Evolución del Teatro Español: De la Posguerra al Realismo Social

Teatro Español en los Años 40: Continuidad y Comedia

La Continuidad del Teatro de Posguerra

El teatro de los años 40 en España se caracteriza por una «continuidad sin ruptura». Este teatro, conocido como el «teatro que triunfa», continuó su curso después de la Guerra Civil. La censura, que ya existía antes del conflicto, se intensificó en la posguerra. El teatro se convirtió en un lujo para una minoría, dado que la población empobrecida no podía permitírselo. Por ello, solo se representaban obras que agradaran a este público burgués. Se siguió haciendo ese teatro, pero con autores más jóvenes. El más famoso entonces, conocido como «el intelectual del régimen», era José María Pemán. Otros autores importantes de la época fueron Luca de Tena y Calvo Sotelo. Estos autores desarrollaron un teatro burgués.

El Teatro Cómico: Innovación y Absurdo

Lo más interesante que surge en la posguerra es el teatro cómico. Antes de la Guerra Civil, ya había comenzado una corriente de teatro cómico con Jardiel Poncela, quien intentaba innovar en la concepción de este género. Jardiel Poncela tiene especial importancia en la posguerra, ya que es cuando produce la mayor cantidad de obras.

Miguel Mihura y el Teatro del Absurdo

Miguel Mihura apareció en el panorama teatral antes de la Guerra Civil, cuando se hablaba del teatro del absurdo (el cual los franceses atribuían a Ionesco). Mihura, hijo de un actor y autor de zarzuelas, padeció una enfermedad que lo mantuvo inactivo durante un largo periodo. Durante este tiempo, escribió Tres sombreros de copa en 1932. Consciente de la peculiaridad de su obra, la guardó. Veinte años después, en 1952, la compartió con un grupo de amigos universitarios, quienes se convertirían en actores de gran éxito en la segunda mitad del siglo XX. Le pidieron permiso para representarla en la universidad, y Mihura aceptó, sabiendo que el público se limitaría a estudiantes. La obra tuvo un gran éxito entre ellos, y Mihura fue convencido para llevarla a los teatros comerciales, donde fracasó, ya que la obra satirizaba a la burguesía. A pesar de esto, continuó escribiendo teatro del absurdo.

Mihura dedicó su vida al humor y formó parte del grupo que, durante la Guerra Civil, intentaba renovar el concepto de comedia. Dirigió La Codorniz, una revista de gran éxito durante y después de la guerra. Mientras él estaba enfermo, su grupo de amigos trabajó en Hollywood, traduciendo obras americanas al español para el público hispanohablante. Allí conocieron a Chaplin, a los hermanos Marx, entre otros. Mihura también tuvo un papel importante en el cine, colaborando en el guion de la película Bienvenido, Mr. Marshall en 1952.

A partir de Tres sombreros de copa, Mihura continuó escribiendo teatro, aunque más convencional, con comedias que gustaran al público, como Melocotón en almíbar. Esta obra trata sobre unos ladrones que, tras robar en una tienda, se ven obligados a cuidar a uno de ellos que enferma, con la ayuda de una monja. Los ladrones habían escondido las joyas en un tiesto, y la monja, aficionada a las plantas, cuidaba con esmero la maceta. La comedia surge de la preocupación de los ladrones, que temen que la monja haya descubierto las joyas.

Ninette y un señor de Murcia representa el estancamiento de España. El señor de Murcia, que vende objetos religiosos y vive con su madre, se ve sorprendido por una chica francesa.

Enrique Jardiel Poncela y el Teatro Inverosímil

Enrique Jardiel Poncela buscaba crear un teatro inverosímil, llevando a escena situaciones inesperadas para el público. Aunque no fue muy comprendido al principio, sus obras se representaron en los años 40. Entre ellas destacan:

  • Eloísa está debajo de un almendro: El marido obliga a un criado suyo a hacer la cama de Eloísa en un tren. Este criado iba diciendo las estaciones por las que se suponía que Eloísa iba pasando, a tiempo real.
  • Los habitantes de la casa deshabitada: Una casa en mitad del campo en la que aparecen fantasmas y suceden cosas inverosímiles.

Años 50: El Realismo Social en el Teatro

Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo

Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo, inaugura el nuevo teatro del realismo social. El autor era muy joven cuando comenzó la Guerra Civil. De bando republicano, tras la guerra fue encarcelado junto a Miguel Hernández. Escribió Historia de una escalera y, al salir de la cárcel, la presentó al Premio Lope de Vega, que ganó. Gracias a este premio, la obra se estrenó sin pasar por la censura y tuvo un gran éxito. La obra muestra la escalera de un piso de una familia muy humilde, con poco dinero, marcando un cambio del interior de una casa burguesa a una escalera humilde. Esta obra triunfa porque en los años 50 ya había pasado suficiente tiempo para un cambio de público: los hijos universitarios de los burgueses.

Buero Vallejo no tuvo problemas con la censura para representar sus obras, salvo una que tuvo que ser estrenada en Estados Unidos. Siempre hablaba de situaciones y problemas españoles, pero tenía la habilidad de hacer creer que esos problemas podían ocurrir a nivel universal, por lo que no era censurado. Utilizaba personajes con defectos físicos, como la ceguera.

Obras Destacadas de Buero Vallejo

  • En la ardiente oscuridad (1950)
  • La tejedora de sueños (1952)
  • Madrugada (1953)
  • Hoy es fiesta (1956)
  • Las cartas boca abajo (1957)
  • Un soñador para el pueblo (1958)
  • Las Meninas (1960)
  • El concierto de San Ovidio (1962): Un grupo de ciegos mendigos creen que están tocando en una orquesta profesional, cuando en realidad están «montando una charanga» y la gente se ríe de ellos. Uno de ellos se da cuenta, pero lo acepta porque gracias a eso está saliendo de la pobreza. Se lo cuenta a los otros, pero ellos siguen creyendo el engaño.
  • Aventura en lo gris (1963)
  • El tragaluz (1967)
  • El sueño de la razón (1970)
  • La Fundación: Al comienzo de la obra, el escenario es una habitación de un lugar indeterminado donde aparecen cinco hombres. El decorado consiste en paneles con ventanas detrás, que poco a poco se van girando hasta mostrar paredes desconchadas. Finalmente, el protagonista se encuentra en una cárcel, condenado a muerte. Primero vemos lo que él ve, totalmente enajenado, y poco a poco se va revelando la realidad: la cárcel. Ha creado un mundo de fantasía porque no quiere aceptar la realidad de estar sufriendo la condena de sus compañeros.
  • La detonación (1977)
  • Jueces en la noche (1979)
  • Caimán (1981)
  • Diálogo secreto (1984)
  • Lázaro en el laberinto (1986)
  • Música cercana (1989)
  • Las trampas del azar (1994)
  • Misión al pueblo desierto (1999)

El teatro épico, como decía Brecht, pretendía crear una cuarta pared. Esta cuarta pared servía para que los espectadores vieran la diferencia entre realidad y literatura, como un medio de separación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *