La Narrativa Hispanoamericana del Siglo XX
La novela anterior a 1940
A partir de 1920, los escritores comenzaron a remitirse a realidades propiamente hispanoamericanas. Desde entonces, la novela va a seguir una línea realista, dando lugar a varios tipos de narrativa:
- Novela regionalista: El tema principal es la naturaleza americana, inmensa y todopoderosa, que hace sucumbir al ser humano que se enfrenta a ella. Entre sus representantes destaca Rómulo Gallegos con Doña Bárbara, que guarda una cierta relación con los personajes de Doña Perfecta de Galdós.
- Novela indigenista: Su eje temático es la preocupación por la situación del indio frente a la población occidental. Pretende ser testimonio y denuncia de la opresión en que vive la población indígena. La obra más destacada es El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría.
- Novela de la Revolución mexicana: Su objetivo es dar testimonio de la Revolución de Zapata. Destaca Los de abajo, de Mariano Azuela.
- Novela gauchesca: Es una novela de tema urbano que defiende la idiosincrasia del pueblo argentino, debido a su desarrollo cultural. El principal autor es Ricardo Güiraldes con Don Segundo Sombra.
La novela posterior a 1940
El primer realismo mágico (1940-1960)
El término fue empleado por primera vez por el crítico de arte alemán Franz Roh, para referirse a una nueva pintura que reaccionaba contra el expresionismo. Alejo Carpentier retomando este término, lo define como la representación objetiva de la realidad con algún elemento sorprendente, inesperado e irracional, que provoca desconcierto en el lector. Sus principales características son: la búsqueda de la propia identidad, íntimamente relacionada con la historia del país; la figura del dictador como reflejo de la historia y símbolo de la represión, resultado de la influencia de la obra Tirano Banderas de Valle-Inclán; la influencia de la naturaleza exuberante; la mezcla de realidad y fantasía; la importancia del narrador interno y del perspectivismo narrativo; el orden cronológico lineal da paso al caos temporal; introducción de nuevos estilos narrativos; la capacidad estética del lenguaje; el carácter simbólico de la novela y la eliminación de los capítulos.
Los principales autores de este primer realismo mágico son Miguel Ángel Asturias con El señor presidente, una de las primeras novelas de dictadores, inspirada en Tirano Banderas, que denuncia la situación vivida en muchos países latinoamericanos; Alejo Carpentier con El reino de este mundo y El siglo de las luces; Ernesto Sábato cuya producción comienza con El túnel, obra centrada en la soledad del hombre contemporáneo y en la búsqueda del sentido de la vida; Juan Rulfo con Pedro Páramo y José Luis Borges, en cuya obra destacan El Aleph y El Hacedor.
El segundo realismo mágico. Narrativa del boom
Fueron dos las fechas clave para el desarrollo del segundo realismo mágico: 1962, cuando se publica La ciudad y los perros de Vargas Llosa, y 1967 cuando Gabriel García Márquez publica en España Cien años de soledad.
Los principales autores del segundo realismo mágico son:
- Mario Vargas Llosa: Renueva el realismo con obras como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, La tía Julia y el escribidor y La fiesta del Chivo.
- Julio Cortázar: Su novela más conocida es Rayuela, que ofrece distintas posibilidades en el orden de lectura de los capítulos, que puede ser lineal o mediante saltos.
- Gabriel García Márquez: Su novela más importante, Cien años de soledad, fue escrita en 1967. Los temas principales son la soledad, el tiempo y el amor. Narra la historia de varias generaciones de la familia Buendía y de Macondo, el pueblo fundado por los protagonistas hasta su desaparición. Utiliza el narrador omnisciente y el tiempo en espiral. Otras de sus obras son Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera, que refleja el amor incondicional a pesar de las adversidades.
Otros representantes son Carlos Fuentes, José Donoso, Ángeles Mastretta, Laura Esquivel e Isabel Allende con La casa de los espíritus.
El Español de América
La lengua española llegó a América en 1492, con el descubrimiento del continente americano. Desde entonces, el idioma se ha difundido abarcando una gran variedad de usos, construcciones y palabras que conforman la lengua de hoy.
El español se fue extendiendo por América a medida que avanzaba la presencia española. En la difusión de sus rasgos lingüísticos influyeron los siguientes factores:
- El proceso de colonización. Las sucesivas oleadas de emigrantes conformaron una sociedad colonial cuya lengua evolucionaba y mantenía peculiaridades.
- La procedencia social y regional de los colonizadores. La condición social de las gentes que llegaron a América era muy diversa. Además, su origen era muy variado, ya que fundamentalmente procedían del suroeste peninsular y de Canarias.
- El contacto con las lenguas indígenas. La población autóctona continuó hablando las lengua indígenas: el náhuatl en el Imperio Azteca, el quechua en el Imperio Inca, el aimara en la zona andina, el mapuche en Chile, el arahuaca y caribe en las Antillas y el guaraní en Paraguay.
Estas lenguas ejercieron una influencia por sustrato, ya que el español dominó sobre ellas, manteniendo algunos rasgos.
El castellano es lengua oficial en casi toda América del Sur, a excepción de Puerto Rico donde es lengua cooficial junto con el inglés, y en Brasil. Además, existen variantes del castellano en algunas zonas de los estados del sur de Estados Unidos.
Rasgos lingüísticos del español de América
Los principales rasgos fonéticos del español de América son:
Seseo. Consiste en pronunciar el fonema /
/ como /s/. Por ejemplo: anzuelo [ansuelo].
- Yeísmo. Pronunciamiento de /λ/ y /y/ como [y]. Por ejemplo: amarillo [amariyo]. Aparece también el yeísmo con rehilamiento, sobre todo en Argentina y en la zona de Río de la Plata.
- Aspiración y pérdida de la s implosiva. Por ejemplo: desfachatez [defachateh].
- Aspiración de la velar fricativa sorda x. Por ejemplo: aguja [agúha].
- Neutralización de r y l implosivas, sobre todo en la zona del Caribe. Por ejemplo: suerte [suelte].
Los principales rasgos morfosintácticos son:
- Voseo. Consiste en el empleo del pronombre vos para referirse a la 2ª persona, tanto del singular como del plural. Por ejemplo: ¿vos venís?
- Uso del pronombre ustedes como plural de tú, por lo que la 2ª persona del plural se conjuga igual que la 3ª persona del singular. Por ejemplo: ustedes no van bien acá.
- Predominio del alomorfo terminado en –ara de pretérito imperfecto de subjuntivo. Por ejemplo, cantara por cantase.
- Empleo abundante del diminutivo en adjetivos, adverbios y verbos. Por ejemplo: todito, ahorita.
- Adverbialización de adjetivos. Por ejemplo: ¡que te vaya bonito!
- Alteración en el orden de los componentes de una pregunta. Por ejemplo: ¿dónde tú vas?
Los principales rasgos léxicos del español de América son:
- Presencia de indigenismos procedentes de las lenguas indígenas, por sustrato. Por ejemplo: canoa, chocolate.
- Herencia del andaluz y del canario. Por ejemplo: gofio (canario).
- Pervivencia de elementos léxicos arcaicos. Por ejemplo: prieto («negro»).
- Adopción de extranjerismos. Por ejemplo: rentar y chance del inglés, y pibe del italiano.