Con la muerte de Franco y la llegada de la democracia
La vida cambia sustancialmente en nuestro país. A esta transformación contribuyeron la generalización de las libertades, el acercamiento cultural y económico al resto de Europa, y el poder que adquieren los grandes grupos de comunicación de masas. En este contexto, la literatura española de la época prosigue su evolución sin que los acontecimientos políticos la influyan de una manera inmediata, de modo que se abandona la experimentación y se retoma la literatura tradicional.
2. La novela desde el último tercio del s. XX
La novela española tardó en encontrar una vía de salida del experimentalismo narrativo imperante a finales de los 60. El comienzo del cambio de esta situación es la publicación, en 1975, de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza. Todos los narradores en activo, los llamados autores de la Generación del 68, se incorporaron a este cambio, cansados ya de la narrativa experimental. Los rasgos esenciales de la narrativa de estos autores son:
- La vuelta al interés por la historia contada
- La enorme proliferación de títulos
- El incremento del número de escritoras
- La vinculación entre la labor literaria y la periodística en numerosos autores
- El gusto creciente por el relato corto
Las principales corrientes o tendencias de la novela a partir de 1975 son:
- Novela policiaca o de intriga. Influida por el cine negro y la novela de intriga norteamericana. Autores: Manuel Vázquez Montalbán con sus obras Galíndez, Asesinato en el Comité Central, Los pájaros de Bangkok y Los mares del sur. Son interesantes en esta línea los títulos El invierno en Lisboa y Plenilunio, de Antonio Muñoz Molina; No acosen al asesino, de José Mª Guelbenzu y Ritos de muerte de Alicia Giménez Bartlett. Aparecen asimismo novelas que no pertenecen en rigor a esta categoría, pero que incorporan recursos del relato policíaco, como Visión del ahogado, de Juan José Millás o Queda la noche, de Soledad Puértolas. Tampoco faltan los relatos que optan por unir intriga y parodia del género policíaco como El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza.
- Novela histórica. Este es uno de los géneros de mayor éxito editorial desde los años 80 en el que se engloban novelas que sitúan la acción en marcos temporales pasados, enfocados más o menos de manera realista. Aparecen títulos como El capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte, La vieja sirena de José Luis Sampedro y Las máscaras del héroe de Juan Manuel de Prada. En esta tendencia cabría incluir los relatos sobre la Guerra Civil o la posguerra. Entre ellos se pueden citar novelas como Luna de lobos de Julio Llamazares; Beatus ille de Antonio Muñoz Molina; Soldados de Salamina de Javier Cercas y Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.
- Novela del novelar o ficción metanovelesca. El tema central de este tipo de novelas es la propia creación literaria y el protagonista es con frecuencia un escritor. En esta línea se incluyen obras como Gramática parda, de Juan García Hortelano, y buena parte de las narraciones de Enrique Vila-Matas.
- Novela intimista. Estas novelas están protagonizadas por una persona de mediana edad cuyos problemas íntimos se abordan en el relato, tales como el amor, la soledad, la memoria, la propia identidad o la incomunicación. Ejemplos de estas novelas son El desorden de tu nombre, La soledad era esto, de Juan José Millás; Juegos de la edad tardía de Luis Landero; Todas las almas y Corazón tan blanco de Javier Marías; Queda la noche de Soledad Puértolas, y Contra muerte y amor, de Marina Mayoral, entre otros.
- Novela testimonial. Los autores de esta tendencia construyen relatos realistas sobre problemas sociales, como la defensa de la condición femenina en Te trataré como a una reina de Rosa Montero, o la vida de los más jóvenes en Historias del Kronen, de José Ángel Mañas. Además, también podemos resaltar las novelas de Luis Mateo Díez, La fuente de la edad y Miguel Delibes, Diario de un jubilado.
- Novela experimental. Muy escasos son los títulos que pueden inscribirse en esta corriente. Quizá la novela más relevante fue Escuela de mandarines de Miguel Espinosa, en la que el autor, con técnicas experimentales, hace una ácida y crítica visión de la realidad contemporánea.
3. La poesía desde el último tercio del s. XX
En torno al año 1980 se produce un claro declive de la estética novísima y una nueva promoción entra en escena. Sus representantes son poetas nacidos entre 1954 y 1968. En 1992 son presentados en sociedad por Luis Antonio de Villena, que publica su antología Postnovísimos. De esta época llama la atención la pluralidad, pues coexisten múltiples tendencias. Las principales tendencias de la poesía de la democracia son:
- Poesía culturalista. Sigue abierto el camino que iniciaron los novísimos: la metapoesía, el esteticismo y el culturalismo (referencias culturales muy presentes en el poema) son los rasgos principales. En esta línea escriben Genaro Talens, Guillermo Carnero, Leopoldo Mª Panero y Luis A. de Villena.
- Poesía clasicista. Llamada así por su cercanía al mundo clásico. Las meditaciones sobre la muerte, la fugacidad del tiempo o la perennidad de la belleza son los temas esenciales. Tendrá en Antonio Colinas (Astrolabio, Jardín de Orfeo) y Luis Alberto de Cuenca a dos de sus mejores representantes.
- La poesía escrita por mujeres (poesía erótica). Las escritoras de estos años están abiertas al mundo, hablan de las diferencias de clase y proponen nuevas maneras de encarar las relaciones eróticas mediante la eliminación de los roles tradicionales. Entre ellas destacan: Ana Rossetti (Los devaneos de Erato), Blanca Andreu (De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall), Aurora Luque y Luisa Castro, entre otras.
- La poesía del silencio. Es heredera en gran medida de la poesía pura y del existencialismo con su desolada visión del hombre. Esta poesía se interroga sobre la capacidad o incapacidad de la palabra para comunicar la esencia verdadera y última de las cosas. José Ángel Valente fue el poeta que mejor la representó en sus últimos libros de poemas, como Mandorla y El fulgor. Otros autores fueron: Jaime Siles (Alegoría y Música de agua), Andrés Sánchez Robayna (Clima y La roca), y Antonio Gamoneda (Esta luz).
- La poesía de la experiencia. Heredera de la poesía de la experiencia de los años 60. Abarca un espectro temático que incluye desde los hechos cotidianos y la realidad urbana al más profundo intimismo o la preocupación por el paso del tiempo y su influencia en las personas y las cosas. La reflexión sobre la vida se tiñe de un contenido anímico y emotivo, y la presencia de la anécdota conduce muchas veces a poemas narrativos. El poeta busca transmitir su emoción al lector y ser comprendido por él. Los autores más destacados son: Luis García Montero (Rimado de ciudad, Habitaciones separadas y Completamente viernes), Jon Juaristi (Diario de un poeta recién cansado, Los paisajes domésticos y Tiempo desapacible), y Miguel DOrs (Es cielo y es azul y La imagen de su cara).
4. El teatro desde el último tercio del s. XX
4.1. Introducción
La profunda transformación de la escena europea tras la Segunda Guerra Mundial se percibe desde comienzos de los años 70 en el teatro español, pese a las dificultades impuestas por la censura. Sin embargo, fue a partir de 1975 cuando las innovaciones en el contenido y las técnicas dramáticas se manifestaron en España con todo vigor. Los cambios fundamentales a partir de la dictadura franquista fueron los siguientes:
- Surgimiento de diferentes foros de debate. Este hecho permite que el teatro pierda el carácter político que había tenido en los últimos años del franquismo.
- Creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En 1983, la compañía dirigida por entonces por Adolfo Marsillach garantiza la presencia en escena de obras señeras del teatro universal, del teatro grecolatino y del teatro clásico español.
- Consolidación de los teatros independientes. Los teatros surgidos a comienzos de los años 60 y 70 se transforman en compañías estables que cuidan al detalle sus producciones y siguen siendo motores de la innovación escénica.
- Proliferación de compañías de aficionados. Estas difunden el teatro por todos los rincones del país, lo que supone una apertura del género y un acercamiento al público.
- Recuperación de los clásicos y autores censurados. Se retoman las obras de autores como García Lorca (El público) o Valle-Inclán (Voces de gesta), así como las de algunos dramaturgos vetados durante la dictadura como Alberti, Arrabal, Martín Recuerda o José Romero Esteo.
- Éxito de la comedia musical. Llama la atención en los últimos años este tipo de comedia que pone en escena la trayectoria de grupos musicales (Hoy no me puedo levantar) o recrea éxitos del cine de este género como Jesucristo Superstar o Grease.
4.2. Autores más representativos
- José Sanchís Sinisterra. Se caracteriza por el cuidado escénico y por su capacidad para integrar la reflexión histórica junto con abundantes dosis de humor. Obras: Terror y miseria en el primer franquismo y, sin duda, su obra más representativa ¡Ay, Carmela!
- José Luis Alonso de Santos. Su primera obra es el entremés ¡Viva el duque, nuestro dueño!, pero verdaderamente el éxito le llegó con la primera de su comedias costumbristas, La estanquera de Vallecas, pieza basada en un hecho real. En Bajarse al moro, indaga sobre el problema de los jóvenes de los años 80.
- Fermín Cabal. Realiza una crítica de corte costumbrista. Algunas de sus obras son Caballito del diablo y Esta noche, gran velada.
- Fernando Fernán Gómez. Escritor, actor y director de cine y teatro. Fue miembro de la Real Academia. La obra más importante de su carrera fue Las bicicletas son para el verano, en la que se representa la honda marca que imprimió el estallido de la Guerra Civil en la existencia de una humilde familia de Madrid.
4.3. Compañías de teatro independiente
Las compañías de teatro independiente surgieron en la etapa final del franquismo y continúan siendo la vanguardia en la investigación y experimentación de los espectáculos, si bien, se han transformado, en general, en compañías estables que desarrollan buena parte de su labor al hilo de eventos apoyados por las administraciones públicas. Las compañías más importantes que continúan su labor en la actualidad son las siguientes: Els Comediants, La Furia dels Baus, Els Joglars, La Cuadra y Dagoll-Dagom.