Evolución del Teatro Español de Posguerra a la Democracia: Tendencias y Autores Clave

El Teatro Español de Posguerra: Crisis y Tradición

Las secuelas de la guerra y la censura llevaron al teatro de posguerra a una crisis general. Roto el ambiente innovador de los años republicanos y exiliados importantes autores como Jacinto Grau, Max Aub y Alejandro Casona (La dama del alba, 1944), se montan pocos espectáculos, el público (más interesado en el cine) no llena las salas, y autores y promotores se muestran miedosos ante las prohibiciones y las novedades.

Hasta los años 50 triunfa un teatro tradicional resumible en dos tendencias heredadas de la preguerra: la comedia burguesa y el teatro de humor. Ambas son formas dramáticas anticuadas, superficiales y evasivas que solo persiguen entretener y transmitir la ideología (el nacionalcatolicismo) de los vencedores. Presentan exclusivamente ambientes y personajes de clase alta y repiten los mismos temas costumbristas (enredos amorosos, infidelidades, conflictos familiares, etc.). La comedia burguesa se mantiene fiel a su modelo: el propio Benavente sigue estrenando hasta su muerte en 1954, y junto a él otros autores de éxito como Joaquín Calvo Formados en el ambiente literario del 27, ambos autores despliegan aquí un humor inteligente que mezcla el absurdo con toques de irracionalidad. La renovación teatral, que rompe con el teatro de evasión dominante, arranca con grupos teatrales independientes de finales de los 40. Este teatro comprometido, que nunca triunfó comercialmente (salvo el de Buero) y que tuvo muchos problemas con la censura franquista, subraya unas veces la dimensión existencial del ser humano (Buero) y otras la sociopolítica (Alfonso Sastre).

El Teatro Comprometido: Buero Vallejo y Alfonso Sastre

Buero Vallejo (1916-2000) escribe un teatro repleto de elementos simbólicos cuya temática general es de base trágica: el enfrentamiento (y la negación) del ser humano que busca la verdad y la dignidad contra los condicionantes caprichosos de la naturaleza, el poder o las estructuras sociopolíticas. Formalmente Buero comienza con una dramaturgia tradicional a la que agrega posteriormente técnicas del teatro épico de Brecht y, más tarde, “efectos de inmersión” para que el espectador interiorice las obsesiones de los personajes. La evolución de su obra se resume en tres etapas:

  1. Dramas realistas-existenciales (años 50)
  2. Dramas históricos (años 60)
  3. Dramas filosóficos (años 70)

Alfonso Sastre (1926), cuya obra fue duramente censurada durante el franquismo, es el otro gran representante del teatro comprometido. Sastre entiende el teatro como un medio revolucionario de concienciación y de agitación política para transformar la sociedad actual.

Dueño de una espléndida técnica dramática, Sastre se ha movido entre el teatro épico, el esperpento y los experimentos vanguardistas, y su influencia sobre el teatro posterior es enorme.

Renovación Dramática en los Años 60-70

La década de los años 60-70 trae dos líneas de renovación dramática:

  1. La continuidad del teatro comprometido a través de jóvenes autores (la llamada “Generación realista”). Predomina en ellos la protesta ante los conflictos encarnada en personajes caracterizados como víctimas sometidas a situaciones límite y que se expresan con un lenguaje violento y directo dentro de un tono de crispación, amargura y desesperanza.

  2. El teatro comprometido no realista se caracteriza por hallarse fuera de los circuitos comerciales (de ahí que también sea denominado “subterráneo”); por abrirse al experimentalismo europeo; por poner en escena el olvidado teatro de Valle-Inclán y Lorca; y por tratar temas de denuncia y protesta similares a los del realismo, pero desarrollados con técnicas dramáticas vanguardistas como las siguientes:

    • Desaparece la linealidad argumental en favor de la improvisación, lo irracional absurdo y la sorpresa surrealista.
    • Se incorporan al espectáculo géneros de representación no convencionales: farsa, esperpento, sainete, mimo, marionetas, circo, pasacalles, etc.
    • Se reduce la importancia del diálogo en relación con la espectacularidad de la representación (expresión corporal, danza, luces y música, etc.)
    • Se rompen las convenciones escénicas de espacio y tiempo (por ej., trasladando el escenario al patio de butacas y buscando la participación del espectador).

    Este teatro no realista, del que van a surgir las tendencias dramáticas más brillantes del periodo democrático, presenta dos manifestaciones a menudo interrelacionadas: el teatro de autor (creador tanto del texto dramático como de la dramaturgia de la obra) y el teatro independiente representado por compañías de aficionados o semiprofesionales que, partiendo de obras ya fijadas literariamente o de creaciones colectivas propias, potencian el elemento coreográfico, plástico, mímico o musical, cosa que disminuye el papel tradicional del autor. Dentro del teatro de autor, destaca, sobre todo, Fernando Arrabal. Su teatro “Pánico”, provocador y rebelde, está muy influido por Ionesco y el surrealismo. Ej. Pic-Nic (1957) y El cementerio de automóviles (1966). Otros autores de esta línea teatral son Francisco Nieva y Miguel Romeo Esteo, ambos con un lenguaje culturalista e irracional y escenografías barroquizantes. Dentro del teatro independiente destacan compañías como las madrileñas Tábano (Castañuela 70, de 1968) y Bululú; las catalanas Els Joglars (La torna, 1977) y El Comediants; o la andaluza La cuadra de Sevilla.

El Teatro Actual: Diversidad y Reconocimiento

El teatro actual, desde la normalización cultural de la Democracia (año 1975 en adelante) trae consigo la proliferación de tendencias teatrales diversas, y con ella el reconocimiento del teatro español en los escenarios europeos y americanos:

  • Hay autores de formación experimental que incorporan algunas de las innovaciones de los años 60-70 a un teatro más convencional. Ej José Ruibal y Manuel Martínez Mediero
  • Otros autores se mantuvieron fieles a las fórmulas experimentales.
  • Surgen nuevas compañías independientes que desarrollan el teatro de calle y los performance, un tipo de espectáculo que busca la participación activa del público, bien sea en insólitos escenarios creados bien en la calle.
  • Animación.
  • La comedia y el drama tradicionales se dignifican con nuevos autores y compañías, por ejemplo, Antonio Gala (Anillos para una dama, 1973; Petra regalada).
  • Durante los últimos 15 años se ha producido la progresiva aclimatación del “musical” anglosajón a la escena española como fórmula de máxima rentabilidad comercial.

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