Evolución de la poesía y el teatro español del siglo XX

Poesía de posguerra

La Guerra Civil sumió a España en un periodo de profunda crisis económica y cultural. Los problemas que vivía el país crearon un vacío literario al que contribuyeron varios hechos:

  • Las muertes de poetas representativos de generaciones anteriores.
  • La censura y la represión del régimen.
  • El exilio de poetas como Juan Ramón Jiménez y gran parte de los miembros de la Generación del 27.

Uno de los poetas que ejerce mayor influencia en la lírica de la posguerra es Miguel Hernández. Sin embargo, pertenece a la generación anterior a la posguerra, por lo que es considerado el eslabón entre estos dos movimientos poéticos. Los temas predominantes muestran una lírica llena de sentimientos humanos: el amor, la vida, la denuncia a la presión y la falta de libertades.

Poesía existencial

La situación de España durante esta década es de extrema precariedad: hambre, aislamiento internacional, represión política y cultural. De esta situación surge una poesía de tono existencial, caracterizada por la búsqueda de respuesta a las preguntas del ser humano. Se encaran la dura realidad del país desde dos perspectivas diferentes:

Poesía arraigada

Los poetas de esta tendencia se preguntan sobre el dolor de la existencia, pero encuentran consuelo en Dios, la familia, la tierra. Su visión del mundo es armónica, destacando la confianza en las capacidades del ser humano para superar las dificultades con la ayuda de la fe y del amor.

  • Estilo: Sencillo, emplean un lenguaje llano y coloquial.
  • Métrica: Clásica, tienden al uso de estrofas tradicionales.
  • Temas: De la vida cotidiana, que refleja la experiencia diaria y una constante búsqueda de Dios.

Surge el llamado grupo garcilasista, que defiende una poesía formalista de evasión y de corte clásico que tiene el propósito de entroncar con la Generación del 27. Características del grupo:

  • Visión positiva: Visión coherente de la realidad.
  • Escapismo: Se desentienden del momento histórico.
  • Cuidado formal: Búsqueda de la musicalidad y el colorido.

Poesía desarraigada

La publicación de Hijos de la ira de Dámaso Alonso supone una ruptura con la lírica del momento, tanto en forma como en temática. Emplea el verso libre y un lenguaje sencillo, directo y brutal. La fundación de la revista Espadaña se convierte en el vehículo de expresión de la poesía desarraigada. Estos poetas no comparten la visión positiva de la poesía arraigada, cultivando una lírica que se enfrenta con la realidad. Expresan, con tono violento, su malestar vital, la angustia del ser humano ante las consecuencias de la Guerra Civil y la pobreza. Características:

  • Tema: Predomina el sentimiento religioso.
  • Estilo: Poesía menos clasicista que la arraigada.
  • Métrica: El soneto predomina en la mayoría de las composiciones.

Poesía social

La poesía desarraigada evoluciona durante la década de los cincuenta hacia la poesía social. Esta nueva tendencia poética conlleva un retorno al realismo social, tradición literaria que se había truncado con la Guerra Civil. Los escritores de la poesía social consideran que el poeta debe reflejar la realidad del país, tomar partido por los más desatendidos de la sociedad y denunciar los males que afectan a la nación. La mayoría de los poetas sociales evolucionan con el paso del tiempo hacia distintos estilos poéticos, pero todos ellos comparten una serie de características comunes:

  • Uso del verso libre.
  • Predominio del contenido sobre la forma.
  • Empleo de un lenguaje sencillo y coloquial para llegar a la inmensa mayoría.
  • Injusticias sociales.

Poesía actual

A partir de los años setenta, la sociedad española inicia un proceso de transformación que culmina con el regreso de la democracia en 1978. Los poetas contemporáneos rechazan abiertamente el realismo social de la poesía de posguerra e indagan en nuevas líneas de experimentación.

La década de los años setenta: Novismos

Los poetas de esta década persiguen un ideal estético innovador y experimental que los sitúa como herederos lejanos de las vanguardias. Por su concepción poética, la estética y los temas, se les conoce también con el nombre de novísimos. Características:

  • Métrica: Uso de verso libre.
  • Estilo: Adopción de elementos surrealistas como las imágenes visionarias y oníricas.
  • Ambientación: Introducción de elementos exóticos procedentes de las más diversas raíces y culturas.
  • Culturalismo: El texto se carga de alusiones culturales que provocan el hermetismo y la dificultad de comprensión.

La década de los ochenta: La poesía de la experiencia

Los poetas de esta década manifiestan un gusto por la poesía intimista, centrada en el yo poético. El regreso al subjetivismo revaloriza una poesía de la cotidianidad. La lírica se humaniza y se desprende de la artificiosidad de la década anterior. El poeta se presenta como un ser corriente que siente igual que sus semejantes.

  • Métrica: Se emplean estrofas clásicas y el verso libre.
  • Lenguaje y estilo: Tienden a la naturalidad, por eso adoptan un lenguaje sencillo y coloquial.
  • Técnicas: Existe un rechazo hacia la estética vanguardista.
  • Temas: Sentimiento del tiempo.

Últimas tendencias poéticas

La década de los noventa y los primeros años del siglo XXI están marcados por un rasgo típicamente posmoderno: la convivencia de diversas sensibilidades poéticas sin que ninguna prevalezca sobre las otras. El poeta queda sin la referencia de una estética dominante. Precisamente, uno de los movimientos contemporáneos con más predicamento es la llamada «poesía de la diferencia».

El teatro a principios del siglo XX

En la segunda mitad del siglo XIX, la consolidación de la burguesía como clase dirigente conlleva un cambio de mentalidad. El teatro romántico pasa a un segundo plano frente a la novela realista, que se revela como el género más adecuado para describir esta nueva sociedad. A finales de siglo, el teatro es un espectáculo comercial destinado a entretener al público burgués conservador. Una serie de autores intentará llevar a cabo una renovación del teatro que no culminó hasta la llegada de las vanguardias.

El teatro tradicional

Se trata de un género comercial aceptado por el público de la época, que era mayoritariamente burgués, cuyo objetivo era distraer al público sin una finalidad crítica o moral. Siguen el mismo estilo teatral de épocas anteriores: lenguaje sencillo, ambiente conocido y personajes de la misma clase social que el público. Se diferencian dos vertientes o tendencias:

Teatro costumbrista y cómico

Refleja escenas de carácter popular (de forma sainete) que utiliza un lenguaje coloquial. Destacan: los hermanos Álvarez Quintero, Pedro Muñoz Seca y Carlos Arniches.

La comedia burguesa

Es una crónica dramática de los defectos y las virtudes de la burguesía. Se caracteriza por su tono irónico y por presentar personajes que mantienen largas conversaciones y monólogos con un lenguaje elegante e ingenioso.

El teatro de la posguerra

La Guerra Civil supuso una ruptura con algunos rasgos culturales anteriores a la contienda. La producción teatral, de baja calidad artística y mediocre en los primeros años de posguerra, se ve condicionada por varios factores:

  • La muerte o exilio de los grandes dramaturgos.
  • El público, mayoritariamente burgués y acomodado, prefiere un teatro sencillo y tradicional.
  • Censura previa: aplicada por el régimen, condiciona el contenido de las obras dramáticas o impide su escenificación.

El periodo de posguerra abarca cuatro décadas en las que coexisten varias tendencias teatrales, con predominio de unas sobre otras. El teatro español de posguerra se agrupa en cuatro tendencias:

Teatro burgués

Asume formas tradicionales del teatro anterior a la contienda que entra dentro de la tradición de la comedia burguesa. Muchas de las obras que se escenifican en este periodo pertenecen a dramaturgos consagrados en décadas anteriores. Características:

  • Teatro de entretenimiento: Amable, divertido e ingenioso.
  • Cuidado formal: Presenta preocupación por la obra bien hecha, sobre todo en autores de prestigio.
  • Temas burgueses: Infidelidad en el matrimonio, conflictos entre padres e hijos.
  • Personajes acomodados: Suelen pertenecer a las clases media o alta.
  • Ambientes confortables: La escenografía intenta reproducir el lujo de la alta sociedad.

Teatro poético

Los dramaturgos que lo cultivan escriben en prosa poética comedias con rasgos de diversa procedencia. La temática se centra en el conflicto entre la realidad y la fantasía, en defensa del amor, la comprensión y la libertad como métodos pedagógicos para superar el conflicto.

El teatro de humor

Muchos dramaturgos encuentran en el humor una forma de sobrellevar las duras condiciones de vida de la posguerra. A diferencia de la comedia burguesa, este humor se caracteriza por las situaciones de inverosimilitud y los diálogos absurdos con los que se critica, de forma muy irónica, la sociedad de la época.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *