Entre 1920 y 1950, la novela europea había conocido cambios revolucionarios en todos y cada uno de sus componentes esenciales. En España, por el contrario, no encontramos apenas ninguna innovación hasta los años 60 y 70.
El ambiente de desorientación cultural en los primeros años de la posguerra es muy acusado. Se carece de modelos inmediatos, nuestros intelectuales están en el exilio.
La Década de los 40
Son años de aislamiento internacional, y por eso son los años del hambre, de la represión política y censura. En esta etapa podemos distinguir dos tipos de novela:
Novela de la Guerra Civil
Sobre este tema de la Guerra Civil, tanto en su vertiente bélica como ideológica, tratan la mayor parte de las novelas de este período. En ella debemos destacar el carácter apasionado y partidista tanto del autor como de los personajes: el autor aparece constantemente a través de los personajes y del lenguaje. Los personajes están idealizados, son héroes o villanos. La técnica que utilizan estas novelas está muy cerca del reportaje periodístico. En general son descuidadas, poco objetivas y deterministas.
Autores:
- Ricardo Fernández de la Reguera: «Cuerpo a tierra»
- Rafael García Serrano: «Eugenio»
- Arturo Barea: «La forja de un rebelde»
Novela Existencialista
Narra la angustia existencial, la lucha por la vida de los individuos que pueblan nuestras ciudades, deteniéndose a veces en resaltar los ambientes sociales más sórdidos y bajos en los que el protagonista desarrolla su existencia. Todo ello en un ambiente de soledad, frustración y muerte.
Autores:
- Carmen Laforet: «Nada»
- Camilo José Cela: «La familia de Pascual Duarte»
- Miguel Delibes: «La sombra del ciprés es alargada»
- Ignacio Agustí: «La ceniza fue árbol»
La Década de los 50
Se da una novela neorrealista, de realismo social. Estamos ante unos años en los que se da una cierta liberalización política. La novela de estos años ejerció unas funciones informativas y críticas que no tenían cabida en la radio ni en la televisión. En 1950 aparecieron tres novelas que abrirían este ciclo:
- «La colmena» de Camilo José Cela
- «La noria» de Luis Romero
- «Últimas horas» de Jesús López Pacheco
Hablan de la angustia existencial del malvivir de los españoles en esta época. Se diferencian en el trato de los personajes, del espacio y el tiempo, y del lenguaje. Sin embargo, el tema que tratan es el mismo. Del personaje individual típico de etapas anteriores, pasamos al personaje colectivo: ya no hay un solo personaje sino muchos y además no conocemos mucho de los personajes. Del tiempo lineal que corre encadenando episodios, pasamos ahora a una simultaneidad de acontecimientos.
El autor se aleja porque cree que su intervención se interpone entre el lector y el mundo novelístico que le presenta. Las descripciones largas del siglo XIX y la primera mitad del XX dan paso ahora a descripciones mínimas. Del análisis detenido, psicológico, lento de las personas se pasa ahora a una descripción de los personajes por lo que dicen, su diálogo, y por lo que hacen. Del poco diálogo de la etapa anterior pasamos a un lenguaje vivo, coloquial, cotidiano, normal, realista. Son obras, por lo general, de denuncia, de testimonio de la forma de vivir de los españoles. Su estilo es sobrio, directo, sin concesiones líricas, paisajistas. Se fija, para denunciarlo, en las condiciones de vida de aquel tiempo: la vivienda, la comida, la higiene, la emigración…
A partir de los Años 60
La temática de la novela es similar a la de las etapas anteriores: la vida de los españoles. Sin embargo, ahora hay que tener en cuenta el «boom» económico, el Plan Marshall, que van a comportar un cambio en las formas de vida y, por tanto, en la expresión del autor. El problema que se le plantea al novelista en esta etapa es el de captar el sentido global de la sociedad española. Por tanto, más que una revolución temática, lo que habrá es una revolución en el ámbito de la estructura técnica, formal, que consistirá en la aparición del novelista en la novela, a través de su propio lenguaje, la confrontación de estratos sociales, y los ambientes y las situaciones que elige.
Autores:
- Juan Marsé: «Últimas tardes con Teresa»
- Luis Martín-Santos: «Tiempo de silencio»
- Miguel Delibes: «Cinco horas con Mario»
- Juan Goytisolo: «Reivindicación del conde Don Julián»
- Camilo José Cela: «San Camilo 1936»
La Década de los 70
Aparece un interés por la historia contada. También aparecen varias tendencias:
Novela de Intriga
Hace una adaptación de un producto puramente americano a la cultura española. Los escritores más importantes son:
- Manuel Vázquez Montalbán
- Antonio Muñoz Molina: destacan «El invierno en Lisboa» y «Plenilunio»
Novela Histórica
Sitúan la acción en marcos temporales pasados, enfocados más o menos de manera realista. Los acontecimientos históricos son objeto de una revisión crítica por parte del escritor. Aparecen títulos como «El capitán Alatriste» de Arturo Pérez-Reverte. Cabe incluir en esta tendencia los relatos sobre la guerra civil o la posguerra.
«Novela del Novelar»
El tema es la propia creación literaria y el protagonista, con frecuencia, es el escritor.
Novela Intimista
Estas novelas están protagonizadas por una persona de mediana edad que vive en un espacio urbano actual y cuyos problemas íntimos se abordan en el relato.
Novela Testimonial
Sus autores construyen relatos realistas sobre problemas sociales.
Novela Experimental
Las muestras más relevantes son las novelas de Miguel Espinosa: «Escuela de mandarines» y «La tríbada falsaria», en las que el autor recoge su ácida y crítica visión de la realidad contemporánea.