Evolución de la Novela Hispanoamericana en el Siglo XX: Del Realismo al Boom

Trayectoria de la Novela Hispanoamericana en el Siglo XX

Comencemos por señalar que hay enormes diferencias entre el cultivo de la poesía y el de la narrativa. Durante las primeras décadas del siglo, el cultivo de la novela es infinitamente menor que el de la lírica. Además, el desarrollo de la narrativa es mucho más lento que el de la lírica. La novela en estos primeros años transcurre por cauces heredados del siglo XIX. Pero, si bien tarda en llegar la renovación de la novela, cuando ésta se produce, lo hace con tal fuerza que hace que se sitúe en la primera línea de la narrativa mundial. Podemos distinguir tres etapas:

  • La novela realista dominante hasta 1940 o 1945.
  • Los comienzos de la renovación narrativa entre 1945 y 1960.
  • La consolidación y el espléndido desarrollo de la nueva narrativa a partir de 1960.

La Tendencia Realista: Los Temas

Se trata de un realismo bastante particular porque presenta rasgos de tipo naturalista y, a la vez, caracteres del lenguaje romántico. La nota más destacada hace referencia al tratamiento de los temas; presentan rasgos propios de la realidad americana. Así, se distinguen diferentes temas:

  • La naturaleza: una naturaleza de proporciones grandiosas y de gran diversidad. Es la cordillera, la pampa, el altiplano, la selva amazónica… La atención a las características de cada zona hace que se hable de novela regionalista.
  • Los problemas políticos: se refleja la inestabilidad política de aquellos países, la incesante sucesión de revoluciones, la presencia de dictadores. Son abundantes las novelas sobre la revolución mexicana.
  • Los problemas sociales: la novela reflejará las desigualdades sociales. Los grandes terratenientes, las masas de indios, mestizos… La novela realista es, sobre todo, una protesta ante las desigualdades. Algunas obras se proponen denunciar las duras condiciones de los indios. Así, se distingue una novela indigenista.

Esta tendencia resulta reveladora de esa búsqueda de lo autóctono, de lo peculiar.

La Superación del Realismo: El Realismo Mágico y lo Real Maravilloso

A partir de 1940, se observa un cansancio de la novela realista. No es que desaparezcan los temas tratados hasta entonces, pero se pasará a tratarlos con procedimientos distintos. Y aparecerán también nuevos temas. Entre los nuevos temas está el interés por el mundo urbano (frente al predominio de lo rural en la novela anterior). Se dará cabida a los más variados problemas humanos y asistenciales (no sólo los sociales). Junto a las realidades inmediatas, irrumpe la imaginación, lo fantástico. Pronto se hablará de realismo mágico o de lo real maravilloso (esta última denominación se debe a Alejo Carpentier). A partir de este momento, realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas en la novela.

En el terreno de la estética, se notará un mayor cuidado constructivo y estilístico. Los autores atenderán a las innovaciones formales aportadas por los grandes novelistas europeos y norteamericanos (Kafka, Joyce, Faulkner…). Por otra parte, se asimilan elementos irracionales y oníricos procedentes del surrealismo. Esos rasgos, iniciados en los años 40, se prolongarán durante los decenios siguientes en la obra de nuevos novelistas. Los auténticos pioneros en la renovación narrativa son Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Juan Rulfo.

La Nueva Novela Hispanoamericana

En 1962, se publica en España La ciudad y los perros, de Vargas Llosa. En 1967, llegaba Cien años de soledad, de G. G. Márquez. Al mismo tiempo, aparecen otras novelas de Sábato, Onetti, Carpentier, Cortázar, Cabrera Infante… Para los lectores españoles desatentos a la novela hispanoamericana hasta entonces, obras como éstas produjeron el mayor asombro. Inmediatamente se descubrió y devoró esta obra de los autores citados. Era el llamado «boom» de la novela hispanoamericana. En la actualidad, se considera uno de los acontecimientos literarios del siglo.

Los nuevos novelistas continuaban en la línea de innovaciones señaladas, pero también incorporan nuevos recursos:

  • Se confirma la ampliación temática y, en especial, se incrementa la preferencia por la «novela urbana». Cuando aparece el ambiente rural (por ejemplo, en G. G. Márquez) es con un tratamiento nuevo.
  • La integración de lo fantástico y lo real se consolida.
  • Pero es el terreno de las formas en donde se observa una mayor ampliación artística. La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación.

Hay una llamativa renovación de las técnicas narrativas: ruptura de la línea argumental, cambios de punto de vista, combinación de las personas narrativas, monólogo interior… La experimentación de la novela afectará, de modo particular, al lenguaje mismo, con la superposición de registros, empleo de lenguaje muy poético… En general, se da una ruptura con la estética realista. La preocupación por la forma no anula su preocupación social y política.

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