perito en lunas aparece el tema amoroso con apasionado sensualismo. El amor apasionado y hasta brutal. En El rayo que no cesa la temática es casi exclusivamente amorosa. Amor ardiente y exaltado, como destino trágico del hombre. Violencia y destino funesto, negros presagios que se revelan en la presencia recurrente del toro. Virilidad y nobleza. El deseo sexual desemboca en “picuda y deslumbrante pena”. La serpiente, órgano sexual masculino, se utiliza reiteradamente como símbolo del pecado, de los oscuros instintos del hombre. Influencia de Quevedo.

Viento del pueblo, libro de poesía social, donde el “yo” del poeta da paso a un sujeto lírico colectivo: el pueblo. Podemos encontrar algunos poemas de temática amorosa.

Cancionero y romancero de ausencias, poemario escrito en la cárcel. Tristeza y soledad. Es un diario de la desolación. La enfermedad y las condiciones tan tremendas en las que vive se reflejan en sus versos. A pesar de la certeza de la muerte cercana, aparecen el amor y la libertad. La alegría por el nacimiento de su segundo hijo. Los últimos poemas son tal vez los más tiernos de su obra.

Vida y Muerte

La poesía de Miguel Hernández es una poesía de la experiencia. En efecto, el mundo poético de Miguel Hernández se define como el del amor y la muerte, junto a la vida. En su obra se suceden todas las fases del crecimiento del individuo: desde los balbuceos y la ingenuidad de la infancia a los enamoramientos, el despertar de la conciencia y el sexo. Poéticamente, vida y muerte se aúnan en dos sentidos:

  1. En el sentido existencialista del filósofo Heidegger.
  2. En el sentido solidario de la muerte-semilla, como cantó Walt Whitman.

Símbolos de la vida y muerte: huesos, símbolo de la vida y amor. Aparecen menciones de huesos en las cuatro etapas de evolución de su poesía. El significado asimismo evoluciona y se va dotando de profundidad.

Lluvia, el mito de la muerte que florece: El primer uso de la palabra lluvia, en el período oriolano de la poesía de la naturaleza, como es habitual en Hernández, designa una realidad natural.

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