La segunda etapa es la denominada noventayochista y representa al Machado más carácterístico. Se inicia con Campos de Castilla.
El poeta entra en contacto con la tierra castellana. Su poesía se hace realista y objetiva, más austera y sobria. Junto al paisaje soriano, el autor incorpora como temas la preocupación por España y sus gentes. Añade preocupaciones por España, poemas sobre la muerte de su esposa Leonor, poemillas de carácter sentencioso y el romance “La tierra de Alvargonzález”. Los símbolos a los que más recurre en este libro son el río (la vida) y el mar (lo absoluto e ilimitado). Añadiremos aquí sus últimas obras, ya lejos de Castilla:
Nuevas canciones, Canciones a Guiomar, de carácter amoroso, y De un cancionero apócrifo.
La poesía de Unamuno, de menor calidad que su vertiente prosística, parte de la vivencia y de la experiencia y aborda tres grandes temas: la familia, la patria y la religión, además del paisaje. Su obra más celebrada es de índole religiosa:
El Cristo de Velázquez
Epígrafe 5.3
La novela:
Sobresalen Pío Baroja, Miguel de Unamuno, y Ramón María del Valle-Inclán.
Pío Baroja tiene una concepción de la novela en la que cabe todo: desde la reflexión filosófica o psicológica a la aventura, la crítica, el humor… aunque su interés por la acción determina la preferencia por temas de aventuras. Sus personajes, por lo general, son seres inadaptados (bohemios, vagabundos, aventureros) que suelen fracasar en su lucha vital ,pesimistas y desesperanzados; intentan a través de la acción lograr vencer al mundo, pero ese intento suele ser vano. Además, el autor incluye en la acción central gran cantidad de personajes que luego desaparecen sin dejar rastro. Otros rasgos sobresalientes de las novelas barojianas son: el uso del diálogo y la maestría en las descripciones.
Baroja organizó su obra en trilogías, de agrupación a veces arbitraria. La crítica suele reconocer dos etapas en su producción:
Primera etapa (hasta 1912): caracterizada por la variedad temática e incluye las mejores creaciones barojianas:
El árbol de la ciencia y, La Busca.
Segunda etapa
En este período, se observa el predominio del relato con trasfondo histórico y la perspectiva irónica. Destacan Los amores tardíos y Memorias de un hombre de acción.
Miguel de Unamuno desarrolla en sus novelas los temas que le obsesionaban: la afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto, el afán de dominio sobre los demás y la muerte. Cuatro son las obras que destacan en su producción narrativa:
Niebla (metanovela o nivola- denominación que inventó el propio autor- que presenta la lucha contra el determinismo a través del enfrentamiento del protagonista, Augusto Pérez, con su creador, el novelista Abel Sánchez (aborda el tema del cainismo hispánico), La tía Tula (cuya protagonista es una mujer fuerte frente a un hombre débil, sin voluntad) y San Manuel Bueno, mártir (sobre un cura rural que pierde la fe y que se impone la voluntad de creer para no desesperanzar a sus feligreses).
Ramón María del Valle Inclán se inclina básicamente por la estética modernista y a medida que su producción avanza se inclina por la técnica del esperpento (como en su obra dramática). Entre las novelas, destacan:
Las sonatas, la trilogía de la guerra carlista ( Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño)
, Tirano Banderas, novela histórica que narra la caída de un dictador hispanoamericano utilizando la técnica del esperpento (degradación de personajes y acciones)y la serie El ruedo ibérico (también esperpéntica).
El ensayo:
Es éste un género que encaja perfectamente con la reflexión y los temas filosóficos, tan carácterísticos en este movimiento literario. Destacan en este capítulo Azorín y el anteriormente citado Miguel de Unamuno.
“Azorín”. Sus obras son recopilaciones de artículos sobre el paisaje de España, la crítica literaria y la reflexión política. En Los pueblos, La ruta de Don Quijoteo Castilla, intenta captar el alma castellana en el paisaje y en los pequeños detalles de la vida.
Miguel de Unamuno es, sin duda, el mejor ensayista de la generación, abordando dos temas fundamentales: el tema de España y la angustia existencial. Del primero trata En torno al casticismo, donde propone la uníón de tradición y europeización como remedio a los males del país; y Vida de Don Quijote y Sancho, donde se señala que la España real y la raíz de lo español están en Cervantes, quien supo captar la más profunda esencia. Del conflicto existencial y religioso se ocupan dos obras:
Del sentimiento trágico de la vida, que plantea la lucha entre razón y fe; y La agonía del cristianismo, donde mantiene que la verdadera religión ha de nutrirse del conflicto, del desasosiego y debatirse en la duda.