NARRATIVA
Novela Existencial (1940)
En la inmediata posguerra se cultiva, en primer lugar, la novela de los vencedores, jóvenes falangistas que quieren dejar constancia de su victoria. Pero más importante que este tipo de novela va a ser la denominada novela existencial, una narrativa inquietante, cargada de angustia… con tres obras importantes como La familia de Pascual Duarte, de C.J. Cela (que inicia una vertiente llamada Tremendismo), Nada, de Carmen Laforet, o La sombra del ciprés es alargada, de M. Delibes. Estas obras muestran el reflejo amargo de la vida cotidiana con personajes desarraigados y angustiados y revelan un malestar que, en último término, es social, pero la censura hace imposible cualquier intento de denuncia. Más que los testimonios de la España de la época, lo que encontramos es la transposición del malestar social a la esfera de lo personal, de lo existencial.
Novela Social (1950)
Es una novela comprometida que refleja, con intención de denuncia, la realidad social y las difíciles condiciones de las clases sociales más desfavorecidas. Por eso, sus temas más importantes son la solidaridad con los humildes y oprimidos, la juventud burguesa, desocupada y abúlica, y los efectos de la guerra civil. Algunos de los representantes son:
- C. J. Cela, a medio camino entre la novela existencial y la novela social, nos ofrece en La colmena una visión despiadada del Madrid de la posguerra, a través de unos trescientos personajes que el autor va tomando y dejando en rápidos apuntes que tejen la tela del vivir común.
- L. Romero nos presenta en La noria la existencia de múltiples personajes, obreros, industriales, empleados, etc., en la ciudad de Barcelona.
- I. Aldecoa, con su obra El fulgor y la sangre, nos muestra la conciencia colectiva de la posguerra desde la perspectiva de cinco esposas.
- J. Fernández Santos presenta en Los bravos la miseria de un pueblo controlado por un cacique.
- R. S. Ferlosio en El Jarama, hito del Realismo Social, nos muestra la falta de ilusión de unos jóvenes trabajadores madrileños que pasan un domingo en el Jarama.
- A. Mª Matute pinta críticamente a la mujer burguesa provinciana en su obra Entre visillos.
- Miguel Delibes (El camino, Las ratas), etc.
Modalidades de la Novela Social
Presenta varias modalidades:
- Objetivismo: se propone un testimonio escueto, sin aparente intervención del autor. Su manifestación extrema fue el Conductismo, procedente del Behaviorismo americano (behaviour = conducta) y que consiste en limitarse a registrar la conducta externa de individuos o grupos, y a recoger sus palabras, sin comentarios ni interpretaciones.
- Realismo crítico: no se limita a reflejar la realidad, sino que pone de relieve las miserias e injusticias con ánimo de denuncia.
Técnicas y Estilo de la Novela Social
En cuanto a las técnicas y el estilo de la novela social destacaremos las siguientes características:
- El contenido tiene prioridad sobre la técnica.
- Predominio de la narración lineal.
- Descripciones sencillas para presentar ambientes.
- Concentración del espacio y del tiempo (algunas novelas duran un día o menos).
- Personaje colectivo (ej.: La colmena o La noria).
- Abundancia del diálogo.
Novela Experimental (1960)
Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos marca el inicio de la renovación total de la novela. Las innovaciones más importantes de este tipo de novela, establecidas prácticamente todas en la obra Tiempo de silencio, son:
- El argumento pierde importancia y casi desaparece.
- Aparece el personaje individual, pero siempre en conflicto consigo mismo en la búsqueda de su identidad o con el medio social que trata de destruirlo.
- En estructura externa, a menudo, desaparece el capítulo y se introduce la secuencia (fragmento de extensión variable). En la interna, el orden cronológico se rompe con referencias anteriores o posteriores al tiempo de la acción, conforme las evoca la conciencia del personaje. También se narran varias historias simultáneas cuyas secuencias se van alternando; es la técnica del contrapunto.
- Punto de vista: a veces aparece el narrador omnisciente. Otras veces son varios los personajes que nos cuentan la historia (punto de vista múltiple). La narración en tercera persona se enriquece combinándola con la primera y segunda personas.
- A diferencia de la novela social, donde lo importante era el diálogo, predominan la técnica del monólogo interior (reproducir los pensamientos de un personaje tal como brotan de su conciencia) y las digresiones (comentarios que el autor hace sobre algún hecho o personaje).
- En cuanto al estilo, frente a la sencillez de la novela social, ahora aparece un lenguaje barroco, variedad de registros lingüísticos, abundancia de figuras retóricas, la introducción de fragmentos de otros géneros (ensayo, periodismo…), la mezcla de la prosa y del verso, la alteración de la disposición tipográfica habitual y la ruptura del párrafo como unidad significativa, la alteración o ausencia de puntuación, la mezcla de conversaciones de otros idiomas…
De los 70 a 90
La experimentación temática y, sobre todo, formal de la novela de la década de los sesenta se extiende a lo largo de los años setenta, pues continúan creándose obras con renovadas técnicas narrativas. No obstante, el año 1975 abre un nuevo período en la novela en el que, abolida la censura, la libertad de expresión se convierte en un factor determinante en la creación artística. España se incorpora al juego literario mundial.
Los narradores se alejan de la novela experimental y se decantan por la búsqueda de una voz propia.
Promociones Literarias
- La Generación del 36: Los escritores que vivieron la guerra civil y que heredaron el panorama literario de posguerra continúan publicando y, pese a hacer ciertas concesiones a las modas literarias que van surgiendo, mantienen su estilo personal. Recordemos a Torrente Ballester, Cela, Delibes, etc.
- La Generación del 50 o del medio siglo: Los escritores que se iniciaron en la novela social como Luis Goytisolo, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite…
- La Generación del 68 o novísimos: Los escritores que llevaron a cabo la renovación de las técnicas narrativas en los años sesenta, como Juan Benet, Juan Boytisolo, José Mª Guelbenzu, etc.
- La generación de escritores que se dio a conocer en los 80: Eduardo Mendoza, Julio Llamazares, Jesús Ferrero, Antonio Muñoz Molina…
A partir de 1980
Se advierte una vuelta a la concepción clásica del relato y la novela adquiere grosso modo estas características:
- Se recupera el gusto por contar historias verosímiles.
- Se vuelve al protagonista individual, del que se nos ofrece, en ocasiones, detalladas descripciones.
- Preferencia por el tiempo lineal y creación de ambientes exóticos.
- Predominio de historias contadas en tercera persona, con narradores testigo.
- Vuelta a ofrecer historias organizadas en capítulos, con o sin títulos.
- Se recupera el diálogo y disminución del uso de técnicas experimentales.
- Se vuelve a la sencillez y la naturalidad en el lenguaje.
De los 90 a la Actualidad
Durante los años 90, se ha producido la consolidación de autores surgidos en las décadas anteriores, y a la larga lista de estos escritores se ha unido una nueva generación bastante heterogénea, pues difieren en los géneros que cultivan, en su estilo e incluso en su edad. Son Almudena Grandes, Luis Landero, Javier Marías o Maruja Torres, entre otros muchos.
Aportaciones a los Géneros
Veamos cuáles han sido las aportaciones a los géneros de los años anteriores, y alguno nuevo que ha aparecido.
- Novela de aventuras: Arturo Pérez Reverte se ha revelado en este género como un verdadero maestro: El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, El Club Dumas, la saga de El capitán Alatriste.
- Novela policíaca: Continúa Manuel Vázquez Montalbán, al que hay que sumar la figura de Juan Madrid, con su obra Días contados.
- Novela erótica: Cultivada, por ejemplo, por Almudena Grandes (Las edades de Lulú).
- Novela intimista: Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, Corazón tan blanco, de Javier Marías, El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina, La casa de los espíritus y otros de Isabel Allende…
- Novela histórica: En busca del unicornio, de Juan Eslava Galán; Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.
- Novela culturalista: Muy heterogénea (evocación de épocas pasadas, ambientes exquisitos relacionados con la belleza, motivos legendarios o mitológicos…): Los dominios del lobo, de Javier Marías, Los melómanos, de Álvaro del Amo.
- Novela experimental: Ha continuado en algunos autores como Juan Benet: Saúl ante Samuel.
- Novela de autoficción: Utiliza la vida real del escritor como materia novelable: Soldados de Salamina, de Javier Cercas.
- Novela de “afterpop”: Su principal representante es Agustín Fernández Mallo (Nocilla experience, Nocilla dream); otros son Germán Sierra y Javier Calvo. En ellos se percibe el influjo de la estética híbrida y fragmentaria de las nuevas tecnologías (blogs, wikis, youtube, facebook, chats…).
- Neocostumbrismo juvenil o Generación X: Surge tras la caída del muro de Berlín (1989); su representante es Ángel Mañas, con Historias de Kronen (1994).
LÍRICA
Poesía de Exilio
Los más importantes autores de poesía, como:
1. POESÍA ARRAIGADA | 2. POESÍA DESARRAIGADA (= EXISTENCIAL) |
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Cultivada por los partidarios del Régimen | Cultivada por los poetas que no se sienten ganadores y que ven el mundo como algo caótico y angustioso |
Versos y estrofas clásicos | Lenguaje desgarrado y violento |
Temas: pasado imperial español, belleza de la tierra, la religión… | Temas: la realidad y la vida cotidiana, la existencia como lucha con el mundo o consigo mismo |
Revistas en las que escriben: Escorial, Juventud, Garcilaso | Espadaña |
Representantes (Generación del 36): Luis Rosales (poesía amorosa religiosa; destacamos La casa encendida) Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo (poesía religiosa e íntima) Luis Felipe Vivanco (poesía mística) | Representantes: Dámaso Alonso (Hijos de la ira: obra en versículos, de ritmo obsesivo que muestra una angustia marcada por la guerra civil y la segunda guerra mundial) Victoriano Crémer Eugenio de Nora José Hierro Gabriel Celaya Blas de Otero |
Poesía Existencial Social
Su estilo es sencillo y coloquial, porque buscan compartir la poesía con el pueblo, y en el caso de G. Celaya llega incluso a un prosaísmo extremo. Los autores más representativos son:
- Gabriel Celaya: cultiva una poesía de tipo combativo, de carácter narrativo y de estilo sencillo y léxico coloquial (Cantos iberos, Episodios Nacionales).
- José Hierro: después de haber escrito una poesía vanguardista en la guerra civil y una poesía de tipo existencial, en Quinta del 42 encuentra ya causas sociales a los problemas humanos.
- Blas de Otero: es el gran poeta de la posguerra, cuya obra resume la evolución de la poesía de la posguerra. De tendencia existencial escribe Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia –refundidos y ampliadas en Ancia– una poesía desgarrada, áspera, en la que un Dios lejano calla ante los desconsolados gritos de súplica del poeta y se pregunta por el sentido de la vida y las consecuencias de la posguerra.
Poesía de la Generación del 50: Poesía de Experiencia
Se compone de poetas que, partiendo de la poesía social, proponen y logran hacer una poesía más personal e intimista, iniciando la que se ha dado en llamar poesía de la experiencia. Tienen una profunda preocupación existencial o social, pero huyen de lo patético, de lo exagerado; su desacuerdo con el mundo que les circunda se manifiesta sobre todo a través de un cierto escepticismo. En la forma, mantienen el tono coloquial de los poetas sociales, pero depuran y cuidan mucho más el lenguaje y la expresión. Veamos los autores más representativos:
- Ángel González.
- José Ángel Valente.
- Jaime Gil de Biedma.
- Antonio Gamoneda.
- Claudio Rodríguez.
Poesía de los Novísimos
Los nuevos poetas de finales de los sesenta son denominados habitualmente los novísimos porque algunos de ellos aparecen en la antología titulada Nueve novísimos poetas españoles (1970), de José Mª Castellet. Características de estos autores son:
- Abundancia de referencias culturales (pintura, música, arquitectura, modernismo de Rubén Darío), debido a la variada formación literaria de estos escritores.
- Gusto por lo decadente y exquisito y su afición a ciudades italianas, como Venecia, han hecho que también se les conozca como los venecianos.
- Son también frecuentes los motivos propios de la nueva sociedad de consumo, a la que critican: términos anglosajones, referencias a héroes de cine, del deporte, de la canción, de los tebeos…
- Su marcado esteticismo explica su interés por el lenguaje que los lleva a la experimentación vanguardista, o al barroquismo expresivo e incluso a la reflexión metapoética.
Últimos Años
Durante los años ochenta brota una nueva sensibilidad lírica que vuelve a la métrica tradicional y a la expresión de experiencias personales que pueden ser comunes a la de los lectores. Se caracteriza por desarrollar narrativamente, en lenguaje coloquial, una historia o anécdota. En esta poesía de la experiencia conviven autores muy distintos como Luis Alberto de Cuenca, Miguel d’Ors, Julio Llamazares, Felipe Reyes y otros.
Por otra parte, y encabezada por un José Ángel Valente que alcanza en esta época su madurez artística, se abre paso la poesía del silencio, que rehúye toda anécdota y se aproxima a la poesía mística. Se caracteriza por la complejidad de su lenguaje y por su trasfondo pesimista, con influencia del existencialismo más desesperanzado. En esta tendencia se incluirían Amparo Amorós, Andrés Sánchez Robayna o Antonio Gamoneda.
Otras tendencias son el Neosurrealismo, que recupera el verso largo, la sentimentalidad neorromántica, las metáforas innovadoras y el mundo de la alucinación y el sueño (Blanca Andreu) o el Neoerotismo, línea seguida básicamente por escritoras que transforman los tópicos masculinos de la poesía amorosa, invirtiendo su punto de vista y destruyendo la imagen de la mujer elaborada por la poesía (Ana Rossetti).