Evolución del Periodismo en el Siglo XVIII: De la Ilustración a la Prensa Moderna

El Siglo XVIII: La Era de la Ilustración y el Auge del Periodismo

El siglo XVIII fue testigo del surgimiento de la Ilustración en Francia, un movimiento intelectual que buscaba crear un mundo nuevo basado en la razón y el espíritu crítico. Se atacó el absolutismo, la intolerancia religiosa y el sistema económico mercantilista. Se enfatizó la importancia del espíritu crítico, el uso de la razón, la defensa de los derechos humanos, el método científico, el debilitamiento político de la Iglesia católica y el ateísmo.

Francia se convirtió en la cuna de este movimiento, que eventualmente llevó al fin del absolutismo. Mientras tanto, España mantenía la mayoría de sus posesiones coloniales, e Inglaterra, tras la Revolución Gloriosa de 1688, estableció una monarquía limitada.

La Consolidación de la Prensa

El siglo XVIII marcó la consolidación de las gacetas semanales y los periódicos diarios. La periodicidad y el carácter de actualidad se convirtieron en elementos clave de las publicaciones de la época.

Francia: Absolutismo y Control de la Información

El sistema absolutista francés, similar al de otros países europeos, ejercía un fuerte control sobre la prensa. Sin embargo, la libertad de prensa no llegaría a Francia hasta finales del siglo XVIII, con la Revolución Francesa.

Le Mercure Galant, una publicación de extraordinaria importancia propagandística, mezclaba crónicas cortesanas con éxitos militares, noticias y consejos sobre moda. Presentaba a los franceses los modos de vestir, de comportarse y las fiestas de la Corte.

Inglaterra: De la Censura a la Prensa Crítica

El crecimiento de las publicaciones periódicas en Inglaterra coincidió con el inicio de la Revolución Industrial. A diferencia del modelo absolutista francés, Inglaterra se convirtió en un contramodelo. La Casa de los Estuardo se enfrentaba a los defensores de la soberanía compartida entre el Rey y el Parlamento. A esto se sumaban los problemas religiosos, con la Iglesia anglicana enfrentándose a las minorías disidentes.

En 1622, apareció la primera gaceta en Inglaterra, titulada Current of General News.

En el siglo XVIII, las sesiones del Parlamento se celebraban a puerta cerrada. El descontento de los periodistas ante esta situación provocó el nacimiento de géneros como los editoriales y los artículos de opinión. Comenzó a surgir en Inglaterra una prensa mucho más crítica, moral y reflexiva. Destacaron los textos de Daniel Defoe.

Primera Etapa: Panfletistas y Políticos

Los periodistas eran, en su mayoría, «free-lance» que trabajaban de manera ocasional. Los escritores más relevantes estaban al servicio de un mecenas. Era muy difícil para los escritores vivir del público o de la publicidad del medio, por lo que era normal que alquilasen sus talentos con fines políticos. Daniel Defoe, Jonathan Swift, Joseph Addison, Richard Steele, William Arnall, Henry Fielding y Samuel Johnson fueron los más representativos.

La Prensa Moral: Addison y Steele

El periódico The Spectator, fundado en 1711, encabezó este tipo de prensa moral o reflexiva. Se utilizaba la ironía para tratar temas éticos y políticos.

El estilo prosístico de Addison era magistral, plácido y con un perfecto equilibrio. El estilo de Steele era más directo y mundano. Su punto de vista desapasionado sobre el mundo fue esencial para el desarrollo del ensayo inglés, ya que establecieron el fundamento sobre el que podían comentar y reflexionar sobre las costumbres y los acontecimientos.

Daniel Defoe: Pionero del Periodismo Crítico e Instructivo

Daniel Defoe se cruzó con Robert Harley en su vida. El político le encargó la misión de escribir y dirigir The Review. Con Defoe, sus escritos lograron hacer de esta publicación un medio muy apreciable, que demostró que podía estar por delante de los panfletos.

Según Fox Bourne, Defoe logró dar un salto de gigante al introducir un periodismo que podía ser crítico pero a la vez instructivo. Denunció las noticias falsas que se publicaban en esa y otras publicaciones.

William Woodfall: El Reportero Parlamentario

William Woodfall fue el primero de una nueva saga de periodistas que acabaron como directores. Según Fox Bourne, este periodista perteneció a una tradición que provocó que el periodismo se empezara a constituir como un cuarto poder.

Su gran aportación fue como reportero. Woodfall iba al Parlamento a cubrir las sesiones. Gracias a su experiencia como actor, poseía una memoria increíble que le permitía seguir las sesiones sin tomar notas (estaba prohibido) y reproducirlas a los dos o tres días con nombres, datos y turno de intervenciones.

James Perry: La Profesionalización de las Redacciones

Poeta, James Perry pronto comenzó a destacar por su forma de ver el periodismo. Su gestión en el Chronicle supuso uno de los grandes avances en el desarrollo de las redacciones del siglo XIX.

Creó una plantilla estable de reporteros, separó la gestión de la edición y estableció conexiones con agentes en el exterior. Esto le valió un gran éxito durante la Revolución Francesa, donde él mismo viajó a París como corresponsal para su diario.

John Bell: El Empresario Periodístico

John Bell se acercó al periodismo por interés editorial y económico. Una de sus mayores aportaciones fue la de trasladar sus conocimientos sobre el mundo empresarial a los nuevos diarios que fundó.

España en el Siglo XVIII: La Llegada de las Ideas Ilustradas

En la primera mitad del siglo XVIII, las ideas ilustradas que fluían por Europa todavía no habían llegado a España. En la segunda mitad, Carlos III introdujo estas ideas, que influyeron en el desarrollo de la prensa en el país. Se interesó mucho por el mundo de la tipografía; quiso que dentro de su palacio se creara una imprenta. Rebajó el precio del plomo y creó la Real Compañía de Impresores y Libreros del Reino.

Mariano Nipho: El Pionero del Periodismo Diario

Mariano Nipho fue el primer periodista español en introducir el periodismo diario en las publicaciones con el Diario de Madrid en 1788. En 1758, creó el Diario noticioso, curioso, erudito y comercial, público y económico. Después cambió el título a Diario noticioso universal y, finalmente, en 1788 pasó a llamarse Diario de Madrid, convirtiéndose en un diario.

José Clavijo y Fajardo: Un Hombre de su Tiempo

José Clavijo y Fajardo nació en Teguise en 1726. Realizó sus primeros estudios en Las Palmas y vivió largo tiempo en Francia, donde conoció a Voltaire y a Buffon. Subvencionado por Grimaldi y protegido por Aranda, fue un hombre de su tiempo, que desarrolló su obra en el marco de un estatus social privilegiado.

A partir de 1750, trabajó como funcionario del Ministerio de la Guerra. En 1763, fue nombrado archivero de Estado. En 1770, asumió la dirección de los Teatros de los Reales Sitios, y en 1773 la Secretaría de Estado le encargó el Mercurio histórico y político. Desde 1777, ocupó un gabinete real de Historia Natural, del que llegó a ser director en 1798.

El Pensador: Crítica Social y de Costumbres

El Pensador ocupa un puesto privilegiado entre los periódicos que se publicaron en la segunda mitad del siglo XVIII, dentro de la prensa dedicada a la crítica social y de costumbres. Clavijo y sus «Pensamientos» eran, en muchas ocasiones, protagonistas de las discusiones de las tertulias y originaron numerosos panfletos críticos.

La periodicidad era semanal en la primera etapa y bisemanal en la segunda. Todos los problemas que afectaban a la sociedad española eran analizados en las páginas de El Pensador.

El estilo literario de El Pensador constituye una de las claves de su éxito. La descripción de personajes y situaciones, la reconstrucción de hechos imaginarios y el arte de recrear la realidad tienen en Clavijo y Fajardo uno de sus más cualificados representantes.

En sus páginas se desarrolla una crítica irónica en un estilo apasionado, cuya finalidad se repite machaconamente: luchar contra la vanidad, los prejuicios y criticar los errores. Clavijo consigue captar el interés de su público y provocar la polémica sobre vicios, virtudes y costumbres de la época.

El Periodismo en los Estados Unidos: Los Primeros Pasos

La primera imprenta en las colonias americanas de Gran Bretaña fue la de Stephen Daye en Cambridge, Massachusetts, que comenzó a funcionar en 1638. La regulación británica de la impresión se extendió a las colonias.

El primer periódico en las colonias, Publick Occurrences Both Forreign and Domestick de Benjamin Harris, fue suprimido en 1690 bajo la ley de Massachusetts que prohibía imprimir sin una licencia. La publicación de una historia que sugería que el rey de Francia compartía una cama con la esposa de su hijo probablemente también contribuyó a la supresión.

El Boston News-Letter apareció en 1704, divulgando noticias locales y europeas.

El primer periódico colonial verdadero fue el New England Courant, publicado como línea lateral por la imprenta de James Franklin, hermano de Benjamin Franklin. Como muchos otros periódicos coloniales, estaba alineado con intereses partidistas y no publicaba contenido equilibrado.

Ben Franklin se mudó a Filadelfia en 1728 y asumió el control de la Pennsylvania Gazette al año siguiente. Amplió su negocio esencialmente otorgando la concesión de otras imprentas en otras ciudades, que publicaron sus propios periódicos.

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