Estudio Literario de Poemas
Poema sobre la Libertad y la Esperanza (Pedro García Cabrera)
Género y Función
Corresponde al género lírico, ya que el autor transmite sentimientos y emociones referentes a su estado anímico. Se sirve de la métrica y la rima para darle ritmo, aparecen numerosas figuras literarias que le otorgan belleza y, por lo tanto, las funciones principales son la estética, la poética y la apelativa.
Tema Principal
El tema principal es el deseo de conseguir la libertad, una libertad de la que fue privado durante la dictadura franquista, y su esperanza hacia un futuro mejor. En resumen, presenta la libertad como un sueño que pretende alcanzar, donde sitúa a la isla como objetivo logrado, y aprovecha para mostrar su amor por ellos. Cabe destacar que también expresa su dolor por la imposibilidad de ser libre, condicionado por la época en la que vive.
Estructura Externa
Se trata de un poema monostrófico de 18 versos, en el que se combinan versos endecasílabos y heptasílabos, por lo que se puede concluir que el autor se ha apoyado en la estructura de una silva clásica, pero no lo es debido a la influencia vanguardista. Además, es un poema de verso blanco, sin rima en su mayor parte.
Estructura Interna
La estructura interna se puede dividir en tres partes:
- La primera parte abarca desde el primero hasta el quinto verso, donde el autor utiliza elementos del paisaje para reflejar lo que estaba ocurriendo en ese momento, la censura y su deseo de que desaparezca.
- La segunda parte, comprendida entre los versos 6 y 13, el poeta nos quiere hacer ver que no está solo, sino que en su trayectoria le acompañan muchas personas que opinan y quieren conseguir lo mismo que él.
- En la tercera parte, formada por los 5 versos restantes, el autor muestra la ilusión o la esperanza que tienen por conseguir un futuro mejor en la que no haya censura, y cuando eso ocurra, todos tendrán la libertad que tanto ansían y, por tanto, reinará la felicidad.
Es necesario comentar que el poema presenta una estructura cíclica, ya que empieza y termina de la misma forma y con la misma idea: la felicidad.
Nivel Léxico-Semántico
Se emplea un lenguaje sencillo donde predomina un léxico connotativo, como es el caso de «donde mis palabras se liberen» para referirse a la arrogante censura. Se identifican dos campos semánticos:
- El de las partes del cuerpo, que simbolizan la esperanza («manos», «cara», «corazón»).
- El de las formas de expresión («silencio», «rumores», «palabras»).
Además, podemos destacar el empleo de palabras relacionadas con la libertad o, por el contrario, con la falta de ella. Esto se aprecia en «silencio amordazado», donde el adjetivo refuerza la negatividad de ese silencio. Por último, cabe destacar la presencia de antónimos («vivo» – «muero»), («rumores» – «silencio»).
Nivel Morfosintáctico
Se puede observar que durante todo el poema presenta los verbos en presente de indicativo («estoy», «están», «cesan», «lloran»), en presente de subjuntivo («sea», «entierren», «dé»), y un solo verbo en futuro («habrá») que da sentido a todo el poema. Además, predomina la primera y la tercera persona, mediante las cuales el autor consigue implicar al lector, compartiendo así su deseo de libertad e incitando a luchar por ella.
En cuanto a los pronombres, es necesario mencionar que «aquellos» alude a las personas que están junto a él. También, hay que destacar el adverbio de negación «uno», para insistir en que «no está solo».
Por otro lado, cabe destacar los epítetos, que, aunque escasos, son importantes: «viva», que acompaña a «carne», haciendo referencia al momento duro que están viviendo; y «amordazado», que califica al sustantivo «silencio», es decir, impuesto, obligatorio. También abundan los sustantivos concretos («pan», «heridas», «carne») y abstractos («silencio», «esperanza», «libertad»).
Por último, cabe destacar la combinación de oraciones enunciativas afirmativas («un día habrá una isla»), en la que se aprecia el uso del futuro; y oraciones desiderativas («Que me entierren en ella»). Además, predominan las oraciones subordinadas adjetivas («aquellos que no cesan») y oraciones simples («la alegría del mar le pido a todos»), con las que consigue una lectura comprensible y sencilla.
Características Estilísticas
El autor dota a su poema de figuras literarias para darle expresividad, vivacidad o belleza a sus palabras. De este modo, encontramos el uso del hipérbaton («Solo no estoy. Están conmigo siempre horizontes y manos de esperanza»), para resaltar la idea de que no está solo. En segundo lugar, cabe destacar que el autor utiliza la elipsis («que me entierren en ella»), donde omite la palabra «isla». Por otra parte, el autor hace uso de la antítesis («en que muero y en que vivo»), donde el autor contrapone sus sentimientos: habla de que «muere» por el dolor que está sintiendo causado por la censura, y por otro lado «vive» para luchar y conseguir la libertad.
Las personificaciones también están presentes en el poema, puesto que el autor dota de cualidades y características humanas a seres irracionales («mis palabras se liberen»), («la alegría del mar»). Además, cabe destacar que en los versos 11, 13 y 14 está presente el polisíndeton, donde el autor hace uso de la conjunción «y» en reiteradas ocasiones: «el corazón y el rumbo en las tormentas»; «y se tragan el tiempo en carne viva»; «y cuando mis palabras se liberen».
A continuación, podemos apreciar una sinestesia en los versos 2 y 18: «que no sea silencio amordazado», que expresa que están en silencio porque les han arrebatado la libertad de expresión. Por otra parte, cabe señalar la anáfora, que utiliza el autor para insistir en la misma idea: «aquellos que no cesan», «aquellos que no pierden».
Asimismo, podemos resaltar que el poema es muy metafórico: «la alegría del mar», donde aparece el mar como un espacio de alegría y símbolo de la libertad; «sus orillas», hacen alusión al acercamiento o entrada de esa isla; «las tormentas», aluden al sufrimiento, así como también en el verso 13, «en carne viva». Además, es importante observar que el concepto de «isla» está relacionado con la idea de la libertad, por lo cual es «consagrada»: «cuantos partan su pan en esta isla», donde el hecho de partir el pan en ella muestra en sí un símbolo cristiano.
Por último, el poema consta de numerosos encabalgamientos como, por ejemplo: «Un día habrá una isla / que no sea silencio amordazado» (versos 1 y 2); «Están conmigo siempre / horizontes y manos de esperanza» (versos 6 y 7), que le dan agilidad y rapidez a la lectura del poema.
Conclusión
En conclusión, el autor vive una época en la que se les ha arrebatado la libertad, y en el poema muestra sus sentimientos por el dolor que le ha causado la censura, al igual que su esperanza porque todo eso acabe y consiga su objetivo, la libertad. También muestra que no está solo, sino que muchos lo acompañan en su lucha, y el futuro al que tanto alude Pedro García Cabrera será fruto del empeño de todos.
Poema sobre la Búsqueda Existencial (Josefina de la Torre Millares)
Este poema pertenece a la obra Marzo incompleto. Su autora, Josefina de la Torre Millares, nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1907. Josefina fue una mujer polifacética: escritora, poetisa, guionista, actriz, cantante lírica, novelista, entre otras de sus muchas virtudes. Pertenece a una familia burguesa culta y liberal, por lo que desde muy pequeña escribía poemas.
Josefina de la Torre estableció estrechos vínculos con la corriente vanguardista hispánica de la primera mitad del siglo XX. Además, esta poetisa representa una voz singular, personalista y compacta, creadora de una poesía íntima, rica en vivencias, aferrada a recuerdos y a sus sueños, e instalada en la nostalgia de una tierra canaria de la que se alejó, en distintas ocasiones, para participar en proyectos culturales en Madrid y en París. Es nombrada miembro de honor de la Academia Canaria de Lengua en el año 2000; y en 2002, el Gobierno de Canarias le concede la Cruz de las Islas Canarias. Entre sus obras destacan: Versos y Estampas (1927), Poemas de la isla (1930) y Marzo incompleto (1968). Josefina muere el 12 de julio de 2002 en su casa de Madrid.
Género y Función
Corresponde al género lírico, ya que la autora transmite sentimientos y emociones referentes a su estado anímico. Se sirve de la métrica y la rima para darle ritmo, aparecen numerosas figuras literarias que le otorgan belleza y, por lo tanto, la principal función es la poética y la estética.
Tema Principal
Forma parte de su tercer libro Marzo incompleto (1968), que incluye poemas escritos entre 1930 y 1936. Se trata de un libro íntimo, aunque con un tono más trágico que los anteriores. Se plantean en él temas como el paso del tiempo, la memoria, la evocación, los interrogantes sobre el misterio de la vida, la soledad y el desasosiego.
El tema principal es la búsqueda existencial a partir de la imposibilidad de la maternidad. La poetisa refleja con gran intensidad y dramatismo su angustia por no encontrar sentido a su vida después de saber que no puede ser madre. Hace una profunda introspección, sin resultado alguno, en un estado de profunda soledad; aunque, al final, queda un hilo de esperanza.
En resumen, trata de expresar el vacío que existe en el interior de su cuerpo, como si este fuese una cueva que, además de vacía, es oscura; camina sin destino y sin saber qué hacer por lo perdida que se encuentra. También manifiesta sus deseos frustrados de ser madre, ya que no pudo tener hijos. Por último, consigue declarar el desarraigo de sí misma; busca un sentido a la vida, pero se hace preguntas que le hacen mucho daño debido a que tocan temas delicados.
Estructura Externa
Se compone de una estrofa de trece versos, en su mayoría alejandrinos, salvo dos versos heptasílabos. Todo el poema carece de rima, salvo al repetirse la palabra «misma», lo que imposibilita que sea una silva y, según la crítica, se debe a la influencia vanguardista.
Estructura Interna
Se observa un orden estructural en el desarrollo de la temática, que se divide en tres partes:
- Los primeros 7 versos conforman la primera parte, donde la autora describe la búsqueda interior a la que se somete sin ningún resultado. Nos presenta su problema («Me busco y no me encuentro») y describe su estado, en el que se nos presenta como un ente que vaga en la nocturnidad de ese misterio que la obsesiona y no la deja en paz («eco de mis incertidumbres»).
- La segunda parte, abarca los 2 versos siguientes, hace alusión a la imposibilidad de su maternidad, aclarando que ese es uno de los motivos por los que indaga y se plantea esa búsqueda.
- Finalmente, la tercera parte consiste en los versos restantes, donde se vuelve a insistir en la idea del principio, es decir, se potencia el dolor por no llegar a una respuesta, aunque en esta ocasión aparece una pequeña esperanza con la alusión a encontrar una solución mediante «descubrir mi sombra».
De modo que se puede decir que tiene una estructura cíclica.
Nivel Léxico-Semántico
A nivel léxico-semántico se aprecia el contraste de ideas que la atormenta en todo el poema mediante los antónimos («busco» / «encuentro», «silencio» / «eco»), aunque abundan los sinónimos en cuanto a su connotación negativa que expresan sus emociones pesimistas («tinieblas», «noche», «oscuras»), para referirse a la idea dramática. Además, podemos señalar dos campos semánticos:
- Por un lado, el de la noche («tinieblas», «oscuras», «sombras»).
- Y por otro lado, la creación y la vida («universo», «fruto», «tierra»).
Nivel Morfosintáctico
En lo que respecta al nivel morfosintáctico, se puede observar que durante todo el poema presenta los verbos en presente en primera persona («busco», «encuentro», «convierte», «rondo») y en gerundio («esperando»), porque está expresando lo que siente en este preciso momento. Es por ello un poema subjetivo, ya que refleja las opiniones de la autora. Cabe resaltar que aparece solo un verbo en pasado, «pude», para referirse a un hecho que nunca sucedió ni sucederá: la imposibilidad de la maternidad.
Por otro lado, predominan los sustantivos abstractos («incertidumbres», «vacío», «silencio») que dan un tono subjetivo y que aluden al pesimismo. Para conseguir este efecto, se ayuda también de una adjetivación negativa («lento», «oscuras», «torpe»). No obstante, aparecen escasos sustantivos con una connotación positiva («creación», «armonía», «sonido»), para referirse exclusivamente a la maternidad, pero que pierden ese optimismo porque los acompaña de un adverbio de negación («no»), enfatizando de este modo el motivo de su dolor.
Se aprovecha del adverbio de negación en diferentes ocasiones a lo largo del poema para destacar la imposibilidad y también recurre al uso de los determinantes y pronombres posesivos («me», «mi») para intensificar su situación. Las conjunciones («ni», «y») sabe utilizarlas para profundizar en el dramatismo.
Por último, se comprueba que se aprovecha de una estructura sintáctica variada, donde aparecen tanto oraciones simples («Me busco y no me encuentro»), como yuxtapuestas, coordinadas («Rondo, / interrogo / y no acierto») y subordinadas («Y no pude / que son»), con las que consigue una lectura comprensible y sencilla.
Características Estilísticas
En cuanto a las características estilísticas, podemos encontrar que todo el poema es muy metafórico, aportando un fuerte carácter connotativo. Tiene un tono confesional y vehemente, de modo que el lector en cierta medida llega a padecer su sufrimiento.
Podemos apreciar la antítesis que la autora nos presenta al principio («Me busco y no me encuentro»), y más adelante, en el quinto verso, el pleonasmo («No me encuentro a mí misma») de la necesidad de querer hallar la respuesta. En el segundo verso, utiliza la metáfora para insistir en ese sentimiento triste y tenebroso: «oscuras paredes de mí misma». Posteriormente, hace alusión a la soledad que siente con la personificación («interrogo al silencio y a este torpe vacío»), para volver a recordar el pensamiento que la obsesiona mediante la metáfora («en el eco de mis incertidumbres»).
Ella se nos describe como una sonámbula con el símil «como dormida en las tinieblas», para reflejar cómo se siente y la insistencia que pone («tanteando la noche de todas las esquinas»), dando la impresión con esta metáfora de que es un ente que deambula en la penumbra sin saber adónde va.
A continuación, nos detalla en los versos 8 y 9 la causa que le motiva esa búsqueda, la imposibilidad de la maternidad, mediante una enumeración. Además, se puede contrastar cómo en el octavo verso hay un polisíndeton con «ni» para reforzar la lentitud y el pesimismo que asocia a no ser esencia o armonía, es decir, a la muerte o esterilidad; mientras que en el noveno se da el asíndeton, que produce un efecto de dinamismo, ya que sí hay creación, sonido, es decir, vida. Y la vida se asocia con el movimiento.
En los versos 9 y 10, vuelve a describir cómo se siente mediante las metáforas «desalentado y lento desgranarse / convierte en preguntas todo cuanto es herida», ya que se plantea por qué no pudo ser y hace un análisis detallado y minucioso para encontrar alguna explicación sin conseguirlo.
Conclusión
Finalmente, vuelve a la misma idea del principio: «Y rondo por las paredes de mí misma», pero en esta ocasión parece que adquiere un tono esperanzador en el último verso mediante la metáfora «esperando el momento de descubrir mi sombra», donde refleja la ilusión de encontrarse a sí misma al descubrir su sombra, lo que puede interpretarse como hallar su identidad. En definitiva, nos encontramos ante un poema donde la autora expresa con gran intensidad unos temas que le preocupan y le caracterizan, como la búsqueda del ser, la imposibilidad de la maternidad y la soledad, elaborando una poesía humanizada que trata temas que no se daban hasta ese momento y la transmite con una influencia modernista al emplear un léxico sencillo, pero vehemente.