1. La Poesía Lírica Tras las Vanguardias
Tras las vanguardias, destaca Pablo Neruda, quien inicia en la poesía amorosa para pasar después a temas morales y cívicos, como en Canto general. La línea más radical es la antipoesía de Nicanor Parra. Desde los años 50 se aprecia la superación de las corrientes anteriores en busca de una estética más integradora y universal. Sobresalen autores como Octavio Paz, Juan Gelman, Rafael Cadenas o Blanca Varela, entre muchos otros.
2. La Narrativa Hispanoamericana Durante el Siglo XX
Evoluciona en cuatro etapas: la novela regionalista, la superación del realismo, la novela del Boom y la novela posterior al Boom.
2.1. La Novela Regionalista
Cuando la poesía se había renovado profundamente a través del modernismo, la novela seguía aún los cauces heredados del siglo XIX. El realismo domina la novela hasta los años 40. De carácter realista, se distinguen cuatro tendencias:
- Novela de la Revolución mexicana: Muestra los hechos de la Revolución y la desilusión posterior: Los de abajo, de Mariano Azuela.
- Novela indigenista: Denuncia la marginación del indio en relatos como Raza de bronce, de Alcides Arguedas; El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría y Huasipungo, de Jorge Icaza.
- Novela gauchesca: La existencia libre y nómada de los gauchos argentinos: Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes.
- Novela de la tierra: Cobra importancia la naturaleza hispanoamericana. Destaca Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.
2.2. La Ruptura con el Realismo
En los años 40 y 50, algunos autores buscan la renovación y superación del realismo. A partir de 1940 se buscarán otros temas y otras técnicas. Se aprecian varias novedades: temas urbanos y rurales; se abordan problemas humanos, y no solo sociales; aparece la fantasía junto a la realidad. Además, se observa mayor preocupación por las estructuras y el estilo. Surge un panorama rico de autores en el que destacan: Jorge Luis Borges (Ficciones y El Aleph), Miguel Ángel Asturias (El señor Presidente), Alejo Carpentier (Los pasos perdidos y El siglo de las luces), Juan Carlos Onetti (La vida breve, El astillero), Juan Rulfo (El llano en llamas y Pedro Páramo).
2.3. La Novela del Boom
En la década del 60, los lectores europeos quedan fascinados por nuevos autores que sitúan en el primer nivel mundial la narrativa hispanoamericana. Continuaban las innovaciones emprendidas por sus predecesores, llevándolas más lejos y aportando nuevos recursos, ampliando el universo temático, ahondando en el realismo mágico, experimentando con las estructuras, el lenguaje y el estilo, derrochando creatividad. Ernesto Sábato (El túnel, Sobre héroes y tumbas), Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas, Rayuela), Gabriel García Márquez (El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera), Carlos Fuentes (La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros y Conversación en La Catedral).
2.4. La Narrativa Posterior al Boom
Tras la internacionalización de la narrativa hispanoamericana, sus mejores autores siguen publicando y se abren paso las nuevas generaciones. Los nuevos narradores acceden a un mercado más atento a las novedades, pero deben luchar por estar a la altura. Se desarrolla la fusión de géneros, la literatura del yo, la novela intimista, la posmoderna, la policiaca y la de contenido político-social. Entre los novelistas destacan: Manuel Puig (La traición de Rita Hayworth o El beso de la mujer araña), Alfredo Bryce Echenique (Un mundo para Julius o La vida exagerada de Martín Romaña), Isabel Allende (La casa de los espíritus), Roberto Bolaño (Los detectives salvajes y 2666), Augusto Monterroso (Lo demás es silencio), Mario Benedetti (Buzón de tiempo) y Eduardo Galeano (Las bocas del tiempo; Espejos).
Recursos Lingüísticos y Estilísticos (Periodístico de Opinión)
- Recursos lingüísticos: Posesivos, pronombres en 2ª y 3ª persona, formas personales en 3ª persona, adjetivación (adjetivos explicativos y valorativos), verbos en 3ª persona, verbos copulativos para mayor claridad, verbos impersonales, verbos de opinión y pensamiento, perífrasis de obligación (como «debe servir», «hay que exigir», etc.), verbos declarativos («aventurar», «ironizar», «enfatizar», etc.) y adverbios de modo.
- Recursos sintácticos: Sencillez sintáctica, estructuras atributivas (tipo «lo cierto», «evidente», etc.), modalidades oracionales variadas (predominio de enunciativas, interrogativas y exclamativas), registro estándar para un lector contemporáneo (sin terminología especializada), apelación al receptor buscando su complicidad y asentimiento, incorporación de citas como criterio de autoridad, referencias históricas y culturales, figuras retóricas, léxico connotativo, coloquialismos, humor e ironía.
- Recursos textuales: Artículos de opinión y exposición para explicar los hechos y argumentación para defender opiniones, estructura flexible y libre (aunque suele ser inductiva), unidad temática (expone solo una idea principal), nivel culto y registro formal.