Exploración de la Narrativa Española: De Ferlosio a Valle-Inclán

Casos Destacados en la Literatura Española

  • Rafael Sánchez FerlosioEl Jarama: Excursión de jóvenes al río, argumento simple con simbolismo profundo. Representa el hastío social con técnica objetivista.

  • Camilo José CelaLa colmena (1951): Precursora del realismo social. Más de 300 personajes, estructura fragmentada, sin argumento claro ni final preciso. Denuncia de la degradación social en el Madrid de la posguerra.

  • Miguel DelibesEl camino, Las ratas, Diario de un cazador, etc. Estilo sobrio, centrado en el mundo rural y las clases medias.

  • Torrente Ballester – Aunque comienza antes, destaca más tarde con obras variadas: Los gozos y las sombras, Don Juan, La saga/fuga de J.B., etc.

La Trayectoria Dramática de Ramón María del Valle-Inclán

La producción teatral de Ramón María del Valle-Inclán se aleja profundamente del teatro comercial de su tiempo. Su originalidad, su radicalidad ideológica y estética, la expresividad de su lenguaje y el carácter innovador de sus propuestas lo alejaron de los escenarios convencionales, siendo durante muchos años un autor más leído que representado.

Aunque a menudo se le ha adscrito a la Generación del 98, Valle-Inclán mantiene escasos puntos en común con este grupo. Fue mucho más extremo en su crítica social, política y cultural, y su evolución artística fue completamente personal. Comenzó bajo la influencia del modernismo decadente, pero su incesante búsqueda creativa lo llevó finalmente a desarrollar un género teatral propio: el esperpento.

En su primera etapa, Valle-Inclán escribió obras influenciadas por el simbolismo y el modernismo. Más adelante, desarrolló el llamado ciclo mítico o rural con la trilogía de las Comedias bárbaras (Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata), ambientadas en una Galicia arcaica y supersticiosa, donde los personajes se guían por instintos primitivos como el sexo, el poder o el dinero. Estas obras presentan un ambiente violento y sobrecargado de símbolos.

La culminación de esta etapa se encuentra en Divinas palabras (1920), una tragedia rural que presenta a personajes miserables y grotescos, como un enano hidrocéfalo que es explotado por sus familiares. La obra denuncia la avaricia, la hipocresía y la corrupción moral del mundo rural.

Simultáneamente, Valle-Inclán experimentó con las farsas, breves piezas de tono cómico y grotesco en las que los personajes aparecen caricaturizados y deshumanizados. Algunas de las más destacadas son Farsa italiana de la enamorada del Rey y Farsa y licencia de la Reina Castiza, donde se critica la monarquía y se ridiculiza la historia oficial.

En 1920, Valle-Inclán da un paso decisivo al crear un nuevo género dramático: el esperpento. Este consiste en una deformación sistemática de la realidad y de los personajes, con el fin de mostrar el carácter grotesco y absurdo de la sociedad española. Según Valle, “el sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”. En el esperpento, lo trágico y lo cómico se combinan, los personajes son como marionetas, y el lenguaje se enriquece con una mezcla de registros.

Entre sus obras esperpénticas destacan Tirano Banderas, El ruedo ibérico, Martes de carnaval (con las piezas Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán), y sobre todo Luces de Bohemia, considerada su obra maestra. En esta última se encuentra, además, la formulación teórica del género, en la escena XII, donde se menciona la metáfora de los “espejos cóncavos” del callejón del Gato: reflejar la realidad española ya deformada para mostrar su verdadera esencia.

Luces de Bohemia narra la última noche del poeta ciego y arruinado Max Estrella, inspirado en la figura de Alejandro Sawa. Aunque parte de una anécdota concreta, la obra se convierte en una parábola de la España degradada, injusta y absurda, donde no tienen cabida el arte ni la dignidad. Max Estrella es un personaje complejo: lúcido, mordaz, orgulloso y frágil, mezcla de grandeza y miseria, que encarna la figura del artista fracasado enfrentado a una sociedad hostil.

La primera versión de Luces de Bohemia apareció en 1920, pero no fue hasta 1924 cuando se publicó la versión definitiva con tres escenas nuevas. Sin embargo, debido a su contenido crítico y a su complejidad formal, no fue representada hasta 1963 en París y no llegó a los escenarios españoles hasta 1969-70. Desde entonces, se ha confirmado como una de las grandes obras del teatro español contemporáneo, cuya carga crítica y profundidad simbólica continúan impactando al espectador actual.

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