Evolución de la Novela y Poesía Española: Del Siglo XX a la Generación del 27

La Novela Europea y Española del Siglo XX: De la Peripecia al Interior del Protagonista

En la novela europea de esta época, la atención se desplaza de la peripecia externa al interior del protagonista, a menudo caótico y contradictorio. Se pasa del argumento interesante al estilo, del «qué» se cuenta al «cómo» se cuenta.

En España, para los miembros de la Generación del 98, el género narrativo se convierte en un instrumento idóneo para llevar a cabo la tarea de regeneración del país, uno de sus principales objetivos.

Autores Destacados de la Generación del 98

  • Azorín: Destaca como gran renovador de la prosa descriptiva. Su obra La voluntad aborda la falta de voluntad o energía como una de las principales lacras de la sociedad española. Su estilo se caracteriza por una sintaxis sencilla, pero de gran riqueza y precisión léxica, ideal para la descripción minuciosa de la realidad cotidiana.
  • Ramón del Valle-Inclán: Su obra se divide en varias etapas:
    • Fase modernista: Ciclo de las Sonatas, cuatro novelas presentadas como las memorias del Marqués de Bradomín, un Don Juan «feo, católico y sentimental», representante de una aristocracia rural en decadencia.
    • Etapa «primitivista»: Exaltación de un mundo tradicional, rural, violento y primario, con pasiones desbordadas, leyendas, mitos y supersticiones. Destaca la trilogía narrativa de La guerra carlista.
    • Época del esperpento (a partir de 1920): Deformación sistemática y grotesca de la realidad con intención crítica. A esta etapa pertenecen Tirano Banderas, situada en una imaginaria república hispanoamericana, y la trilogía El ruedo ibérico, una visión sarcástica de las postrimerías del reinado de Isabel II.

Las Vanguardias y la Novela

Las vanguardias dedican especial atención al lenguaje, cargado de metáforas, juegos verbales e intelectualismo. Destacan autores como Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala y Ramón Gómez de la Serna, creador de las greguerías, ingeniosas asociaciones semánticas (líricas, filosóficas o humorísticas).

La Novela Española en los Años Cuarenta

La Guerra Civil supuso una ruptura, con el exilio de muchos novelistas. Entre los que permanecieron en España, predominan novelas de estilo tradicional, como Mariona Rebull de Ignacio Agustí (historia de una familia de la alta burguesía catalana) y El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez (visión melancólica de la vida en una fraga gallega).

Lo característico de esta época es la novela existencial, con visiones pesimistas de personajes desorientados en un mundo amenazador o incomprensible. Ejemplos:

  • Nada de Carmen Laforet: La joven protagonista narra su llegada a Barcelona y su desorientación ante la sordidez del ambiente familiar.
  • La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes: Conflicto entre las ilusiones de la infancia y la amarga realidad, con la muerte siempre presente. Crítica a los convencionalismos burgueses y acercamiento a los humildes.

De los años cuarenta son también las primeras obras de Camilo José Cela, como La familia de Pascual Duarte, donde el protagonista narra su biografía, marcada por crímenes y atrocidades, condicionado por un ambiente bárbaro e injusto.

Miguel de Unamuno: La Novela como Expresión de Inquietudes Existenciales

Las obras de Unamuno son la expresión de la lucha entre su ansia de eternidad y la búsqueda de sentido en la vida. Aunque el ensayo es su medio natural de expresión, trasladó estas preocupaciones a la novela y al teatro.

Los sucesos narrados reflejan sus inquietudes religiosas o existenciales. Ejemplos:

  • San Manuel Bueno, mártir: Un cura de aldea que ha perdido la fe, pero actúa como si la tuviera para evitar el sufrimiento a sus feligreses.
  • Niebla: Augusto Pérez se enfrenta al propio autor, quien había previsto su muerte.

Características de las Novelas de Unamuno

  • Construcción en torno al protagonista, que representa la idea a debatir.
  • Mayor atención a los diálogos que a la ambientación y al marco temporal (esquemáticos o simbólicos).
  • Importancia del conflicto íntimo y la interioridad de los personajes.
  • Reducción de descripciones, centrándose en debates o monólogos densos.
  • Lenguaje seco, directo y preciso, recuperando el sentido primitivo de las palabras o revitalizando términos olvidados.
  • Búsqueda de intensidad y expresividad.
  • Participación del lector mediante prólogos, postprólogos y epílogos, con interpretaciones contradictorias o polémicas.
  • Gusto por la paradoja y la contradicción para buscar la verdad.
  • Invención del término «nivolas» para sus relatos, a partir de Amor y pedagogía.

Pío Baroja: Pesimismo, Individualismo y Observación de la Realidad

Baroja, pesimista e irascible, muestra desconfianza ante el hombre y su futuro, así como ante la acción política. Evolucionó desde simpatías anarquistas hacia un escepticismo conservador. Es un individualista extremo.

Para Baroja, la novela debe basarse en la observación de la realidad, narrada de manera breve, directa y sencilla, con la intención de entretener.

Características de la Narrativa de Baroja

  • Predominio de un personaje (activo y dominador, o pasivo y sin voluntad) a través del cual se accede a distintos ambientes. Este personaje suele ser un trasunto del autor.
  • Descripciones impresionistas, con pinceladas o detalles físicos y psicológicos para describir a los personajes. Abundantes diálogos.
  • Presencia del autor en comentarios que expresan sus ideas filosóficas, literarias o políticas.
  • Búsqueda de amenidad y estilo natural y espontáneo, con cierto desaliño expresivo. Sencillez sintáctica, frases cortas y párrafos breves (similar a Azorín y al antirretoricismo del 98).

Su obra novelística es extensa. Títulos principales de su primera época: Camino de perfección, La busca, El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía. Estos títulos se agrupan a menudo en trilogías temáticas.

Segunda época (1914 – Guerra Civil): Memorias de un hombre de acción (22 novelas sobre las Guerras Carlistas y la historia española del siglo XIX, basadas en la vida de un antepasado suyo, Eugenio de Aviraneta).

Tercera etapa (posguerra hasta su muerte): Menor importancia. Incluye sus memorias personales, Desde la última vuelta del camino.

Comentario: San Manuel Bueno, mártir (Unamuno)

San Manuel Bueno, mártir presenta un diálogo que se aleja del realismo y muestra características del ensayo, como la técnica de pregunta-respuesta. El diálogo es denso y funciona como reflexión del autor. Hay desnudez narrativa; no existe una historia convencional, sino una novela intelectual. Los personajes no son necesariamente reales, por lo que no habitan en un lugar concreto. No se describe el ambiente ni la sociedad de la época. Los personajes representan ideas y carecen de identidad individual. El diálogo es fundamental. En cuanto al tema, aparecen los problemas de la inmortalidad y la fe. Unamuno, tras una crisis personal, se centra en lo religioso y existencial, dejando atrás lo social. La alternativa entre una verdad trágica y una falsedad fría es el gran problema planteado. El personaje pierde la fe y no puede decir la verdad, pues los demás no la soportarían. Los nombres son simbólicos.

La Generación del 27: Síntesis de Tradición y Vanguardia

La Generación del 27 es un grupo de poetas que comenzó a escribir en los años veinte, coincidiendo con el auge de las vanguardias. El nombre se refiere al año en que la mayoría participó en Sevilla en el homenaje a Góngora por el tercer centenario de su muerte.

Componentes Principales de la Generación del 27

Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Rafael Alberti. Algunos incluyen a Miguel Hernández.

Características Comunes de la Generación del 27

  • Edades similares.
  • Gran cultura literaria y curiosidad intelectual. Origen familiar acomodado que les permitía dedicarse a la poesía.
  • Actitudes liberales en política. Salvo Gerardo Diego, apoyaron a la República durante la Guerra Civil.
  • Residencia o largas estancias en Madrid, donde se conocieron y entablaron amistad. La Residencia de Estudiantes fue un punto de encuentro clave.
  • Participación en acontecimientos culturales (homenaje a Góngora) y colaboración en revistas (Revista de Occidente).
  • Creación de un lenguaje generacional, con variantes personales. Importancia del estilo, cultivo de la metáfora y concepción de la poesía como manifestación autosuficiente e intrascendente.
  • Síntesis de tradición y vanguardia: Valoración de la literatura popular (Cancionero, Romancero), la literatura culta (Góngora) y la poesía pura de Juan Ramón Jiménez. Combinación de estructuras métricas tradicionales con el verso libre y el versículo (precedente en J. Ramón Jiménez). Adopción de elementos vanguardistas: novedad, originalidad, juego de ingenio, libertad creadora, temas insólitos e imágenes ilógicas.

Trayectoria de la Generación del 27

  • Etapa inicial (hasta 1927): Influencia de Bécquer y los modernistas. Predominio del ideal de «poesía pura» de Juan Ramón Jiménez y la influencia vanguardista. Poesía «deshumanizada» (producto de la inteligencia y la depuración del lenguaje, sin anécdota sentimental). Coexistencia de poesía vanguardista y neopopular (Lorca, Alberti, Gerardo Diego).
  • De 1928 a la Guerra Civil: Influencia surrealista y rehumanización de la lírica. El surrealismo marcó la poesía de Aleixandre, algunos libros de Lorca y Alberti, y gran parte de la lírica de Cernuda. A medida que se acercaba la guerra, surgieron temas sociales y políticos. En la revista Caballo verde para la poesía (fundada por Pablo Neruda), aparece un «manifiesto por una poesía sin pureza», que expresa la angustia humana, la rebeldía del poeta y los problemas del entorno. Este tipo de poesía alcanzó su auge durante la Segunda República y la Guerra Civil (Rafael Alberti, Miguel Hernández).
  • Etapa final (a partir de la Guerra Civil): Dispersión de la generación debido al asesinato de Lorca y el exilio de la mayoría. Los desterrados tratan el tema del exilio, la nostalgia de la patria y la protesta política. En España, Dámaso Alonso y Aleixandre se convierten en referencia de la poesía de posguerra, y Gerardo Diego evoluciona hacia una literatura religiosa y clasicista. A partir de 1951, se producen las muertes de los componentes, finalizando definitivamente la Generación del 27.

Federico García Lorca: Vitalismo, Frustración y Destino Trágico

En la personalidad de Lorca se oponen su vitalismo creativo y simpatía natural, y un profundo malestar, insatisfacción, obsesión por la muerte y una «pena negra».

Etapas y Obras de Lorca

  • Primeros años: Obras sobre su Andalucía natal. Poema del cante jondo y Romancero gitano (personajes marcados por un destino trágico; fusión de lo popular y lo culto).
  • Poeta en Nueva York: Visión desgarrada de la gran urbe como símbolo de la sociedad moderna egoísta, deshumanizada e injusta. Defensa de los marginados (gitanos en su primera época, negros en esta). Técnica surrealista.
  • Poemas posteriores: Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (elegía que combina imágenes surrealistas con ecos de las coplas de Jorge Manrique).

Obra teatral

  • Primera etapa: Piezas de guiñol (Títeres de cachiporra) y farsas (La zapatera prodigiosa). Tema de la frustración en matrimonios por conveniencia.
  • Segunda etapa (influencia del Surrealismo y estancia en Nueva York): «Comedias imposibles» (El público, Así que pasen cinco años). El tema sigue siendo la frustración íntima. Los sueños como clave para entender una realidad no siempre racionalizable.
  • Tercera etapa (grandes dramas rurales): Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. La mujer, símbolo de la marginación, es la protagonista. Tema recurrente: enfrentamiento del individuo con su contexto, con consecuencias trágicas. Destino trágico.

El lenguaje de Lorca es estilizado, cargado de metáforas y comparaciones. Combina lo realista y lo simbólico. Inicialmente, combina verso y prosa, pero en La casa de Bernarda Alba utiliza solo prosa.

Comentario: Canción del Jinete (Lorca)

Canción del Jinete es un poema representativo de la primera etapa de la Generación del 27, marcada por la línea de la poesía pura, siguiendo el modelo de J.R. Jiménez. Aunque no es totalmente purista, presenta rasgos característicos, como la anécdota mínima, donde los escasos elementos se convierten en símbolos. En cuanto a la expresión, se mezcla la poesía tradicional con la innovadora, mostrando un gusto por la poesía española y extranjera. La métrica, con versos de arte menor, sugiere una rima popular. La forma del poema indica la intención del autor de transmitir una poesía sencilla que, en realidad, es compleja. El poema es cerrado, terminando como empieza. Los adjetivos tienen un valor simbólico importante, dando la impresión de un romance antiguo donde la acción no avanza.

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