La Narrativa desde 1940 a los Años 70
Introducción
La Guerra Civil Española condiciona completamente la actividad cultural. La literatura se convierte en una vía de escape y un instrumento de denuncia. Autores como Camilo José Cela, Carmen Laforet o Miguel Delibes abren nuestra literatura al realismo. La censura y la imposibilidad de publicar novelas extranjeras en nuestro país condicionan el panorama literario. Durante los años 60, a los contenidos sociales se les añaden algunas innovaciones estructurales y argumentales. Luis Martín Santos es fundamental para entender la renovación de la novela en los años 70. Desde el final de la dictadura de Franco, las tendencias novelescas se diversifican y es muy difícil dar unas características comunes a todas ellas. Hoy la novela es el género literario más demandado y más cultivado por los propios autores.
Cela y Delibes
Camilo José Cela
Comienza su producción con La familia Pascual Duarte. Con ella, se da a conocer y comienza a publicar regularmente. Sus novelas no son de denuncia social, sino más bien documentales. El autor se limita a presentar situaciones duras, como la difícil vida de los españoles durante los años 40 o la violencia imperante. El autor se mantiene al margen de la narración, como narrador omnisciente. Su gran novela es La colmena. El autor se mantiene al margen y cuenta todo lo que hacen y dicen sus personajes, sin intervenir; es la denominada técnica objetivista. Se considera que esta novela abre el camino a la novela social. Cela destaca por su maestría en el uso del lenguaje. En 1989 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Miguel Delibes
A partir de la publicación de La sombra del ciprés es alargada, ha continuado una trayectoria literaria bastante coherente y uniforme. El camino es la primera de sus novelas rurales. Daniel el Mochuelo hace una evocación de su infancia la noche anterior a su partida a la ciudad para estudiar. En la primera línea se encuentran Diario de un cazador y Las ratas. En esta última novela, Delibes se muestra bastante más crítico que en otras ocasiones, presenta la dura vida de unos campesinos desde el punto de vista de un niño. Esta tendencia crítica y social de Delibes culmina con la publicación de una de sus mejores novelas: Los santos inocentes. El argumento trata sobre la difícil existencia de una familia que malvive durante la posguerra en un cortijo extremeño sometida a un cacique. Delibes escribe otra serie de obras que pueden ser calificadas como urbanas. La novela Cinco horas con Mario marca un hito dentro de la renovación de la novela. Se trata de un largo monólogo que corre a cargo de Carmen mientras vela el cadáver de su marido. Es una especie de descubrimiento o expresión verbal del pensamiento interior de la protagonista. Esta novela no está exenta de una aguda crítica social.
La Novela Social de los Años 50
El camino a la narración realista estaba abierto. No podemos olvidar los primeros atisbos de la novela social surgidos a finales de los años veinte. Siguiendo el modelo de todos estos precedentes, durante los años 50 surgen bastantes autores que comienzan a publicar novelas con una clara finalidad crítica y con voluntad social. Utilizan la técnica objetivista, es decir, se limitan a contar qué ven sin intervenir en la narración. Esta tendencia, de todos modos, no será general, y por ello se distinguen dos grupos: realismo objetivista y realismo social.
Realismo Objetivista
Los autores de esta tendencia reflejan la realidad cotidiana tal y como la perciben. Escriben sobre la pobreza, la miseria, la injusticia social o la soledad, llevados por una solidaridad humanitaria exenta de partidismos políticos.
Principales autores:
- Ignacio Aldecoa
- Carmen Martín Gaite
- Ana María Matute
- Rafael Sánchez Ferlosio
- Jesús Fernández Santos
Realismo Social
El compromiso social de los autores que forman este grupo es bastante más profundo que los anteriores, ya que conciben la literatura como un instrumento de denuncia. Se ven limitados por la censura y por la falta de libertad de expresión. Escriben del lado de los obreros y de los habitantes de los suburbios, y critican a la clase burguesa, acomodada e ineficaz. Estos autores, surgidos a finales de los 50 o principios de los 60, están comprometidos políticamente y dejan a un lado la imaginación para centrarse en el objetivismo.
Principales autores:
- Juan García Hortelano
- Juan Marsé
- Juan Goytisolo
- Luis Goytisolo
- José Manuel Caballero Bonald
La Novela de los Años 60
Durante la década de los 60 no se pierde la novela comprometida socialmente, aunque, como hemos visto, ya desde los últimos años de la década de los 50 se detecta un cierto agotamiento de esta tendencia y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias. Además, los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos, norteamericanos o latinoamericanos, de manera que las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, quizá dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años 50. Las novedades no afectan solo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros. Ya no se pretende solo denunciar la situación social, sino también se persigue la belleza formal, es decir, que la novela constituya un producto bello en sí mismo. La experimentación contribuye a esta finalidad con la introducción de otros elementos, como el perspectivismo argumental o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento. Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias.
Principales autores:
- Luis Martín Santos
- Juan Benet
- Francisco Umbral
- Gonzalo Torrente Ballester
La Narrativa desde los 70 hasta Ahora
Introducción
Tras la recuperación de las libertades con la muerte de Franco, la vida cultural y literaria experimenta una transformación: desaparece la censura, se recuperan a los autores exiliados y se produce una apertura hacia la literatura extranjera. El tratamiento del libro en la sociedad de masas como un producto de consumo permite en algunos casos tiradas de varios centenares de miles de ejemplares.
Los rasgos de la literatura española de las últimas décadas son la variedad temática y estética, la diversidad de tendencias y corrientes literarias y la proliferación de autores.
El Experimentalismo
La primera promoción de los años 70 está muy condicionada por el experimentalismo narrativo. El clima cultural era propicio a ello: autores de la posguerra se incorporan a los experimentos narrativos, el boom de la novela hispanoamericana llega a España y la influencia del nouveau roman francés, así como el conocimiento tardío de la gran novela norteamericana y europea del siglo XX, se dejan sentir con fuerza por entonces. Se trata de los autores que publican sus primeras obras entre finales de los años 60 y principios de los 70. Cultivan una novela minoritaria y culturalista, hermética y experimental, cuya preocupación es el lenguaje. Lo más importante no es contar una historia, rechazan la novela de argumento. El relato no es lineal, sino que se fracciona y se funde en reiterados contrapuntos, y los personajes no tienen atributos que los definan o los diferencien.
Las técnicas narrativas que despliegan habían aparecido algunas en el período anterior. El monólogo interior se transforma en flujo de conciencia, en un monólogo caótico que acaba perdiendo sentido. Se usa en la narración la segunda persona, se reclama el efecto expresivo de la tipografía, se añaden páginas en blanco, se prescinde de los signos de puntuación, se usa el perspectivismo y tratamientos espacio-temporales diversos, se habla de antinovela y metaliteratura.
Quizá el autor de más fama de esta tendencia es Juan Benet.
Tendencias de la Novela Actual
Tras la muerte de Franco y la llegada de la democracia se empieza a publicar una nueva promoción. Se habla de realismo renovado. Obra clave de esta nueva perspectiva será La verdad sobre el caso Savolta. Se reivindica el placer de narrar: un relato con intriga, aventura, enredo, amoríos. A partir de este momento lo que interesa es contar una historia, la trama y el argumento son el eje. Por lo general, vuelven a la concepción clásica, se narra una única acción y de forma lineal.
Hay un cambio significativo hacia las personas tradicionales del relato, la primera y la tercera. Estas novelas ponen al descubierto los atributos del hombre de hoy, la confusión del hombre moderno obligado a reflexionar sobre la realidad que lo rodea, a buscarle un sentido porque ha perdido la fe en aquellos valores que garantizaban y explicaban el mundo. Los personajes de esta novela son personajes desvalidos, inseguros, desorientados, a la búsqueda de su propia identidad.
En la actualidad, se observa una gran libertad y diversidad de tendencias. No debe olvidarse que la novela es objeto de consumo en el mercado editorial. Algunas de estas tendencias son:
- Metanovela
- Novela histórica
- Novela neorrealista o de la generación X
- Novela lírica
- Novela culturalista
- Novela de pensamiento
Novela Hispanoamericana en el Siglo XX
Introducción
Se puede dividir en cuatro periodos:
- Primer periodo: simple apéndice de la literatura española.
- Segundo periodo: entró con los movimientos de independencia, y este período estuvo dominado por los temas patrióticos.
- Tercer periodo: experimentó un enorme auge hasta que alcanzó su madurez.
- Cuarto periodo: se dio a partir de 1910, ocupó un significativo lugar dentro de la literatura universal.
La Revolución Mexicana coincidió con un rebrote del interés de los escritores latinoamericanos por sus características distintivas y sus propios problemas sociales. A partir de 1910 comienzan a tratar temas universales.
La Novela hasta 1940: La Novela Regionalista
Se caracteriza por una estética arcaizante. No hay renovación formal y sus técnicas son básicamente realistas, e incluso a veces con residuos del Romanticismo. Hay una renovación temática que adapta la novela a las realidades más acuciantes y originales. Aparecen tres subgéneros básicos:
- La novela de la naturaleza: Eustasio Rivera, Ricardo Güiraldes, Rómulo Gallegos.
- La novela política: la novela de la Revolución Mexicana y la novela de dictador que no se desarrollan hasta unos años más tarde.
- La novela social: la novela indigenista.
El Realismo Mágico
Hay una relativa renovación temática, basada en la aparición de paisajes urbanos y temas existenciales. Lo más llamativo es que realidad y maravilla aparecerán íntimamente ligadas en la novela.
Realismo mágico y, alternativamente, lo real maravilloso.
La renovación formal se debe a la incorporación de elementos tomados de los grandes renovadores europeos y norteamericanos de la novela o tomados del lenguaje surrealista. Introducen innovaciones técnicas como el subjetivismo, el monólogo interior, los saltos cronológicos, etc. Utilizan un lenguaje brillante y barroco.
Novelística del Boom
A partir de 1962, tanto en España como en el resto de Europa, se desarrolla sorprendentemente la novela hispanoamericana. Se trataba en realidad de un conocimiento repentino de una novelística que se había desarrollado en su propio aislamiento americano y que daba la sensación de un “boom”. Se trata también de un fenómeno editorial.
El “boom” no tiene carácter generacional. En lo temático se continúa el desarrollo de temas señalados por la generación anterior, como la novela de paisaje urbano y los temas existenciales, y por una nueva novela rural, y sobre todo se consolida la integración de lo fantástico y lo real.
Muy en general, lo más destacable es: estructuras narrativas complejas, ruptura de la linealidad temporal, experimentación lingüística, importancia histórico-social y gran variedad de fórmulas narrativas.
Autores más importantes:
- Ernesto Sábato
- Julio Cortázar
- Carlos Fuentes
- Gabriel García Márquez
- Mario Vargas Llosa
Últimas Tendencias en la Novela
El boom dejó en años posteriores un terreno favorable en editoriales y públicos. Las editoriales aprovecharon el filón y acudían al constante lanzamiento de novelas.
Dos corrientes simplifican el complejo panorama de los 70 y 80: la novela y los mass media, y la narrativa hermética o metanovela.
Merecen destacarse en la narrativa hispanoamericana a autores como Isabel Allende, Laura Esquivel, Antonio Skármeta o Augusto Monterroso.
Narrativa y los mass media
El autor asume su papel de comunicador en una sociedad regida por los mass media, desplaza su producto estético de un punto central y privilegiado y lo sitúa al mismo nivel que otras comunicaciones, como cine, TV, etc.
Narrativa hermética o metanovela
Otros novelistas sacralizan el arte y sitúan la novela en un lugar privilegiado, solo accesible a los iniciados; su elitismo les lleva a una escritura hermética, para minorías. Las obras de Severo Sarduy o Salvador Elizondo representan la religión de la estética frente a la estética de la mercancía de los anteriores.
El Cuento Hispanoamericano
Ha sido un género narrativo ampliamente cultivado en Hispanoamérica desde los años 40 hasta la actualidad. En algunos casos, el cuento ha adelantado innovaciones estructurales y lingüísticas.
El cuento en los años 40 y 50
Destaca la aportación de Jorge Luis Borges. Todas sus narraciones repiten una serie de temas obsesivos: el mundo caótico y sin sentido, el destino y la fatalidad, el mundo como laberinto, el paso inexorable del tiempo, el tiempo cíclico, la imposibilidad de conocer el mundo, etc. Se caracterizan, asimismo, por una gran originalidad estructural.
También son importantes las narraciones de Juan Rulfo, autor de quince cuentos en los que trata la dureza de la vida rural mexicana en su primitivismo y su pobreza física y moral. También sobresalen los tres relatos de Alejo Carpentier, como las novelas de Juan Carlos Onetti.
De los años 60 a la actualidad
Género cultivado por García Márquez y otros autores.
Julio Cortázar muestra en sus cuentos una realidad compleja que suele aparecer parodiada, como en Historias de cronopios y famas, donde revela el absurdo de lo cotidiano con un gran sentido del humor.
Mario Benedetti: sus temas son la vida diaria y las circunstancias políticas de su país desde una postura comprometida con un lenguaje sencillo y coloquial.
Augusto Monterroso merece una mención aparte. Sus cuentos, muchos de ellos microrrelatos, tienden a la máxima condensación.
Desde los años 60 a la actualidad, el cuento ha sido parte importante en la obra narrativa de autores como Mayra Montero, Isabel Allende, A. Bryce Echenique o Antonio Skármeta.