Literatura Española: Evolución desde la Posguerra hasta la Actualidad
Características Generales
La literatura de la posguerra española estuvo profundamente marcada por el contexto político y social del momento. La Guerra Civil representó una brusca interrupción de la actividad cultural anterior, y durante la dictadura franquista y los primeros años de la democracia, la vida cultural sufrió el aislamiento del país. Además, los escritores se enfrentaban a la censura, y muchos de los más destacados habían marchado al exilio.
Miguel Hernández: Poesía entre el Compromiso y la Intimidad
La poesía de Miguel Hernández evolucionó desde el gongorismo y las vanguardias, patente en obras como El rayo que no cesa, hasta el compromiso político en Viento del pueblo y el intimismo de sus poemarios escritos en la cárcel, como Poemas últimos. Sus poemas combinan una cuidada elaboración formal con la expresión de una honda emoción y una fuerte simbología. Los temas principales de su poesía son la vida, marcada por el sufrimiento y la muerte en tono esperanzado y vitalista, el amor y el compromiso social y político.
Literatura del Exilio: Voces desde la Distancia
Los escritores exiliados continuaron su labor fuera de España. Entre los poetas, destacan León Felipe, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. Los novelistas se centraron en la recuperación de la realidad española y en temas sociales, como Max Aub con su serie El laberinto mágico, Rosa Chacel y Ramón J. Sender. Los temas comunes en la literatura del exilio incluyen la añoranza y angustia por la tierra perdida y las reflexiones sobre la guerra.
La Poesía desde la Guerra Civil hasta la Actualidad
La poesía española desde la Guerra Civil ha estado condicionada por las circunstancias políticas y sociales.
La Poesía en la Década de los 40: Entre el Neoclasicismo y la Angustia Existencial
- Poesía neoclásica afín al régimen franquista, con una visión optimista de la realidad: amor, imperio y religión.
- Poesía existencialista centrada en la angustia humana, el dolor y el sufrimiento, representada por Dámaso Alonso.
- Poesía vanguardista: el grupo Cántico continúa la línea del 27, y los postistas enlazan con las vanguardias, como Gloria Fuertes.
La Poesía en la Década de los 50: Denuncia Social y Compromiso
La poesía adquiere un tono social de denuncia de la realidad y compromiso, convirtiéndose en un instrumento para transformar la realidad. Su estética es prosaica y su lenguaje sencillo, pues se dirige al hombre de la calle y antepone el contenido a la forma. Poetas destacados: Blas de Otero (Pido la paz y la palabra), Gabriel Celaya y José Hierro.
Dámaso Alonso: La Angustia Existencial en la Poesía
Dámaso Alonso, uno de los tres poetas del 27 que permanecieron en España tras la guerra, obtuvo el Premio Cervantes en 1978. Su obra más destacada es Hijos de la ira, representativa de la poesía desarraigada, cargada de angustia existencial y protesta contra la injusticia. También escribió Hombre y Dios.
Blas de Otero: De lo Existencial a lo Social
Blas de Otero estudió Derecho y se dedicó a la enseñanza, tarea que abandonó para escribir. Su poesía evolucionó de lo religioso y existencial a lo social, para acabar con un tono más reflexivo. En ella se cuestiona el sentido de la vida, la condición del hombre y el silencio de Dios. Entre sus obras se encuentran Pido la paz y la palabra y Verso y prosa.
La Poesía en la Década de los 60: La Generación del 50
A principios de los sesenta surge la Generación del 50, un grupo de poetas que buscan una mayor elaboración lingüística y un enfoque más personal. Entienden el poema como un acto de conocimiento e indagación sobre el hombre y sus problemas desde una perspectiva menos dramática, más irónica. Entre sus miembros se encuentran Ángel González, Francisco Brines, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral.
Ángel González: Crítica y Paso del Tiempo
Ángel González fue maestro y se licenció en Derecho. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985. El paso del tiempo vertebra los diferentes temas de su poesía inicial, crítica y dura con el mundo. Algunas de sus obras más relevantes son Tratado de urbanismo y Prosemas o menos.
Jaime Gil de Biedma: Experiencia Personal y Cotidianidad
Jaime Gil de Biedma, miembro de una familia de la alta burguesía, trabajó en la empresa familiar de tabaco mientras frecuentaba círculos marxistas. Incorporó su experiencia personal desde la perspectiva del paso del tiempo. Sus poemas recogen su vida diaria e íntima. En Las personas del verbo agrupó sus tres libros anteriores (Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos).
La Poesía en la Década de los 70: Renovación y Experimentación
En la década de los 70 se dio a conocer una nueva generación de poetas, como Manuel Vázquez Montalbán y Félix de Azúa. Se alejan del realismo y protagonizan una renovación poética caracterizada por referencias culturales eruditas y exclusivas junto a otras procedentes de la cultura de masas, y la búsqueda de nuevas formas de expresión poética.
La Poesía de los 80 a la Actualidad: Emoción y Experiencia
La poesía de los 80 a la actualidad rescata el pasado literario, en especial las generaciones del 27 y de los 50. Se caracteriza por el uso de formas clásicas y verso libre, se desentiende del tono retórico y frío en favor de la emoción y los sentimientos, y se basa en la experiencia, los temas cotidianos y urbanos. La tendencia más destacada es la poesía de la experiencia, que huye del elitismo y sitúa el poema en el momento actual, con un tono reflexivo y emotivo, recurriendo a menudo a la lengua coloquial.
La Novela desde la Guerra Civil hasta la Actualidad
En novela se puede hablar de una honda ruptura con la anterior a la guerra. Los grandes autores han muerto (Unamuno, Valle-Inclán) o se han exiliado (Ramón J. Sender). La censura impide que se continúe con las tendencias vanguardistas, así como las temáticas sociales.
La Novela en la Década de los 40: Entre el Triunfalismo y el Existencialismo
La novela se caracteriza por reflejar la realidad. La visión de los vencedores se plasma en las novelas triunfalistas y nacionalistas, como las de Torrente Ballester, en claro contraste con las novelas de fantasía, de humor o realismo. Destacan el tremendismo, un realismo sórdido y cruel, de personajes dominados por la miseria y la violencia, que inauguró Camilo José Cela en La familia de Pascual Duarte, y la novela existencial, que refleja las angustias de la vida cotidiana.
Camilo José Cela: Pesimismo y Renovación Narrativa
Camilo José Cela recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1987, el Nobel de Literatura en 1989 y el Premio Cervantes en 1996. Cultivó la novela, el cuento y los libros de viajes, como Viaje a la Alcarria. Su novela La familia de Pascual Duarte es una de las más destacadas de la posguerra. La colmena introdujo nuevos planteamientos narrativos en cuanto a personajes, estructura y tiempo. Su obra refleja una visión pesimista del mundo.
La Novela en la Década de los 50: Testimonio Social y Neorrealismo
La censura se relaja, lo que permite que aparezca la novela de temática social, de testimonio y compromiso con la realidad del país. Se distingue la novela social del neorrealismo, de carácter más personal. Los precursores son Miguel Delibes con El camino y Camilo José Cela con La colmena. Entre los títulos más destacados de la novela social está La zanja de Alfonso Grosso. En cuanto al neorrealismo, cabe citar Los bravos de Jesús Fernández Santos. Entre las técnicas literarias más utilizadas destaca el uso de personajes representativos o colectivos y la preeminencia del diálogo.
La Novela en la Década de los 60: Innovación y Experimentación
Al igual que en poesía y teatro, la década de los 60 es la década de la innovación. Una de las obras clave es Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos.
Miguel Delibes: Maestría del Lenguaje y Evolución Literaria
Miguel Delibes estudió Derecho y Comercio, fue catedrático de Mercantil y director del periódico El Norte de Castilla. Maestro del lenguaje sobrio y preciso, su carrera fue considerablemente larga. Su evolución literaria corre pareja a la de la narrativa española desde la posguerra hasta la actualidad, con obras como Mi idolatrado hijo Sisí, Diario de un cazador, La hoja roja, La mortaja, El disputado voto del señor Cayo, El príncipe destronado y Los santos inocentes.
La Novela de los Setenta a la Actualidad: Variedad y Renovación
A partir de los años setenta, coexisten diversas tendencias y estilos. Los rasgos comunes son la renovación por el interés en la historia, la variedad temática y estilística, y la introducción de la creación literaria dentro de la novela. La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza muestra el cansancio de la experimentación y la vuelta al gusto por narrar, aunque siguen publicándose obras experimentales como La saga/fuga de J.B. de Torrente Ballester. Algunos autores destacados son Juan José Millás, Antonio Muñoz Molina, Arturo Pérez-Reverte, Javier Marías, Álvaro Pombo, Lourdes Ortiz, Félix de Azúa y Julio Llamazares.
El Ensayo y el Teatro desde la Guerra Civil hasta la Actualidad
El Ensayo: Reflexión y Crítica
El ensayo de posguerra se ve muy condicionado por las circunstancias del país, y será a finales de los cincuenta cuando aparezcan las mejores obras y autores. En las décadas de los sesenta y setenta se cultiva el ensayismo más crítico, de análisis histórico y político. A partir de los ochenta, se abre paso la reflexión ética y estética sobre la sociedad contemporánea, un acercamiento al lector y una mayor indefinición del género.
El Teatro: Entre la Censura y la Renovación
El teatro, al igual que los otros géneros, se vio condicionado por la Guerra Civil y sus consecuencias. Durante la contienda, continuó sus líneas anteriores y también fue utilizado en ambos bandos como elemento propagandístico. Una vez acabado el conflicto, la mayoría de los dramaturgos había muerto o se había exiliado. En la inmediata posguerra, la economía y la censura condicionaron las representaciones. En la década de los cuarenta, también encontramos el teatro burgués, cultivado por Jacinto Benavente (La última carta).