La Novela Española de Posguerra y el Exilio
El aislamiento de España, el exilio de algunos de los mejores novelistas y la censura desembocaron en una narrativa que truncó el camino de innovación de las décadas anteriores y se alejó de las nuevas corrientes mundiales.
Narradores del Exilio
Entre los narradores del exilio podemos destacar a Ramón J. Sender, que cuenta con una obra muy variada en argumentos y técnicas; Crónica del alba incluye nueve novelas autobiográficas en las que Sender relata su infancia y adolescencia hasta la Guerra Civil. Max Aub escribió seis novelas sobre la Guerra Civil, bajo el título general de El laberinto mágico, mostrando su anhelo de libertad y el sacrificio realizado para alcanzarla. Aub destaca por cuidar al máximo su técnica narrativa y dar importancia a los personajes secundarios. Francisco Ayala reflexiona sobre la maldad humana, el abuso de poder y la pérdida de valores a través de ironías y burlas.
La Novela en España: Años 40 (Tremendismo y Existencialismo)
En los años 40, coexistieron varias tendencias. Por un lado, los escritores próximos a la ideología de los vencedores exaltaban la heroicidad de los combatientes derechistas. Por otro lado, aparecieron novelas de mayor calidad, de corte más realista, que mostraban la angustia existencial: el protagonista vive una existencia sin sentido, marcada por la miseria y la soledad. Carmen Laforet muestra en Nada las consecuencias de la guerra, reflejando el existencialismo. Camilo José Cela abre la novela existencial (con rasgos tremendistas) con La familia de Pascual Duarte; la obra está marcada por el esperpento de Valle-Inclán, la picaresca y el naturalismo. Miguel Delibes muestra empatía por los débiles desde su humanismo cristiano, usando un vocabulario claro y preciso.
Años 50: Realismo Social
La novela de los años 50 se inclina hacia el realismo social, con autores buscando la objetividad o criticar el régimen franquista y la injusticia social; los protagonistas pasan a ser colectivos y a mostrar una vida cotidiana, dominando así el diálogo (La colmena, de Cela; Las ratas, de Delibes).
Años 60: Experimentación
Durante los años 60, la novela opta por la experimentación, mostrando una mayor variedad temática, rompiendo la estructura lineal del tiempo y volviendo en ocasiones al protagonista individual complejo (Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos; Cinco horas con Mario, de Delibes).
Consecuencias del Franquismo
Con base en estas características, podemos concluir que el franquismo impuso un aislamiento cultural que apartó nuestra literatura de las nuevas tendencias y la condenó al ostracismo. Esta situación llevó a autores como Cela a realizar declaraciones públicas sobre la facilidad con la que, en ese contexto, alguien podía destacar como novelista relevante tras la generación del 98, algo que él mismo experimentó.
Antecedentes: Finales del Siglo XIX y Principios del XX
Crisis Finisecular y la Generación del 98
Los años finales del siglo XIX destacan por ser un periodo de profunda crisis moral, económica y social, marcada por la pérdida de las últimas colonias (Puerto Rico, Cuba y Filipinas). En el ámbito literario, destaca la Generación del 98, cuyos autores reflexionan sobre el sentido de la vida y España, utilizando un lenguaje sencillo y sobrio.
Miguel de Unamuno
Perteneciente a esta generación se encuentra Miguel de Unamuno, creador de las nivolas, novelas donde se discuten problemas filosóficos. Su gran tema es la angustia del ser humano ante la muerte y sus personajes buscan sin descanso el sentido de la vida. Entre sus obras sobresale Niebla, donde el protagonista (Augusto Pérez) discute con su creador sobre su existencia como personaje.
Azorín
Azorín (José Martínez Ruiz) destaca en sus novelas por sus descripciones detallistas y claras, los elementos autobiográficos y temas como España, el paso del tiempo y lo efímero de la existencia. Su obra Antonio Azorín muestra la apatía de la vida y el intento de darle sentido con la vuelta a la naturaleza, la literatura y la meditación.
Pío Baroja
Pío Baroja concentra la acción en una gran variedad de tramas en sus novelas, donde abundan los finales abiertos. Sus obras se agrupan a menudo en trilogías; podemos destacar La busca, donde el protagonista es pasivo, y Zalacaín el aventurero, donde el personaje es activo y emprendedor.
Valle-Inclán
Ramón María del Valle-Inclán es uno de los prosistas más destacados del modernismo español debido a la originalidad y elegancia de su estilo. Creó personajes singulares, a veces ridículos y otras admirables, evolucionando hacia el esperpento. Podemos destacar sus obras El ruedo ibérico o las Sonatas.
La Generación del 14 (Novecentismo)
La Generación del 14 (o Novecentismo) estuvo muy influenciada por las Vanguardias y tuvo la intención de modernizar la sociedad española. Sus miembros eran intelectuales que, en general, evitaron la profundización en los sentimientos apasionados y se preocuparon más por la forma y la reflexión intelectual que por la expresión directa de la vida exterior. Ramón Pérez de Ayala desarrolla una novela intelectual y de gran crítica social (Tigre Juan). Gabriel Miró desarrolla novelas líricas donde profundiza en la psicología y en las sensaciones de sus personajes (Nuestro Padre San Daniel).
La Generación del 27 y la Guerra Civil
Aunque más asociado a la novela social y del exilio, Ramón J. Sender, cercano cronológicamente a la Generación del 27, describió en Imán la sangrienta guerra de Marruecos. En 1936, el desarrollo de la novela española se verá truncado por la Guerra Civil. La siguiente generación contempló sus aspiraciones destruidas por el conflicto, y los escritores más prometedores tuvieron que exiliarse.