Argumento:
La novela cuenta en forma de memorias la vida de Pascual Duarte, desde su nacimiento en un pequeño pueblo de Badajoz, hasta su muerte ejecutado en prisión. A lo largo de la historia se nos van narrando las más tremendas desgracias que el protagonista debe sufrir. Desgracias de cuna, de familia y de acto, que Pascual nunca es capaz de enderezar y que al contrario, como si de una tragedia griega se tratara, lo lleva inexorablemente de un destino desgraciado a otro peor si cabe.
Resumen:
Nota del transcriptor
Donde el transcriptor da cuenta del encuentro de este manuscrito, como lo ordenó pues era bastante ilegible y como cortó algunas partes que eran demasiado crudas, ya que la historia ofrece un modelo de conducta para no seguir.
Carta anunciando el envío del original
Escrita por Pascual Duarte desde la cárcel de Badajoz donde explica las razones y deseos que lo llevaron a escribir esta especie de memorias. Enviada al Señor don Joaquín Barrera López, amigo de don Jesús González de la Riva. Cláusula del testamento ológrafo otorgado por don Joaquín Barrera López, quién por morir sin descendencia legó sus bienes a las monjas del servicio doméstico.Donde don José da cuenta de su voluntad en trance de muerte de dar a las llamas el manuscrito titulado «Pascual Duarte» que se encuentra en el cajón de su escritorio «por disolvente y contrario a las buenas costumbres». Empieza el manuscrito de «Pascual Duarte» con una dedicatoria al conde de Torremejía, don Jesús González de la Riva, «quien al irlo a rematar el autor de este escrito, le llamó Pascualillo y sonreía».
Capítulo 1
Empieza la narración de Pascual Duarte con una declaración contundente: «Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo.» Cuenta que nació en un pueblo cerca de Almendralejo, provincia de Badajoz, y a continuación pasa a describirlo. Sus casas, la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento y la casa de don Jesús, detrás de la plaza la parroquia con su campanario. Luego describe su casa, humilde, no muy limpia pero donde se podía vivir. Una cocina, dos habitaciones, la cuadra con un burro y un par de puercos y el corral. Por detrás pasaba un riachuelo medio seco donde Pascual de vez en cuando pesca anguilas. Pascual dice que sin embargo la pesca nunca le pareció pasatiempo de hombres y que por eso se dedicaba más a la caza. Cuenta que tenía una perrilla perdiguera que lo acompañaba. Al regresar se sentaba en una piedra muy cómoda y la perra se sentaba frente a él y lo miraba. Un día le pareció que tenía «la mirada de los confesores, escrutadora y fría» y entonces cogió la escopeta y le disparó.
Capítulo 2
Pasa a narrarnos Pascual su niñez, de la cual dice no guardar precisamente buenos recuerdos. Su padre era un portugués grande, «áspero y brusco» que le pegaba a él y a su madre y que había estado preso por contrabandista. La madre que le devolvía las palizas al padre era flaca y «no tenía aspecto de buena salud», sucia, malhablada, borracha, «desabrida y violenta».Cuenta las peleas de los padres que no se llevaban nada bien y su corta experiencia escolar que abandona a los doce años sabiendo leer, escribir, sumar y restar.Siendo él de corta edad nació su hermana Rosario y aquí narra el duro parto y como su padre al nacer ésta, llamó a su mujer «bribona y zorra» y la golpeó, marchándose luego. Regresó dos días después, borracho y empezó a besar a su mujer y luego se fue a dormir.
Capítulo 3
Cuenta la mala impresión que le dio al verla «pegajosa y colorada como un cangrejo», pues se la imaginaba de otra forma. Cómo su padre se pasaba horas viéndola con cara de enamorado y lo debilucha y esmirriada que se crió, pues su madre poco la podía alimentar. Luego se fue reponiendo poco a poco y al crecer dio muestras de ser «más avisada que un lagarto». Robaba, se aficionó a la bebida muy joven, servía de alcahueta y mandaba a todos en la casa. A los catorce años «arrambló con lo poco de valor que en nuestra choza había, y se marchó a Trujillo». Unas fiebres la devolvieron a la casa cinco meses después, pero cuando se repuso volvió a escapar, esta vez a Almendralejo. Allí conoció a Paco López, el Estirao, guapo que vivía de las mujeres que lo mantenían.Un día Pascual se lo encuentra cerca de la finca de los Jarales de don Jesús y el Estirao empieza a molestarlo con el tema de su hermana y le dice que si él fuera novio de su hermana lo mataría. Pascual lo deja ir, aunque dice que desde ese día tuvo una espina clavada en el costado. El Estirao molesta a la hermana después de pedirle dinero diciéndole que tiene un hermano que no es hombre ni es nada.
Capítulo 4
A los quince años de nacer la niña viene al mundo el pobre Mario, cuando su madre ya debía de andar liada con el Sr. Rafael. Coincidió el parto con la muerte de su padre, encerrado en la alacena enfermo de rabia.El hermano murió antes de cumplir los diez años, no sin antes pasar por varias enfermedades y otras desdichas. Había nacido tonto y luego le sucedieron más desgracias. Un cochino le comió las orejas y el Sr. Rafael al recibir de su parte un mordisco le pateó las heridas. Pascual lo odia y también a su madre que en vez de ayudarlo se rió de él junto al Sr. Rafael; aunque luego, cuando éste se marchó, lo acunó en su regazo y le curó las heridas.
Capítulo 5
El hermano apareció al fin ahogado en una tinaja de aceite. Lo encontró su hermana Rosario. Cuenta Pascual el odio hacia su madre que le produjo el hecho de no verla llorar la muerte de su hijo.El entierro que ayudó a preparar el Sr. Rafael, con gran fingimiento según Pascual, «fue pobre y aburrido». Sin embargo allí se encuentra Lola, que «era por entonces medio novia mía». Cuenta Pascual que hasta ese día en su cabeza no albergó idea alguna de lujuria hacia Lola. Sin embargo en el entierro cuando las mujeres se arrodillaron vio las piernas de Lola y quedó como atontado. Luego no se dio cuenta cuando marcharon las mujeres y el Sr. Manuel, el cura. Queda solo con Lola y entre una discusión y un forcejeo en el suelo Pascual le dice que la quiere.
Capítulo 6
Reflexiona Pascual desde su celda que lleva mucha desgracia contada pero piensa que las fuerzas le han de decaer cuando cuente lo que le queda, que es más desgraciado aún. Lo han trasladado a otra celda mejor, pues desde la ventana se ve un jardincillo y desde allí continúa con sus reflexiones. Afirmando que «en estos momentos tal tristeza me puebla y tal congoja, que por asegurarle estoy que mi arrepentimiento no menor debe ser que el de un santo».
Capítulo 7
Continúa con la narración de sus relaciones con Lola que «siguieron por los derroteros que a usted no se le ocultarán». A los cinco meses del entierro de su hermano Lola le anunció que estaba preñada. Después de conversar un rato y reafirmar su amor, Pascual concluyó que se van a casar. Lo anuncia a la madre de Lola, ésta acepta y esa noche es invitado a que duerma en la casa con su hija. A la mañana siguiente Pascual se acercó a la sacristía para poner al corriente de todo a Don Manuel. Éste muestra su aceptación y le pide que se confiese.
Capítulo 8
Al cabo de un mes se casan. En la boda gastó Pascual los ahorrillos que tenía. Cuando acabó la función dieron de comer y beber a los invitados en su casa y luego de esto Pascual tomó a su mujer, la subió en la yegua y la llevó hasta Mérida donde pasaron tres días, «quizás los tres días más felices de mi vida».Al entrar a Mérida atropellan a una anciana con la yegüa. Pascual la socorre y le da un real, pero a los tres días los visita en su guarida de enamorados la guardia civil, avisados por los parientes de la atropellada. Pascual debe darle al nieto de la señora seis pesetas y así éste se marcha y también los civiles. Después de aquello dice Pascual que fue el primer momento que notó el embarazo de Lola.Al regresar al pueblo todos los reciben y Pascual marcha a la taberna con sus amigos, después de mandar a Lola a su casa para que salude a sus amigas y lo espere. En la taberna cantan y beben, pero en medio de la juerga un tal Zacarías cuenta un sucedido de un palomo ladrón; Pascual se lo toma como personal, riñen y le arrea a Zacarías tres navajazos. Salen los hombres con el herido hacia la botica de don Raimundo.
Capítulo 9
Vuelve a casa Pascual acompañado de sus amigos más íntimos. Atraviesan el cementerio entre conversaciones lúgubres y al llegar a la casa le asombra a Pascual el silencio que reina en ella. La señora Engracia en la puerta le anuncia que no pase pues su mujer ha sufrido un aborto. La yegüa la descabalgó. Pascual se dirige a la cuadra y mata al animal a cuchilladas.
Capítulo 10
Cuenta como a consecuencia de aquel accidente quedó » como anonadado y hundido en las más negras imaginaciones». Al año quedó Lola de nuevo en cinta y los mismos desasosiegos de la primera vez lo acometen. El ambiente en casa entre su madre, su esposa y él se vuelve tenso. La idea de que su mujer pudiese volver a abortar lo sacaba de quicio. Al octavo mes y como todo pareciese ir bien Pascual promete enmendarse en la vida si todo sale bien.El parto tiene lugar y llaman al hijo Pascual a instancias de la madre. Pascual no cabía en sí de contento y al poco tiempo, por ser su mujer fuerte, se recupera. Pasan los días entre la alegría y el miedo a que de nuevo le pase algo al recién nacido. Pascual ante los comentarios de su mujer y su gozar en la contemplación del hijo empieza a pensar que esto no durará mucho. «Siempre tuve muy buen ojo para la desgracia».Un día oyen al bebé quejarse desde su lecho. Once meses pasaron desde su nacimiento y un mal aire se lo llevó.
Capítulo 11
Se lamenta de nuevo Pascual del castigo que Dios le impuso y de la desgracia que le cercó y siempre le acompañó. Recuerda la desdicha que sintió el día del aborto y las puñaladas de Zacarías, pero no sabía lo que todavía le esperaba. Desde ese momento la compañía de las tres mujeres; su mujer, su madre y su hermana, sobre las que tantas esperanzas había puesto; se volvió insoportable. Los comentarios sobre la muerte del niño lo van sacando poco a poco de quicio.
Capítulo 12
Los reproches continuos de la madre y la actitud de la esposa siguieron enloqueciendo poco a poco a Pascual. Solo se siente cercano ahora a su hermana y en su cabeza va surgiendo el odio y la fantasía de matar a su madre. Sin embargo antes de hacerlo decidió huir del pueblo lo más lejos posible.
Capítulo 13
Pascual nos pone al corriente de que lleva un mes sin escribir, entregado a meditaciones sobre su vida, dice que esos treinta días han sido un tiempo feliz, más en el que no ha dejado de pensar en el pasado vivido bajo el estigma del pecado y como eso ha de llevarlo al infierno.Cuenta como vino un padre a visitarlo y se confesó y luego éste le dio su bendición. Después de esto pasa una noche sin dormir y se lamenta cuando se le plantea la posibilidad de que el tiempo se le acorte y no pueda acabar estas memorias. Piensa también que no debe ser pecado «contar barbaridades de las que uno está arrepentido», el clérigo le dijo que lo hiciera si esto lo consolaba, y dice que cosa muy diferente haría si pudiera regresar al pasado.Con estas reflexiones se dispone a continuar sus memorias.
Capítulo 14
Continúa su narración con los preparativos de su huida. Cruzó el campo escondiéndose por que allí todavía lo pueden reconocer. Alcanzó el tren en Don Benito y pidió un pasaje a Madrid. Llegó allí avisado de la mucha picaresca que reina en la ciudad, durmió en la estación de trenes y al amanecer fue a calentarse con un grupo de obreros. Después de ganarse su confianza invitándolos a un café con leche se alojó en casa de uno de ellos. A las dos semanas emprendió viaje hacia la Coruña porque le dijeron que era el lugar de paso de los barcos que van a las Américas. Sin embargo pronto se dio cuenta de que el dinero que traía no ha de ser suficiente para pagar su viaje. Allí realizó trabajos de todo tipo con tal de no volver a su pueblo. Pero al cabo de dos años le entró la morriña, como decían en la Coruña, y decidió regresar a su casa donde le pareció que le recibirían sin rencor.
Capítulo 15
Al cabo de siete días de su regreso entabló una conversación con su mujer que le preguntó si lo había recibido muy fría y que dos años eran mucho tiempo. Finalmente le contó que estaba embarazada. Pascual le preguntó que quién era el padre y ella hizo todo lo posible por evitar contestarle, pues tiene miedo de sus represalias. Pascual le propuso abortar, pero Lola se negó en rotundo, le daba miedo otro aborto. Él continuó preguntando quién era el padre y le prometió no hacerle nada. Entonces fue cuando Lola le contó que había sido el Estirao y en ese momento cayó muerta.
Capítulo 16
Un gran odio invadió entonces a Pascual y salió a buscar «al asesino de mi mujer, al deshonrador de mi hermana, al hombre que más hiel llevó a mis pechos». Pero el Estirao no apareció y entonces la Rosario se fue con él, lo cuidó y fue pasando el tiempo cerrando la herida de la pérdida de Lola. Sin embargo un día en la taberna el señorito Sebastián le dijo que el Estirao andaba por el pueblo. Todos los males se resucitaron. Salió entonces corriendo para su casa y al llegar le preguntó a Rosario si había visto al Estirao. Ella le dijo que no sabía nada, pero al rato había de llegar hasta la puerta de su casa el susodicho Paco el Estirao. Éste venía por supuesto a llevarse a la Rosario. Discutieron acaloradamente, el Estirao insistía en llevarse a la Rosario y de nuevo puso en duda la hombría de Pascual, a lo cual éste contestó con un fuerte golpe con una silla que le quebró los huesos de la espalda a Paco. Lo dejó al borde del camino diciéndole que no lo mataba porque se lo había prometido a su mujer. Entonces Paco dijo que eso significaba que ella sí lo quería. Siendo esto ya demasiada impertinencia para Pascual acaba por rematarlo.
Capítulo 17
Pascual pasó entonces tres años en el penal, de donde lo soltaron por buena conducta. Sin embargo ahora reflexionando sobre ello piensa que el hacer el bien tampoco en este caso le sirvió de nada, pues al liberarlo nuevas desgracias le acecharon y más le hubiera valido hacer el mal para que no lo dejaran salir de prisión en muchos años. Cuenta como se acuerda del director del penal, el Sr. Conrado y como lo llamó a su despacho para anunciarle su libertad y despedirlo. Como llegó en tren a su pueblo y vio al señor Gregorio, el jefe de estación, que al verlo no le hizo mucho caso, lo cual le dolió bastante. Como atravesó el pueblo pasando por el cementerio que tantos recuerdos le traía de su padre, su esposa, sus hijos y el Estirao y los escalofríos que esto le produjo. Llegó por fin a su casa y al llamar su madre le preguntó que quién era, qué quería y Pascual contestó que era él, que quería entrar, dándose cuenta inmediatamente de que tal vez ella hubiera preferido no verlo, con lo que viejos odios volvieron a su mente. Su madre le comunicó entonces que la Rosario no estaba pues había vuelto a Almendralejo liada con alguien, que de vez en cuando les había faltado de comer, que la Rosario siempre estaba hablando de él y que iba seguido al pueblo pues también andaba liada con el señorito Sebastián. Pascual se sintió morir en ese momento y deseó haberse quedado en el penal.
Capítulo 18
La Rosario fue a verlo en cuanto se enteró de que había vuelto, él se alegró de recibir de nuevo el cariño de su hermana y para su sorpresa ella le tiene preparada una novia, Esperanza, la sobrina de la señora Engracia, que según su hermana ya lo quería antes de que él se casara. Ésta era una buena moza, «muy religiosa y como dada a la mística», finalmente llegó a ser su segunda esposa y cuando entró en su casa implantó un orden como allí nunca se había visto. Pascual en ese momento junto a su nueva mujer piensa en que todavía es joven y tiene que pensar en rehacer su vida.
Capítulo 19
Llevaban dos meses casados cuando Pascual vuelve a sentir las malas artes de su madre, sus comentarios desdeñosos y su malquerer por la Esperanza. Él siente que han de poner tierra por en medio, piensa en dejar el pueblo y marchar a otro lado, pero lo va aplazando y poco a poco lo va cercando la idea de la muerte. «El día que decidí hacer uso del hierro tan agobiado estaba, tan cierto de que al mal había que sangrarlo, que no sobresaltó ni un ápice mis pulmones la idea de la muerte de mi madre.» Pasó horas y días envalentonándose, afilando su cuchillo y cuando por fin se decidió le pareció que su mujer le notaba algo. Le dio un beso que no sabía que había de ser el último que le daría. Pasó horas al lado del lecho de su madre, «como la imagen del crimen…», y ya estaba a punto de decidir que no podía matarla cuando su madre despertó. Él se abalanzó sobre ella y tras una lucha terrible, «fue la lucha más terrible que usted se puede imaginar», acabó asesinándola y huyendo al campo.
Otra nota del transcriptor
Donde se nos anuncia que hasta aquí las cuartillas de Pascual Duarte. Que el transcriptor tuvo permiso para buscar en la farmacia de Almendralejo del licenciado Bonilla pero no encontró nada más. Por tanto no hay más noticias de los últimos años de la vida de Pascual Duarte. Todo parece indicar que volvió al penal donde estuvo hasta el año 35 o 36 y que lo soltaron antes de la guerra. No se sabe nada de su actuación durante los quince días de revolución que pasaron por su pueblo, excepto del asesinato del señor González de la Riva. Solamente nos cuenta el transcriptor que se dirigió por carta a un capellán y un guardia civil que estuvieron cerca del criminal cuando éste pagó deudas con la justicia. A continuación adjunta las dos cartas, de las que se deduce que su muerte «fue completamente corriente» y que aunque al principio soltó un «¡Hágase la voluntad del señor!», que a todos sorprendió por su entereza, finalmente perdió la compostura y acabó muriendo entre gritos y sollozos, «demostrando a todos su miedo a la muerte».
Personajes:
Pascual Duarte:
Es el protagonista total de la narración, sus memorias, que él mismo va escribiendo desde su celda. Personaje arquetípico de un tipo de campesino que representa la barbarie ancestral de una tierra marcada por el odio y la violencia.
Su padre:
Hombre portugués, violento y fuerte, borracho y contrabandista que muere de rabia al mismo tiempo que nace el segundo hermano de Pascual.
Su madre:
Otro personaje marcado por el odio y la degradación, que nunca hará más agradable la vida de su hijo y que finalmente morirá a manos de la semilla que ella misma engendró.
La Rosario:
Hermana de Pascual. Otro personaje pendenciero y desgraciado al que la vida tampoco le depara grandes delicias. Sin embargo parece profesar un gran cariño por su hermano, cosa que éste agradece a su manera asesinando a su amante.
La Lola:
Primera mujer de Pascual y la mujer que le hizo pasar los tres días más felices de su vida. Le da dos hijos que no llegan a cumplir un año y muere finalmente embarazada del amante de Rosario.
Paco el Estirao:
Guapo que vive a costa de las mujeres que lo mantienen. La Rosario es una de ellas. Le une a Pascual una antigua rencilla que él se cobrará más tarde asesinándolo.