1. La Novela
1.1 La novela inmediata a la posguerra
En la inmediata posguerra hay que hablar, como admiten los críticos, de novela falangista, similar en ideología a la poesía arraigada. Los novelistas, con el imperio, son jóvenes falangistas que, acordes con el régimen vencedor en la guerra, quieren dejar constancia de la victoria como una gesta histórica y salvadora. Cecilio Benítez de Castro y Enrique Noguera.
1.2 La novela existencialista (1942-1954)
No adopta los tonos desgarrados y angustiosos de la poesía desarraigada, coetánea suya, sino que normalmente se limita a expresar la conciencia del personaje o su peripecia individual en lucha con el destino o las circunstancias cotidianas. Son obras realistas que intentan un camino de renovación en la posguerra, distinto o contrario al de los falangistas, aunque aún recurran a técnicas narrativas tradicionales. Su marco argumental se centra en la cercana guerra civil o en los años sombríos, grises y domésticos de la posguerra.
1.2.1 Camilo José Cela
Tuvo tres etapas: tremendista, realismo social y experimentalista. Obras: La familia de Pascual Duarte.
1.2.2 Miguel Delibes
Se mantiene siempre en el análisis del mundo rural marginado, en la crítica de una burguesía urbana despreocupada. La hoja roja.
1.2.3 Gonzalo Torrente Ballester
Mezcla la renovación estructural de la época con la fantasía, el humor y la parodia del experimentalismo. Fragmentos de apocalipsis.
1.3 La novela del realismo social (1954-1962)
Los nuevos novelistas de la generación del 50, que viven su niñez durante la guerra civil, intentan presentar con objetividad su testimonio sobre los recuerdos de la guerra, los conflictos de la vida colectiva española, los ambientes concretos del trabajo, de las profesiones, del campo o de la ciudad.
1.4 La renovación narrativa y experimentalista (1962-1975)
1.4.1 La renovación narrativa
En 1962 se publica Tiempo de silencio, que supone un cambio renovador en la novela española. Esta renovación no se debe a cambios temáticos o de actitud, sino a la utilización de nuevas estructuras y técnicas narrativas. Modifica el realismo e influye en todos los novelistas de la época: como el realismo social, mantiene el compromiso social, la intención crítica, la denuncia de personas e instituciones, la actitud testimonial, pero sustituye las técnicas realistas por otras más complejas que son piedra de toque en la narrativa universal del siglo XX.
1.5 La novela última
Desde 1975 hasta hoy la novela vive un periodo feliz. De un lado, aparecen más autores nuevos y se publican más títulos que antes; de otro, la respuesta al experimentalismo es contundente: los novelistas vuelven sus ojos a la tradición, recuperan muchos de sus procedimientos y escriben historias transparentes que devuelven el optimismo al lector. El aumento espectacular del número de lectores es, sin duda, el aspecto más esperanzador de la novela española. Esta situación se hace posible por varias causas:
- La simplificación de las estructuras narrativas, que eliminan la complejidad textual anterior.
- La propuesta firme de recuperar el argumento, la trama y los personajes, y de contar una historia cerrada y continua.
- La utilización de las personas narrativas tradicionales, primera y tercera persona, sin mezclas de ambas, y mucho menos con la segunda.
- La presencia de los diálogos.
- El abandono de las intenciones ideológicas o políticas.
Los novelistas se proponen contar historias, e incluso el humor.
2. El Teatro
2.1 El teatro de posguerra
Al terminar la guerra civil, el teatro español pierde a los autores más innovadores de la época anterior –Valle-Inclán, Lorca y Unamuno– al estar en el exilio. Mientras en Europa se representan obras renovadoras de Brecht y Artaud, en España se lleva a la escena un teatro convencional que entronca con el melodrama o el teatro popular anterior y busca divertir y entretener a un público conservador.
Sus características más importantes son:
- Un teatro bien construido, con diálogos sólidos.
- Un teatro cómico que a nada compromete, cuya intención crítica se centra en las costumbres de la burguesía, pero tratadas sin actitud.
Entre sus autores destacan: Joaquín Calvo Sotelo y Juan Ignacio Luca de Tena.
2.2 El teatro del humor
Al margen de este teatro continuista, sobresalen dos autores que realizan un teatro de humor renovado, con situaciones insólitas en las que lo inverosímil y lo absurdo se convierten en protagonistas.
2.2.1 Enrique Jardiel Poncela
Inicia su producción novelística y teatral antes de la guerra civil. Su base cómica es la inverosimilitud y lo fantástico para presentar una caricatura en la sociedad. Sus obras más importantes son Una noche de primavera sin sueño, Eloísa está debajo de un almendro. Se diferencia del teatro de humor anterior en la atemporalidad del conflicto, de los personajes y del escenario, es un maestro en el encadenamiento de situaciones inverosímiles, en el uso de un lenguaje que no refleja categoría social alguna y en el humor abstracto de raíz intelectual.
2.2.2 Miguel Mihura
Se dedica al periodismo además de al teatro. Su concepción del humor inverosímil, en libertad y en la línea de Jardiel, y su postura inconformista ante las convenciones sociales, vertida en muchas de sus obras con un lenguaje lleno de ingenio, le convierten en un antecedente del teatro absurdo. Tres sombreros de copa.
2.3 El teatro existencialista y social
En la década de 1950 aparecen, como en los demás géneros, ciertas inquietudes existenciales en el teatro de autores como Buero Vallejo o Alfonso Sastre que alcanzan su plenitud en el realismo social. Algunos de los autores más importantes son:
2.3.1 Antonio Buero Vallejo
La detonación.
2.3.2 Alfonso Sastre
La mordaza.
2.3.3 José Martín Recuerda
Los verdes campos del Edén.
2.4 El teatro renovador y experimentalista
Poco a poco la influencia vanguardista europea y del teatro del absurdo llega a los autores españoles. Hacia 1970 se produce un movimiento de renovación teatral y se busca un lenguaje dramático basado en el espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales: apenas importa la acción y se utiliza la alegoría y la abstracción como en una ceremonia ritual.
2.5 El teatro último
Tras el experimentalismo, casi todos los géneros literarios vuelven la vista a la tradición, de ahí la denominación de neorrealista que se aplica a la época posterior a 1975. Los escenarios españoles acogen espectáculos de los grupos independientes o de los autores anteriores que siguen estrenando, pero los nuevos dramaturgos se inclinan por una comedia neorrealista bien construida y que desarrolla temas de actualidad. El tratamiento de estos temas favorece la aparición de un nuevo costumbrismo, aunque esta vez con un matiz irónico.